Capitulos:
123
1 - »¡Qué mal te va a ir, Jerusalén! Eres una ciudad desobediente, y maltratas a los demás. ¡Estás llena de pecado!
2 - No aceptas consejos de nadie, ni permites que se te corrija; no me buscas ni confías en mí.
3 - »Tus jefes más importantes parecen leones feroces; tus gobernantes parecen lobos, que atacan por la noche y no dejan nada para la mañana.
4 - Tus profetas son orgullosos, y no se puede confiar en ellos; tus sacerdotes ofenden mi santuario y no obedecen mis mandamientos.
5 - ¡Esos malvados no tienen vergüenza! »Yo estoy en ti, Jerusalén, para hacerte bien, no para hacerte daño. Todos los días te trato con justicia.
6 - »Yo he destruido naciones, y he derribado sus torres; ya no hay nadie que camine por sus calles solitarias; sus ciudades están desiertas, pues no queda un solo habitante.
7 - »Todo esto lo hice por ti, Jerusalén. Pensé que así me obedecerías y no tendría que castigarte. Pero tus habitantes se dieron prisa para cometer toda clase de maldad.
8 - »Y ahora, como han actuado así, ya se acerca el día en que vendré a castigarlos. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así lo haré. Ya he decidido reunir a las naciones para castigarlas con toda mi furia. Cuando me enojo, soy como el fuego; ¡voy a quemar toda la tierra!
9 - »Cuando llegue ese día, haré que todos los pueblos hablen un lenguaje limpio de toda maldad, para que juntos me adoren y puedan pronunciar mi nombre.
10 - Entonces la gente que me adora, y que ahora anda en otros países, vendrá a presentarme ofrendas desde el país de Etiopía.
11 - »Tú, Jerusalén, has sido muy rebelde; pero no volverás a quedar en vergüenza. Viene el día en que expulsaré de ti a los que se creen muy importantes. En ti no habrá lugar para los orgullosos.
12 - En tus calles sólo habrá gente humilde y sencilla, que pondrá en mí su confianza.
13 - Los pocos israelitas que hayan quedado con vida no cometerán ninguna maldad; no mentirán ni engañarán a nadie, sino que vivirán en paz y sin ningún temor».
14 - Yo, Sofonías, les digo: ¡Canten de alegría, israelitas! ¡Alégrense, habitantes de Jerusalén!
15 - No tienen nada que temer, porque Dios, el rey de Israel, no volverá a castigarlos; ha expulsado a sus enemigos, y va a vivir en medio de ustedes.
16 - En ese día se dirá: «No tengas miedo, Jerusalén, ni pierdas el ánimo,
17 - pues tu Dios está contigo y con su poder te salvará. Aunque no necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de alegría te expresará la felicidad que le haces sentir,
18 - como en un día de fiesta». Dios promete poner fin a la desgracia que ahora sufren y a la vergüenza que ahora sienten.
19 - Este es su mensaje: «Cuando llegue ese día, ayudaré a los indefensos y castigaré a quienes los maltratan. Yo haré que cambie la suerte de los que ahora andan dispersos, y los haré volver a su tierra. ¡Esto lo verán ustedes mismos! »Si antes los ofendían, ahora sólo hablarán bien de ustedes, y la fama de ustedes llegará a todos los países de la tierra. Yo, el Dios de Israel, juro que así será».