Salmos 69 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Salmos
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1 - = Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios...» De David. =

2 - (3) Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan.

3 - (4) Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se consumen de esperar a mi Dios.

4 - (5) Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que yo no he robado tengo que devolver?)

5 - (6) Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas.

6 - (7) ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan, oh Yahveh Sebaot! ¡No sufran confusión por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!

7 - (8) Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;

8 - (9) para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre;

9 - (10) pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.

10 - (11) Si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de insulto;

11 - (12) si tomo un sayal por vestido, para ellos me convierto en burla,

12 - (13) cuento de los que están sentados a la puerta, y copla de los que beben licor fuerte.

13 - (14) Mas mi oración hacia ti, Yahveh, en el tiempo propicio: por tu gran amor, oh Dios, respóndeme, por la verdad de tu salvación.

14 - (15) ¡Sácame del cieno, no me hunda, escape yo a los que me odian, a las honduras de las aguas!

15 - (16) ¡El flujo de las aguas no me anegue no me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca!

16 - (17) ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad; en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;

17 - (18) no retires tu rostro de tu siervo, que en angustias estoy, pronto, respóndeme;

18 - (19) acércate a mi alma, rescátala, por causa de mis enemigos, líbrame!

19 - (20) Tú conoces mi oprobio, mi vergüenza y mi afrenta, ante ti están todos mis opresores.

20 - (21) El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno.

21 - (22) Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre.

22 - (23) ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo, y su abundancia en una trampa;

23 - (24) anúblense sus ojos y no vean, haz que sus fuerzas sin cesar les fallen!

24 - (25) Derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu cólera;

25 - (26) su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya quien habite:

26 - (27) porque acosan al que tú has herido, y aumentan la herida de tu víctima.

27 - (28) Culpa añade a su culpa, no tengan más acceso a tu justicia;

28 - (29) del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los justos.

29 - (30) Y yo desdichado, dolorido, ¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!

30 - (31) El nombre de Dios celebraré en un cántico, le ensalzaré con la acción de gracias;

31 - (32) y más que un toro agradará a Yahveh, más que un novillo con cuernos y pezuñas.

32 - (33) Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!

33 - (34) Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos.

34 - (35) ¡Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en él!

35 - (36) Pues salvará Dios a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá: habitarán allí y las poseerán;

36 - (37) la heredará la estirpe de sus siervos, los que aman su nombre en ella morarán.