Capitulos:
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1 - Entonces le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar reposo para ti, donde te vaya bien?
2 - Ahora pues, aquel Booz, con cuyas criadas tú has estado, ¿no es pariente nuestro? He aquí que avienta la era de la cebada esta noche.
3 - Lávate pues, y úngete, y ponte tus mejores vestidos, y baja a la era; pero no te des a conocer al hombre hasta que haya terminado de comer y beber.
4 - Y sucederá que cuando se acueste, te fijarás bien en el sitio donde se acuesta, e irás y alzarás la cubierta de sus pies, y te acostarás allí, para que él te diga lo que has de hacer.
5 - Y le respondió: Todo cuanto me dices, yo lo haré.
6 - Bajó pues a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7 - Y cuando Booz hubo comido y bebido, y estuvo alegre su corazón, fue a acostarse a un lado del montón. Entonces ella se acercó calladamente, y alzando la cubierta de sus pies, se acostó allí.
8 - Y sucedió que a la media noche aquel varón se estremeció, y palpó, ¡y he aquí a una mujer acostada a sus pies!
9 - Entonces él dijo: ¿Quién eres tú? Y ella respondió: Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu manto sobre tu sierva, porque redentor mío eres.
10 - Y él dijo: ¡Bendita seas de YHVH, hija mía! Has hecho que tu postrera bondad sea mayor que la primera, no yendo tras los jóvenes, sean pobres o ricos.
11 - Ahora pues, hija mía, no temas; que yo haré por ti todo cuanto me dices, porque toda la puerta de mi pueblo sabe que eres mujer de acendrada virtud.
12 - Pero ahora, aunque es cierto que soy redentor tuyo, con todo, hay un pariente más cercano que yo.
13 - Pasa esta noche, y cuando sea de día, si él quiere redimirte, bien, que te redima; pero si él no quiere redimirte, ¡vive YHVH, yo te redimiré! Acuéstate hasta la mañana.
14 - Ella pues se acostó a sus pies hasta por la mañana: luego se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros, porque él había dicho: No se sepa que vino mujer a la era.
15 - Después le dijo: Da acá el manto que traes sobre ti, y sujétalo. Y ella lo sujetó, en tanto que él medía seis medidas de cebada, y se las puso encima, y ella se fue a la ciudad.
16 - Cuando volvió a su suegra, ésta preguntó: ¿Qué sucedió hija mía? Y ella le contó todo lo que aquel varón había hecho por ella;
17 - y añadió: Estas seis efas de cebada me ha dado, pues dijo: No regreses a tu suegra con las manos vacías.
18 - Y ésta dijo: Descansa, hija mía, hasta que sepas como termina este asunto, porque el hombre no descansará hasta que concluya hoy mismo el asunto.