Salmos 19 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
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1 - [Del maestro de coro. Salmo. De David. ]

2 - Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento;

3 - el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.

4 - No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír;

5 - mas por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo. En el mar levantó para el sol una tienda,

6 - y él, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea, cual atleta, corriendo su carrera.

7 - A un extremo del cielo es su salida, y su órbita llega al otro extremo, sin que haya nada que a su ardor escape.

8 - La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.

9 - Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.

10 - El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos,

11 - apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales.

12 - Por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es guardarlos.

13 - Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros? De las faltas ocultas límpiame.

14 - Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre mí. Entonces seré irreprochable, de delito grave exento.

15 - ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti, Yahveh, roca mía, mi redentor.