Diccionario Biblico: María


Significado de Maria

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(heb. Miryâm y aram. Maryâm [1, 2], "fuerte" o "rebelión"; quizás una
adaptación heb. del egip. Mryt, "la amada"; más tarde este nombre llegó a ser
común y se encuentra, en su forma gr., como el nombre de varias mujeres del NT;
gr. María y Mariám [3-10]).

1. Hermana de Aarón y de Moisés (Ex. 15:20; Nm. 26:59). Vigiló el arca que
contenía al niñito Moisés, puesta a orillas del río, y sugirió una ama hebrea
para que lo cuidara (Ex. 2:4-9). Después del cruce del Mar Rojo, María, ahora
llamada profetisa, dirigió a las mujeres de Israel en un canto de alabanza a
Dios por su milagrosa liberación (Ex. 15:20, 21; Mi. 6:4). Más tarde, con su
hermano Aarón, aparece como celosa del lugar de liderazgo de Moisés. Ambos
expresaron su molestia a Moisés, usando su casamiento con una mujer cusita,*
probablemente Séfora,* la mujer madianita, como pretexto por su malestar.
También reclamaron la igualdad con él, afirmando que Dios les había hablado a
ellos igual que a Moisés. Por su rebelión contra la voluntad de Dios y su
instrumento, María fue castigada con lepra, pero fue sanada después que Moisés
intercediera por ella (Nm. 12:1-16; Dt. 24:9). Murió en Cades, y allí fue
sepultada (Nm. 20:1).

341. Arriba, osario judío (receptáculo de huesos) con la inscripción (abajo):
"María, la hija de Simeón".

2. Descendiente de Judá (1 Cr. 4:17); no es claro si era hombre o mujer.

3. Madre de Jesús (Mt. 1:18). Que ella provenía de la descendencia de David está
sugerido en Ro. 1:3 (cƒ Hch. 2:30; 13:23; 2 Ti. 2:8). María, como también
José, su prometido, vivía en Nazaret* (Lc. 1:26; 2:39), y allí se le apareció
el ángel Gabriel y le reveló que sería bendecida por sobre todas las rnujeres,
porque sobre ella recaería el supremo privilegio codiciado por las madres de
Israel durante generaciones: sería la progenitora del "Hijo del Altísimo", "el
Hijo de Dios" (Lc. 1:26-35). María aceptó este honor con humildad. Parecería
que fue inmediatamente a una ciudad en la región montañosa de Judá para visitar
a su parienta, Elisabet, que sería la madre de Juan el Bautista (vs 39, 40).
En Lc. 1:36 se llama a Elisabet "parienta" de María. "Parienta" es la
traducción del gr. sunguenís, que es un término general para "pariente".

Tres meses más tarde, poco antes del nacimiento de Juan el Bautista, María
regresó a Nazaret (Lc. 1:56). Su casamiento con José pudo haber ocurrido en
esta época (véase Mt. 1:18-25). Cuando se acercaba el tiempo para el
nacimiento de Jesús, María y José tuvieron que viajar a su ciudad natal, Belén,
para un "censo" (Lc. 2:1-5). En el pueblo, lleno de gente, no pudieron
encontrar lugar para alojarse, a no ser un establo, y allí nació Jesús (vs 6,
7).

Cuarenta días después del nacimiento, María llevó a su primogénito al templo de
Jerusalén, como lo requería la ley ceremonial (Lc. 2:22-24; cƒ Lv. 12:1-8;
véase CBA 5:685). En ocasión se le reveló algo de sus conmovedoras
experiencias futuras cuando Simeón profetizó que "una espada traspasará tu
misma alma" (Lc 2:34, 35). Poco después de esto, María y José recibieron el
aviso de un ángel de que debían huir a Egipto para proteger la vida del niño de
los sanguinarios designios de Herodes (Mt. 2:1-18). Luego de algún tiempo, se
les informó en un sueño de la muerte del rey, regresaron y se establecieron en
Nazaret de Galilea (vs 19-23). Cuando Jesús cumplió 12 años, María y José lo
llevaron a Jerusalén para participar de la Pascua (Lc. 2:41, 42). En esa
ocasión, perdieron a Jesús. Cuando lo reprendieron después de hallarlo, les
explicó sus actos con palabras que María en ese momento no pudo comprender (vs
43-51), pero "guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón", como lo
había hecho en una ocasión anterior (vs 8-19). 755

María estuvo presente en una fiesta de bodas en Caná de Galilea poco después
que Jesús comenzó su ministerio. Cuando surgió la necesidad de vino, apeló a
Jesús, quien, como respuesta, realizó su 1er milagro público transformando el
agua en vino (Jn. 2:1-11). Después, ella con los discípulos y otros lo
acompañaron a Capernaum (v 12). En Mt. 12:46, Mr. 3:31, 32 y Lc. 8:19, 20 se
menciona a la madre de Jesús sin nombrarla. También estuvo cerca cuando Jesús
colgaba de la cruz, y el Señor la encomendó al cuidado de su discípulo Juan,
que "desde aquella hora . . . la recibió en su casa" (Jn. 19:25-27).

Las Escrituras no dicen nada más de María, excepto que estuvo presente con
otros discípulos de Jesús que se habían reunido y "perseveraban unánimes en
oración y ruego" antes del día de Pentecostés (Hch. 1:14). La tradición cuenta
que María acompañó a Juan a Efeso muchos años después de la crucifixión, y
murió en esa ciudad.

En ningún lugar la Biblia justifica una exaltación de María como lo hace la
Iglesia Católica Romana. No la llama Madre de Dios, ni se la muestra como
dispensadora de gracia, sino sólo como receptora de ella junto con todos los
demás. La mayoría de las enseñanzas católicas con respecto a María están
basadas sobre conceptos paganos y leyendas apócrifas (véase CBA 5: 665, 666).

4. "La otra María" (Mt. 27:61; 28:1). Se la describe "sentada delante del
sepulcro" con María Magdalena inmediatamente después de que se sepultara a
Cristo (27:60, 61), y acompañándola a la tumba antes del amanecer el día de la
resurrección (28:1). Es imposible identificar a esta María con algún grado de
certeza, a menos que sea María 7; se ha sugerido también que "la otra María"
podría ser la misma que María 8.

5. "Madre de Jacobo el menor y de José" (Mr. 15:40; cƒ 15:47 y 16:1, donde parece
que se la nombra por separado como "María madre de José" y "María la madre de
Jacobo"). Mateo también menciona a "María la madre de Jacobo y de José" (Mt.
27:56). Sobre la suposición de que "la otra María" y "María la madre de Jacobo
y de José" son la misma persona, se podría hacer la siguiente comparación de
sus actos: 1) María la madre de (Jacobo y de) José se quedó con María Magdalena
cerca de la tumba después que sepultaron a Cristo (Mr. 15:47), como también lo
hizo "la otra María" (Mt. 27:61). 2) María la madre de Jacobo (y de José)
acompañó a María Magdalena al sepulcro muy temprano en la mañana de la
resurrección (Mr. 16:1, 2), como también lo hizo "la otra María" (Mt. 28:1).
3) María la madre de Jacobo (y de José) y María Magdalena fueron informadas por
un ángel que Jesús había resucitado, y se les indicó que lo dijeran a los
discípulos (Mr. 16:1-7; Lc. 24:1-10); "la otra María" también tuvo una
experiencia idéntica a la de María Magdalena (Mt. 28:1-8).

6. Magdalena. Se la describe acompañando a Jesús, con otras mujeres y sus
discípulos, en una gira de predicación (Lc. 8:1, 2). Anteriormente Jesús había
echado de ella 7 demonios (Lc. 8:2; cÆ’ Mr. 16:9). El nombre Magdalena
posiblemente indica que había vivido en un pueblo llamado Magdala (Mt. 15:39),
en la orilla occidental del Mar de Galilea, cuando Jesús expulsó los demonios
de ella. El apodo se usó aparentemente para distinguirla de otras Marías
mencionadas en los Evangelios. El único contexto adicional al viaje
mencionado, en el que aparece su nombre completo, tiene relación con la
crucifixión y resurrección de Jesús. Durante esos eventos se la describe con
otras mujeres contemplando la escena del martirio de Cristo (Mt. 27:56; Mr.
15:40; Jn. 19:25); luego, verificando, con otra María, dónde pusieron a Jesús
(Mr. 15:47); vigilando cerca de la tumba con la misma mujer (Mt. 27:61); como
la 1ª en llegar a la tumba antes de la salida del sol en la mañana de la
resurrección (Mt. 28:1; Mr. 16:1, 2; Jn. 20:1); como una de las primeras en
informar a los discípulos acerca de ella (Mt. 28:7, 8; Mr. 16:9; Lc. 24:1-10;
Jn. 20:18); y como la 1ª, o entre las primeras, a quienes Jesús apareció
después de resucitar (Mt. 28:1, 5, 6, 9; Mr. 16:9; Jn. 20:1, 11-17).

Generalmente se la identifica con la "mujer... pecadora" que ungió los pies de
Jesús (Lc. 7:37-50). Con menos frecuencia se la ha identificado con María 3,
la hermana de Marta y Lázaro, de quien también se dice que ungió los pies de
Jesús (Jn. 11:1,2; 2:1-8). La base para esta identificación es la semejanza de
las 2 narraciones de ungimiento (véase CBA 5:745-747).

7. "De Betania". Con su hermana, Marta, vivían "en una aldea" (Lc. 10:38). Juan
(Jn. 11:1) la identifica como Betania,* un lugar a unos 2,5 km de Jerusalén
sobre el camino a Jericó. Del relato de Juan se puede concluir que Lázaro
también vivía con ellas, Lucas registra el siguiente incidente relacionado con
una visita de Jesús a su hogar: María sentada a los pies de Jesús mientras
conversan; Marta, por otra parte, prepara una comida. Molesta por tener que
trabajar sola, Marta regaña a Jesús por permitir que su hermana esté ociosa,
756 Jesús suavemente la defiende diciendo que ha elegido algo de un valor mucho
más permanente que la mera preparación de alimentos (Lc. 10:38-42). Cuando su
hermano Lázaro murió, María expresó su convicción de que no habría muerto si
Jesús hubiera estado allí (Jn. 11:32). Después de la resurrección de Lázaro
hubo una fiesta en honor de Jesús, durante la cual María ungió sus pies (Jn.
12:1-8; cÆ’ Mt. 26:6; Mr. 14:3). Por ello fue duramente criticada por el avaro
Judas, que afirmó que el perfume de nardo que se usó para ungir a Cristo se
podría haber vendido por 300 denarios y dado a los pobres. "Pero dijo esto, no
porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa,
sustraía de lo que se echaba en ella" (Jn. 12:4-6). Jesús respondió que lo
había ungido para el día de su sepultura (v 7). Sobre la identificación de
esta María con la Magdalena, que algunos hacen, véase María 6.

8. "Mujer de Cleofas". Juan la describe (Jn. 19:25) con María Magdalena y la
madre de Jesús cerca de la cruz. Si era María 5, ella y Cleofas eran los
padres de "Jacobo el menor y de José" que se mencionan en conexión con este
hecho.

9. Madre de Juan Marcos (Hch. 12:12). De acuerdo con Col. 4:10, era "hermana" de
Bernabé. La palabra griega traducida "sobrino" sería mejor traducirla "primo".
En Hch. 12:12 se afirma que los creyentes cristianos de Jerusalén se reunían
en su casa, donde oraban por la liberación de Pedro de la cárcel. Por cuanto
no se menciona a su esposo, se llega a la conclusión de que habría sido viuda.
Parece que estaba bien económicamente.

10. Mujer desconocitla (Ro. 16:6). Nada se sabe de ella, excepto que parece haber
sido una celosa misionera cristiana en la iglesia de Roma (la evidencia textual
favorece la lectura "vosotros" en vez de "nosotros", con lo que los cristianos
de Roma serían el grupo entre quienes ella trabajaba).

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