Salmos 35 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Salmos
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1 - Ataca, Yahveh, a los que me atacan, combate a quienes me combaten;

2 - embraza el escudo y el pavés, y álzate en mi socorro;

3 - blande la lanza y la pica contra mis perseguidores. Di a mi alma: «Yo soy tu salvación.»

4 - ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que andan buscando mi vida! ¡Vuelvan atrás y queden confundidos los que mi mal maquinan!

5 - ¡Sean lo mismo que la paja al viento, por el ángel de Yahveh acosados;

6 - sea su camino tiniebla y precipicio, perseguidos por el ángel de Yahveh!

7 - Pues sin causa me han tendido su red, han cavado una fosa para mí.

8 - ¡Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina: le prenda la red que había tendido, y en su fosa se hunda!

9 - Y mi alma exultará en Yahveh, en su salvación se gozará.

10 - Dirán todos mis huesos: Yahveh, ¿quién como tú, para librar al débil del más fuerte, al pobre de su expoliador?

11 - Testigos falsos se levantan, sobre lo que ignoro me interrogan;

12 - me pagan mal por bien, ¡desolación para mi alma!

13 - Yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de sayal, me humillaba con ayuno, y en mi interior repetía mi oración;

14 - como por un amigo o un hermano iba y venía, como en duelo de una madre, sombrío me encorvaba.

15 - Ellos se ríen de mi caída, se reúnen, sí, se reúnen contra mí; extranjeros, que yo no conozco, desgarran sin descanso;

16 - si caigo, me rodean rechinando sus dientes contra mí.

17 - ¿Cuánto tiempo, Señor, te quedarás mirando? Recobra mi alma de sus garras, de los leones mi vida.

18 - Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré entre un pueblo copioso.

19 - No se rían de mí, mis enemigos pérfidos, ni se guiñen sus ojos los que me odian sin razón.

20 - Pues no es de paz de lo que hablan a los pacíficos de la tierra; mascullan palabras de perfidia,

21 - abren bien grande su boca contra mí; dicen: «¡Ja, Ja, nuestros ojos lo han visto!»

22 - Tú lo has visto, Yahveh, no te quedes callado, Señor, no estés lejos de mí;

23 - despiértate, levántate a mi juicio, en defensa de mi causa, oh mi Dios y Señor;

24 - júzgame conforme a tu justicia, oh Yahveh, ¡Dios mío, no se rían de mí!

25 - No digan en su corazón: «¡Ajá, lo que queríamos!» No digan: «¡Le hemos engullido!»

26 - ¡Vergüenza y confusión caigan a una sobre los que se ríen de mi mal; queden cubiertos de vergüenza y de ignominia los que a mi costa medran!

27 - Exulten y den gritos de júbilo los que en mi justicia se complacen, y digan sin cesar: «¡Grande es Yahveh, que en la paz de su siervo se complace!»

28 - Y tu justicia musitará mi lengua, todo el día tu alabanza.