Salmos 49 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
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1 - [Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. ]

2 - ¡Oídlo, pueblos todos, escuchad, habitantes todos de la tierra,

3 - hijos de Adán, así como hijos de hombre, ricos y pobres a la vez!

4 - Mi boca va a decir sabiduría, y cordura el murmullo de mi corazón;

5 - tiendo mi oído a un proverbio, al son de cítara descubriré mi enigma.

6 - ¿Por qué temer en días de desgracia cuando me cerca la malicia de los que me hostigan,

7 - los que ponen su confianza en su fortuna, y se glorían de su gran riqueza?

8 - ¡Si nadie puede redimirse ni pagar a Dios por su rescate!;

9 - es muy cara la redención de su alma, y siempre faltará,

10 - para que viva aún y nunca vea la fosa.

11 - Se ve, en cambio, fenecer a los sabios, perecer a la par necio y estúpido, y dejar para otros sus riquezas.

12 - Sus tumbas son sus casas para siempre, sus moradas de edad en edad; ¡y a sus tierras habían puesto sus nombres!

13 - El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja.

14 - Así andan ellos, seguros de sí mismos, y llegan al final, contentos de su suerte. Pausa.

15 - Como ovejas son llevados al šeol, los pastorea la Muerte, y los rectos dominarán sobre ellos. Por la mañana se desgasta su imagen, ¡el šeol será su residencia!

16 - Pero Dios rescatará mi alma, de las garras del šeol me cobrará.

17 - No temas cuando el hombre se enriquece, cuando crece el boato de su casa.

18 - Que a su muerte, nada ha de llevarse, su boato no bajará con él.

19 - Aunque en vida se bendecía a sí mismo - te alaban, porque te has tratado bien -,

20 - irá a unirse a la estirpe de sus padres, que nunca ya verán la luz.

21 - El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja.