Salmos 9 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
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1 - [Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David. ]

2 - Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, cantaré todas tus maravillas;

3 - quiero alegrarme y exultar en ti, salmodiar a tu nombre, Altísimo.

4 - Mis enemigos retroceden, flaquean, perecen delante de tu rostro;

5 - pues tú has llevado mi juicio y mi sentencia, sentándote en el trono cual juez justo.

6 - Has reprimido a las gentes, has perdido al impío, has borrado su nombre para siempre jamás;

7 - acabado el enemigo, todo es ruina sin fin, has suprimido sus ciudades, perdido su recuerdo. He aquí que

8 - Yahveh se sienta para siempre, afianza para el juicio su trono;

9 - él juzga al orbe con justicia, a los pueblos con rectitud sentencia.

10 - ¡Sea Yahveh ciudadela para el oprimido, ciudadela en los tiempos de angustia!

11 - Y en ti confíen los que saben tu nombre, pues tú, Yahveh, no abandonas a los que te buscan.

12 - Salmodiad a Yahveh, que se sienta en Sión, publicad por los pueblos sus hazañas;

13 - que él pide cuentas de la sangre, y de ellos se acuerda, no olvida el grito de los desdichados.

14 - Tenme piedad, Yahveh, ve mi aflicción, tú que me recobras de las puertas de la muerte,

15 - para que yo cuente todas tus alabanzas a las puertas de la hija de Sión, gozoso de tu salvación.

16 - Se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron, en la red que ocultaron, su pie quedó prendido.

17 - Yahveh se ha dado a conocer, ha hecho justicia, el impío se ha enredado en la obra de sus manos. Sordina. Pausa.

18 - ¡Vuelvan los impíos al šeol, todos los gentiles que de Dios se olvidan!

19 - Que no queda olvidado el pobre eternamente, no se pierde por siempre la esperanza de los desdichados.

20 - ¡Levántate, Yahveh, no triunfe el hombre, sean juzgados los gentiles delante de tu rostro!

21 - Infunde tú, Yahveh, en ellos el terror, aprendan los gentiles que no son más que hombres. Pausa.