Capitulos:
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1 - Hermanos, Dios los ha llamado a ustedes para que sean su pueblo elegido. Por eso, pónganse a pensar seriamente en quién es Jesús: ¡Él es nuestro apóstol y nuestro Jefe de Sacerdotes!
2 - Dios le encargó que nos ayudara, y él lo obedeció, así como Moisés también obedeció cuando Dios le ordenó ayudar a todo su pueblo.
3 - Pero Dios le dio a Jesús más honra que a Moisés. Es como cuando se construye una casa: el que la construye es más importante que la casa misma.
4 - Toda casa ha sido construida por alguien, pero Dios es quien ha hecho todo lo que existe.
5 - Moisés sirvió a Dios y lo obedeció en todo, pues ayudó al pueblo de Dios tal como se le ordenó, y anunció al pueblo lo que Dios iba a decir en el futuro.
6 - Pero Cristo, que es el Hijo de Dios, es obediente y ayuda a este pueblo de Dios, que somos nosotros. Y nosotros somos parte de ese pueblo, si seguimos creyendo firmemente y con alegría en la salvación que recibiremos.
7 - Por eso hay que hacer lo que el Espíritu Santo dice: «Si hoy escuchan la voz de Dios,
8 - no sean tercos, como aquellos israelitas, que no quisieron obedecerlo en el desierto. Ellos quisieron ver hasta dónde soportaría Dios su desobediencia. »Por eso Dios les dijo:
9 - Aunque los traté bien durante cuarenta años, sus antepasados me pusieron a prueba en el desierto.
10 - Entonces me enojé, y les hice ver que vivían en el error, pues no obedecían mis mandamientos.
11 - Por eso, ya enojado decidí: “No voy a permitirles entrar en la tierra prometida, donde los haré descansar.”»
12 - ¡Cuidado, hermanos! No piensen en lo malo, ni dejen de confiar en el Dios que vive para siempre, para que no se aparten de él.
13 - Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie dejará de obedecer a Dios, ni pensará que, si peca, hace el bien.
14 - Al principio, cuando confiamos en Cristo, nos hicimos compañeros suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siendo sus compañeros siempre.
15 - Por eso la Biblia dice: «Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tercos, como aquellos israelitas que no quisieron obedecerlo.»
16 - ¿Y quiénes fueron los que escucharon a Dios y no quisieron obedecerlo? ¡Pues todos aquellos que Moisés sacó de Egipto!
17 - ¿Y con quiénes estuvo Dios enojado durante cuarenta años? ¡Pues con los que pecaron y luego cayeron muertos en el desierto!
18 - ¿Y a quiénes les juró Dios que no les daría descanso en la región de Canaán? ¡Pues a los que no le obedecieron!
19 - Y en verdad, no pudieron entrar a Canaán y descansar, porque no confiaron en Dios.