Salmos 39 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566676869707172737475767778798081828384858687888990919293949596979899100101102103104105106107108109110111112113114115116117118119120121122123124125126127128129130131132133134135136137138139140141142143144145146147148149150

1 - [Del maestro de coro. De Yedutún. Salmo. De David. ]

2 - Yo me decía: "Guardaré mis caminos, sin pecar con mi lengua, pondré un freno en mi boca, mientras esté ante mí el impío".

3 - Enmudecí, quedé en silencio y calma: mas al ver su dicha se enconó mi tormento.

4 - Dentro de mí mi corazón se acaloraba, de mi queja prendió el fuego, y mi lengua llegó a hablar:

5 - "Hazme saber, Yahveh, mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuán frágil soy.

6 - "Oh sí, de unos palmos hiciste mis días, mi existencia cual nada es ante ti; sólo un soplo, todo hombre que se yergue,

7 - nada más una sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas que amontona, sin saber quién las recogerá".

8 - Y ahora, Señor, ¿qué puedo yo esperar? En ti está mi esperanza.

9 - De todas mis rebeldías líbrame, no me hagas la irrisión del insensato.

10 - Me callo ya, no abro la boca, pues eres tú el que actúas.

11 - Retira de mí tus golpes, bajo el azote de tu mano me anonado.

12 - Reprendiendo sus yerros tú corriges al hombre, cual polilla corroes su anhelos. Un soplo sólo, todo hombre. Pausa. "

13 - Escucha mi súplica, Yahveh, presta oído a mi grito, no te hagas sordo a mis lágrimas. Pues soy un forastero junto a ti, un huésped como todos mis padres.

14 - ¡Retira tu mirada para que respire antes que me vaya y ya no exista más!