Salmos 68 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Salmos
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1 - (2) ¡Álcese Dios, sus enemigos se dispersen, huyan ante su faz los que le odian!

2 - (3) Cual se disipa el humo, los disipas; como la cera se derrite al fuego, perecen los impíos ante Dios.

3 - (4) Mas los justos se alegran y exultan ante la faz de Dios, y saltan de alegría.

4 - (5) Cantad a Dios, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga en las nubes, alegraos en Yahveh, exultad ante su rostro.

5 - (6) Padre de los huérfanos y tutor de las viudas es Dios en su santa morada;

6 - (7) Dios da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cautivos la puerta de la dicha, mas los rebeldes quedan en un suelo ardiente.

7 - (8) Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando pasabas el desierto, = Pausa. =

8 - (9) la tierra retembló, y hasta los cielos se licuaron ante la faz de Dios, ante la faz de Dios, el Dios de Israel.

9 - (10) Tú derramaste, oh Dios, una lluvia de larguezas, a tu heredad extenuada, tú la reanimaste;

10 - (11) tu grey halló una morada, aquella que en tu bondad, oh Dios, al desdichado preparabas.

11 - (12) El Señor da la palabra: es el anuncio de un ejército inmenso.

12 - (13) Y mientras los reyes, los ejércitos huyen, huyen, la bella de la casa reparte el botín.

13 - (14) Mientras vosotros descansáis entre las tapias del aprisco, las alas de la Paloma se cubren de plata, y sus plumas de destellos de oro verde;

14 - (15) cuando Sadday dispersa a los reyes, por ella cae la nieve en el Monte Umbrío.

15 - (16) ¡Monte de Dios, el monte de Basán! ¡Monte escarpado, el monte de Basán!

16 - (17) ¿Por que miráis celosos, montes escarpados, al monte que Dios escogió por mansión? ¡Oh sí, Yahveh morará allí para siempre!

17 - (18) Los carros de Dios, por millares de miríadas; el Señor ha venido del Sinaí al santuario.

18 - (19) Tú has subido a la altura, conduciendo cautivos, has recibido tributo de hombres, hasta los rebeldes para que Yahveh Dios tuviera una morada.

19 - (20) ¡Bendito sea el Señor día tras día! El carga con nosotros, Dios de nuestra salvación. = Pausa. =

20 - (21) Dios libertador es nuestro Dios; del Señor Yahveh son las salidas de la muerte;

21 - (22) mas la cabeza de sus enemigos Dios quebranta, la testa cabelluda de quien sus crímenes pasea.

22 - (23) Dijo el Señor: «De Basán haré volver, haré volver de los abismos del mar,

23 - (24) para que puedas hundir tu pie en la sangre, y en los enemigos tenga su parte la lengua de tus perros».

24 - (25) ¡Se han visto, oh Dios, tus procesiones, las procesiones de mi Dios, mi rey, al santuario:

25 - (26) delante los cantores, los músicos detrás, las doncellas en medio, tocando el tamboril!

26 - (27) A Dios, en coros, bendecían: ¡es Yahveh, desde el origen de Israel.

27 - (28) Allí iba Benjamín, el pequeño, abriendo marcha, los príncipes de Judá con sus escuadras, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 - (29) ¡Manda, Dios mío, según tu poder, el poder, oh Dios, que por nosotros desplegaste,

29 - (30) desde tu Templo en lo alto de Jerusalén, donde vienen los reyes a ofrecerte presentes!

30 - (31) Increpa a la bestia del cañaveral, a la manada de toros y novillos de los pueblos. ¡Que se sometan con lingotes de plata! ¡Dispersa a los pueblos que fomentan la guerra!

31 - (32) Los magnates acudan desde Egipto, tienda hacia Dios sus manos Etiopía.

32 - (33) ¡Cantad a Dios, reinos de la tierra, salmodiad para el Señor,

33 - (34) para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos: = Pausa. = ved que lanza él su voz, su voz potente!

34 - (35) Reconoced el poderío de Dios. Sobre Israel su exaltación, su poder en las nubes:

35 - (36) ¡temible es Dios desde su santuario! El, el Dios de Israel, es quien da poder y fuerza al pueblo. ¡Bendito sea Dios!