Salmos 102 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566676869707172737475767778798081828384858687888990919293949596979899100101102103104105106107108109110111112113114115116117118119120121122123124125126127128129130131132133134135136137138139140141142143144145146147148149150

1 - [Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante Yahveh. ]

2 - Yahveh, escucha mi oración, llegue hasta ti mi grito;

3 - me ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme!

4 - Pues mis días en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo que un brasero;

5 - trillado como el heno, mi corazón se seca, y me olvido de comer mi pan;

6 - ante la voz de mis sollozos, mi piel a mis huesos se ha pegado.

7 - Me parezco al búho del yermo, igual que la lechuza de las ruinas;

8 - insomne estoy y gimo cual solitario pájaro en tejado;

9 - me insultan todo el día mis enemigos, los que me alababan maldicen por mi nombre.

10 - El pan que como es la ceniza, mi bebida mezclo con mis lágrimas,

11 - ante tu cólera y tu enojo, pues tú me alzaste y después me has tirado:

12 - mis días son como la sombra que declina, y yo me seco como el heno.

13 - Mas tú, Yahveh, permaneces para siempre, y tu memoria de edad en edad.

14 - Tú te alzarás, compadecido de Sión, pues es ya tiempo de apiadarte de ella, ha llegado la hora;

15 - que están tus siervos encariñados de sus piedras y se compadecen de sus ruinas.

16 - Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria;

17 - cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria,

18 - volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará.

19 - Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh:

20 - que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra,

21 - para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte.

22 - Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén,

23 - cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh.

24 - El ha enervado mi fuerza en el camino, ha abreviado mis días.

25 - Digo: ¡Dios mío, en la mitad de mis días no me lleves! ¡De edad en edad duran tus años!

26 - Desde antiguo, fundaste tú la tierra, y los cielos son la obra de tus manos;

27 - ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan, como un vestido los mudas tú, y se mudan.

28 - Pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años.

29 - Los hijos de tus siervos tendrán una morada, y su estirpe ante ti subsistirá.