Capitulos:
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1 - Por eso, mientras todavía contamos con la promesa de entrar en ese reposo de Dios, debemos tener cuidado, no sea que alguno de ustedes no lo logre.
2 - Porque nosotros recibimos el anuncio de la buena noticia, lo mismo que ellos; pero a ellos no les sirvió de nada el oírlo, porque no se unieron por la fe con los que habían obedecido al mensaje.
3 - Pero nosotros, que hemos creído, entraremos en ese reposo, del cual Dios ha dicho: par "Por eso juré en mi furor par que no entrarían en el lugar par de mi reposo."{cf2super [1]} par Sin embargo, Dios había terminado su trabajo desde que creó el mundo;
4 - pues en alguna parte de las Escrituras se dice del séptimo día: par "Dios reposó de todo su trabajo par el séptimo día."{cf2super [2]}
5 - y otra vez se dice en las Escrituras: par "No entrarán en mi reposo."{cf2super [3]}
6 - Pero todavía falta que algunos entren en ese lugar de reposo, y a que, por haber desobedecido, no entraron los que primero recibieron el anuncio.
7 - Por eso, Dios ha vuelto a señalar un día, un nuevo "hoy", y lo ha hecho hablándonos por medio de lo que, mucho tiempo después, David dijo en la Escritura y a mencionada: par "Si hoy escuchan ustedes par lo que Dios dice, par no endurezcan su corazón."{cf2super [4]}
8 - Porque si Josué les hubiera dado reposo a los israelitas, Dios no habría hablado de otro día.
9 - De manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de Dios;
10 - porque el que entra en ese reposo de Dios, reposa de su trabajo, así como Dios reposó del suyo.
11 - Debemos, pues, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de aquellos que no creyeron.
12 - Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazón.
13 - Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas.
14 - Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos.
15 - Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó.
16 - Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.