Diccionario Biblico: Manasés


Significado de Manases

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(heb. Menashsheh, [el que causa o] "hace olvidar"; Menashshî, "manasitas" [Dt.
4:43, BJ: 2 R. 10:33; 1 Cr. 26:32]; gr. Manasses).

1. Hijo mayor de José y Asenat, la hija Potifera, sacerdote de On (Gn. 41:50,
51). Por ello era mitad egipcio, a menos que el sacerdote de On fuera uno de
los semfticos hicsos. Cuando Jacob bendijo a Manasés y a su hermano Efraín
antes de morir, el anciano patriarca indicó, al cruzar sus brazos y poner su
mano izquierda sobre Manasés, que Efraín, aunque era menor, llegaría a ser
superior (48:8-21). Esta profecía se cumplió más tarde cuando los
descendientes de Manasés, aunque conformaban una tribu influyente en Israel,
fueron sobrepasados en importancia por la que descendía de Efraín. Véase
Manasés 2.

2. Tribu que descendió del hijo mayor de José (Jos. 16:4). Aunque su antepasado
fue sólo uno de los nietos de Jacob, él y su hermano fueron adoptados por el
patriarca como sus propios hijos (Gn. 48:5), y sus descendientes siempre fueron
tratados por los israelitas como 2 tribus separadas, iguales a las que
descendían de los demás hijos de Jacob. La tribu de Manasés estaba constituida
por 7 familias tribales: una fue fundada por Maquir, y las otras 6 surgieron
del nieto de Manasés, Galaad (Gn. 50:23; Nm. 26:28-34; Jos. 17:1, 2). Media
tribu recibió parte del territorio de Transjordania de los reyes amorreos de
Hesbón y Basán conquistado bajo la conducción de Moisés. Los descendientes de
Manasés no podían ocupar esta tierra hasta que hubieran ayudado a las otras
tribus a conquistar los territorios asignados al oeste del Jordán (Nm.
32:20-42). La región destinada a la media tribu de Manasés cubría la parte
norte de Galaad y todo Basán (Dt. 3:13-15, Jos.13:29-33), una zona que
consistía en parte de bosques y en parte de tierra labrantía. La otra mitad de
la tribu recibió un gran territorio en Canaán: tenía como límites por el sur
a Efraín, y por el norte a Isacar, Zabulón y Aser. Su límite sur corría desde
el Jordán hasta Taanat-silo, cerca de Siquem, y luego seguía el "arroyo de
Caná" (Wâd§ Qânah), terminando en el Mediterráneo (Jos. 17:5-10). La fluidez
de este límite es evidente, sin embargo, por el hecho de que la tribu de
Efraín poseyó ciudades dentro del territorio de Manasés (16:9), mientras que,
al mismo tiempo, Manasés poseía varias ciudades en los territorios de Isacar y
Aser (Jos. 17:11; cf 1 Cr. 7:29). Como las otras tribus, no pudo expulsar
inmediatamente a los cananeos de muchas de las ciudades fortificadas, pero con
el tiempo los hicieron tributarios (Jos. 17:12, 13; Jue. 1:27, 28). Dos
ciudades de Manasés en Basán fueron asignadas a los levitas (Jos. 20:8;
21:27; 1 Cr. 6:71). Los miembros de la tribu que vivían al este del 744 Jordán
extendieron su territorio por medio de la guerra contra los agarenos y otros (1
Cr. 5:18-23). El miembro de manasés más famoso de la historia bíblica fue
Gedeón, el héroe y juez que libró a los israelitas de los madianitas (Jue.
6:15). Algunos de la tribu se unieron ha David Siclag (1 Cr. 12:19, 20), y
18.000 le ofrecieron sus servicios mientras era rey de Judá en Hebrón (1 Cr.
12:31; cf vs 37). Manasés llegó a ser parte del reino del norte después que se
dividió el reino de Salomón, pero algunos de la tribu fueron a Asa de Judá
cuando vieron que Jehová estaba con él (2 Cr. 15:9). Tiglat-pileser III de
Asiria llevó el grueso de la población al cautiverio en el s VIII a.C. (1 Cr.
5:23-26), pero ciertos restos quedaron en el país, puesto que algunos miembros
de esta tribu asistieron a la Pascua del rey Ezequías (2 Cr. 30:1, 10, 11, 18),
y como resultado de ese reavivamiento espiritual regresaron a su territorio y
destruyeron los lugares de culto dedicados a dioses paganos (31:1).

También tomaron parte en la reforma del rey Josías (34:6, 9). A la tribu de
Manasés se la menciona en las visiones de Ezequiel (Ez. 48:4) y de Juan (Ap.
7:6). Véase Manasés 1.

3. Nombre que aparece en el texto masorético de Jue. 18:30, donde, sin embargo, se
debería leer Moisés. El nombre Manasés resulta de modificar el texto
consonántico hebreo en el que los masoretas insertaron una n sobre la línea del
nombre Moisés, aparentemente para oscurecer el hecho de que uno de sus
descendientes había llegado a ser el jefe de un sacerdocio idolátrico. Véase
Jonatán 1.

4. Decimocuarto rey del reino sureño de Judá (2 R. 20:21). Reinó 55 años (c 697-c
642 a.C.); durante parte de ese tiempo aparentemente fue corregente de su padre
Ezequías.

Un antiguo sello hebreo, publicado en 1963, lleva la inscripción:
"Perteneciente a Manasés, hijo del rey". Por consideraciones paleográficas, el
sello puede ser fechado en los ss VIII o VII a.C. Por lo tanto, es posible que
este sello haya pertenecido a Manasés, el hijo del rey Ezequías, antes de
ascender al trono, aunque pudo haber pertenecido a otro príncipe real del mismo
nombre que haya vivido algo antes o algo después del rey Manasés. No siguió el
buen ejemplo de su padre, sino que fue más impío que sus predecesores:
reestableció los lugares altos, erigió un altar a Baal e hizo objetos de culto
a Asera; adoró muchos otros dioses en los atrios del templo y sacrificó a unos
de sus hijos por fuego. Ignoró las advertencias del profeta acerca de las
consecuencias de su mala conducta y persiguió a muchos seguidores del verdadero
Dios, como lo indica obviamente la afirmación de que derramó mucha sangre
inocente (2 R. 21:1-16; 2 Cr. 33:1-10). Como castigo por sus actos impíos, Dios
lo entregó en manos de los reyes de Asiria. Tanto Esar-hadón como Asurbanipal
mencionan que Manasés les pagó tributos; uno de los reyes escribe su nombre
Menasi y el otro Minsie. Sin embargo, parece haber sido un vasallo desleal,
porque en una ocasión fue llevado cautivo a Babilonia -que en ese tiempo era
parte del Imperio Asirio- por Esar-hadón o Asurbanipal. Con todo, se le
permitió regresar cuando el rey asirio aparentemente se convenció de que de
allí en adelante sería leal. Aunque no se ha encontrado aún confirmación
extrabíblica de la cautividad de Manasés en las fuentes cuneiformes, su
experiencia tiene paralelos. Por ejemplo, el faraón Necao (I), rey de Saïs, fue
hecho rey vasallo de Egipto por Esar-hadón. Después de la muerte de Esar-hadón,
Necao se rebeló contra Asiria y fue llevado como prisionero a la Mesopotamia.
Mientras estuvo allí consiguió ganar la confianza de Asurbanipal, que le
perdonó y lo restableció en su trono en Saïs. Mientras Manasés estuvo cautivo
en Babilonia, se arrepintió, y al regresar a Jerusalén trató de deshacer lo que
su anterior impiedad había hecho quitando la idolatría de su reino y del
templo. Pero no abolió los lugares altos, aunque admitió sólo la adoración al
verdadero Dios en ellos. El cronista registra que se ocupó de extensas
actividades de construcción en Jerusalén y que reforzó el ejército (2 Cr.
33:11-17). Después de un reinado más largo que el de cualquier otro rey hebreo,
Manases murió, dejando el trono a su hijo Amón. Fue sepultado en el jardín de
su propia casa (2 R. 21:18; 2 Cr. 33:20).

Bib.: N. Avigad, IEJ 13 (1963):133-136; ANET 291, 294.

5. Judío casado con una mujer extranjera en tiempos de Esdras (Esd. 10:30).

6. Otro judío casado con una mujer extranjera en tiempos de Esdras (Esd. 10:33).

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