Salmos 36 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
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1 - [Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh. De David. ]

2 - Un oráculo para el impío es el pecado en el fondo de su corazón; temor de Dios no existe delante de sus ojos.

3 - Con ojo harto lisonjero se mira, para encontrar y detestar su culpa;

4 - las palabras de su boca, iniquidad y engaño; renunció a ser sensato, a hacer el bien.

5 - Sólo maquina iniquidad sobre su lecho; en un camino que no es bueno se obstina y no reprueba el mal.

6 - Oh Yahveh, en los cielos tu amor, hasta las nubes tu verdad;

7 - tu justicia, como los montes de Dios, tus juicios, como el hondo abismo. A hombres y bestias salvas tú, Yahveh,

8 - oh Dios, ¡qué precioso tu amor! Por eso los hijos de Adán, a la sombra de tus alas se cobijan.

9 - Se sacian de la grasa de tu Casa, en el torrente de tus delicias los abrevas;

10 - en ti está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz.

11 - Guarda tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los de recto corazón.

12 - ¡Que el pie del orgullo no me alcance, ni la mano de los impíos me avente!

13 - Ved cómo caen los agentes de mal, abatidos, no pueden levantarse.