Diccionario Biblico: Versiones


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Traducciones de los textos hebreo y arameo del AT y griego del NT, en su
totalidad o en parte, en idiomas antiguos o modernos. Los eruditos usan los
manuscritos, de las antiguas versiones de la Biblia, como una de las fuentes
que les permiten reconstruir el texto original tanto del AT como del NT. Se
han preservado 4 versiones antiguas del AT hebreo: La LXX Griega, la Peshita
Siríaca, Los Tárgumes (glosas) Arameos y la Vulgata Latina. Estas versiones,
junto con los manuscritos hebreos y el Pentateuco Samaritano, constituyen las
principales fuentes de estudio de los textos del AT. Otras versiones, como la
Latina Antigua, la Cóptica (o Copta), la Etiópica, la Gótica, la Armenia, la
Arábiga, la Georgiana y la Eslavónica, son traducciones de la LXX. Para el NT,
las versiones antiguas más importantes son la Latina, la Siríaca y la Cóptica.

Sin embargo, el testimonio de las versiones Armenia, Georgiana, Etiópica y
Gótica es de gran valor para el estudio de los textos del NT.

En este artículo sólo se mencionarán las versiones más importantes bajo cada
apartado. Para tener una idea de la relación entre los originales y las
versiones, véase el cuadro sinóptico del CBA 5: entre las pp 128 y 129.

I. Versiones antiguas del AT. 1193

A. Pentateuco Samaritano.

En rigor de verdad, el Pentateuco Samaritano no es una traducción o versión
sino un texto hebreo independiente, escrito en una versión modificada del
alfabeto semítico antiguo y transmitido independientemente desde los días
cuando se produjo el sisma samaritano. Por tanto, es un intento de corrección
de los errores y las distorsiones que se habrían introducido en el texto hebreo
del Pentateuco a través de sus numerosísimas copias, antes que llegara la era
de la imprenta. Su valor, sin embargo, disminuye bastante por causa de la
oscuridad que rodea la historia de su texto, y por lo tardío de la fecha de sus
manuscritos, ninguno de los cuales va más allá del s X d.C. El Pentateuco
Samaritano difiere del texto hebreo masorético en unos 6.000 casos, pero la
mayoría de estas diferencias son insignificantes, pues muchas de ellas son sólo
ortográficas y gramaticales. Algunas de las importantes, que reflejan los
ideales samaritanos referentes a la religión y la liturgia, sin duda fueron
introducidas para darle realce a sus opiniones. En unos 1.900 casos el texto
samaritano está de acuerdo con la LXX (donde ésta difiere del texto masorético
hebreo); en esos casos su testimonio se considera importante.

B. Septuaginta.

La más importante y la más vieja de las versiones antiguas del AT es la
Septuaginta (se abrevia LXX). Con excepción de los Rollos* del Mar Muerto, que
marcaron época, los más antiguos manuscritos del AT son copias de esta
traducción al griego. Por tanto, la LXX tiene gran importancia tanto desde el
punto de vista del texto como de la historia. La apócrifa Carta de Aristeas
presenta un informe de la traducción del Pentateuco que en la actualidad está
muy desacreditado. Según este escrito, la versión habría sido hecha por 70 (o
más exactamente 72) eruditos judíos en Alejandría, bajo la dirección del
bibliotecario Demetrio Falereo; de allí el nombre de "Versión de los Setenta" o
Septuaginta. En realidad, fue obra de muchas personas -lo que resulta
evidente por la diversidad de estilos y métodos que se ven en ella- y no se
terminó hasta c 150 a.C. De acuerdo con la Carta de Aristeas, la traducción se
hizo porque se consideraba que la Escritura era digna de ocupar un lugar en la
biblioteca real. Los eruditos modernos creen que este interés cultural es una
razón insuficiente para la producción de esta versión, y que el verdadero
motivo era satisfacer las necesidades religiosas de los judíos de lengua griega
que vivían en Alejandría. Tal vez un incentivo adicional para su producción
haya sido el deseo de esos judíos de demostrar la superioridad de su religión,
y un modo de acercarse al mundo helénico.

Esta versión es de alto valor, tanto desde el punto de vista textual como del
histórico. Puesto que se la produjo antes de la Era Cristiana, es de gran
ayuda para la recuperación del texto hebreo anterior a los masoretas. La LXX
preparó el camino para la obra misionera de los cristianos, y fue su primera
Biblia. Era el AT de Pablo y de la iglesia primitiva, y muchas de las citas
del AT que aparecen en el NT provienen de ella. Le dio forma al vocabulario
religioso del NT y fue la base de otras importantes traducciones. Los eruditos
expertos en lenguas semíticas han descubierto en ella una herramienta útil para
el estudio de la morfología y la gramática hebreas.

Los 2 manuscritos más conocidos de la LXX son Biblias griegas que provienen de
la mitad del s IV d.C.: el Códice Vaticano (B) y el Códice Sinaítico (N). De
la 1ª parte del s V nos viene el Códice Alejandrino (A); también del s V es el
Códice Efraemi (C), que es un palimpsesto (copia hecha sobre pergaminos, cuyo
texto anterior ha sido borrado por raspadura). Existen unos 30 manuscritos
unciales (escritos sólo con letras mayúsculas) que contienen el texto de la
LXX, algunos de los cuales son más bien fragmentarios; más de 1.500 manuscritos
en minúscula, que por lo general son posteriores a los unciales; y unos 30
leccionarios. Anteriores a éstos son los papiros. Los papiros bíblicos
llamados Chester Beatty incluyen partes de 8 manuscritos distintos de la LXX,
cuyas fechas varían desde el s II hasta el s IV d.C., en los que están
representados 8 libros del AT (Gn., Nm., Dt., Is., Jer., Ez., Dn. y Est.).
También hay en existencia 21 hojas de Ez. de los papiros de John H. Scheide (de
la mitad del s III d.C.), y 33 hojas mutiladas del Códice Freer de los Profetas
Menores (de la última parte del s III a.C.). Pero anteriores a cualesquiera de
éstos son 2 fragmentos del Dt.: el Papiro Fuad 266 (de los ss II o I a.C.), con
partes de Dt. 18, 20, 24-27, 31; y el papiro griego 458 de la Biblioteca de
John Rylands (del s II a.C.), que contiene porciones de Dt. 23-27 y 28. Las
cavernas de Qumrán nos proporcionaron papiros o fragmentos en cuero de Ex.
(7QLXX), Lv. (4QLXX) y Nm. (4QLXX), tal vez del s I a.C. o del s I d.C. Una
copia fragmentaria de los Profetas Menores en griego, a la que se le asigna la
fecha del s I d.C., surgió a la luz en la cueva del Wâd§ Murabba{at en 1952.

C. Versiones y recensiones griegas rivales.

Después que la LXX se convirtió en la Biblia 1194 de la iglesia cristiana
primitiva, con el tiempo los judíos la repudiaron. En sus discusiones
teológicas los cristianos a veces usaban la LXX en ciertas formas que los
judíos consideraban no válidas. Además, el texto de la LXX a veces difería del
texto hebreo. Después de la destrucción de Jerusalén se desarrolló entre los
eruditos judíos un tipo de exégesis llamada atomista o atomística: consistía en
considerar las Escrituras como la manifestación escrita de la voluntad de Dios
en todas sus partes, en cada palabra y hasta en cada letra. La LXX, que no
concordaba totalmente con el texto hebreo aceptado recibió un repudio total y
se la calificó obra de Satanás. En el s II d.C. se hicieron diversas
traducciones del hebreo al griego con la intención de satisfacer la necesidad
de traducir fielmente el texto hebreo de manera que resultara aceptable para la
comunidad judía de habla griega.

1. Aquila. La 1ª de éstas la hizo probablemente Aquila, un prosélito del
judaísmo de Sinope (en el Ponto) en algún momento entre el 130 y el 150 d.C., y
quien, según Jerónimo, habría sido discípulo de Rabí Akiba entre el 95 y el 135
d.C. En su traducción fue literalista hasta llegar al servilismo, y además
pedante. En esto estaba en plena armonía con la posición de Akiba y de su
escuela. Aplicó el principio de la literalidad en la traducción hasta llegar
al absurdo y a lo ininteligible. Trató de traducir cada palabra y cada
partícula fiel y consecuentemente.

2. Teodocio. La traducción de Teodocio, a quien algunos presentan como
prosélito judío y otros como cristiano ebionita, se hizo entre el 180 y el 192
d.C. Su estilo y sus características eran muy similares a los de la LXX, y se
hizo muy popular entre los cristianos. Muchos eruditos la consideran sólo una
revisión de la LXX para ponerla en armonía con el texto hebreo aceptado. Su
versión de Dn. se incorporó en las siguientes ediciones de la LXX en lugar de
la versión original. El resultado de esto fue que la verdadera traducción de
Dn. de la LXX se conocía sólo por medio de un manuscrito griego tardío y una
versión siríaca, hasta que se descubrieron porciones de él entre los papiros de
Chester Beatty.

3. Símaco. Esta traducción, producida entre el 170 y el 200 d.C., tenía como
propósito no sólo ser exacta, sino también estar escrita en un griego bueno y
literario. De acuerdo con casi todas las autoridades de la antigüedad, Símaco
era ebionita; pero Epifanio dice que era un samaritano convertido al judaísmo.

4. Hexapla y Recensiones de la LXX. En la 1ª mitad del s III d.C., Orígenes
recurrió a Aquila, Símaco y Teodocio en su esfuerzo por salvar la LXX, y para
ello intentó lograr que concordaran con los textos hebreos existentes en sus
días. Por el 245 d.C., él y sus asociados, mientras trabajaban en Cesarea
(Palestina), completaron una versión séxtuple del AT que se conoce con el
nombre de Hexapla. Fue una tarea estupenda, que requirió trabajo diligente por
espacio de 1/4 de siglo. En columnas paralelas Orígenes presenta: a. El texto
hebreo. b. Una transliteración del hebreo en caracteres griegos. c. La
versión de Aquila. d. La versión de Símaco. e. La LXX en su texto revisado.
f. La versión de Teodocio. Cuando el texto de la LXX discrepaba con el texto
hebreo, se los armonizaba mediante el uso de otras versiones griegas y de
signos diacríticos (diéresis y tildes).

Si bien es cierto que este trabajo se hizo de buena fe, con el deseo de poner
coto a las distorsiones provocadas por la multitud de copias existentes, el
resultado final aumentó la confusión con respecto al texto de la LXX. El
tamaño colosal de esta versión en 6 idiomas es un obstáculo insalvable para su
reproducción total. A comienzos del s IV, Eusebio de Cesarea y su amigo
Pánfilo copiaron e hicieron circular la 5ª columna (el texto revisado de la
LXX) de la Hexapla separada del resto, con las notas críticas escritas por
Orígenes. Puesto que esas notas críticas carecían de significado separadas del
resto de la Hexapla, la tendencia natural que se manifestó con el correr del
tiempo, cuando hubo necesidad de hacer nuevas copias, consistió en escribir el
texto sin esos símbolos críticos. El resultado de ello ha sido desastroso para
la crítica del texto de la LXX, porque sin esas notas las añadiduras
introducidas por Orígenes parecen genuinas y dan la impresión de que forman
parte del texto original. El problema de conseguir un texto anterior a la
Hexapla ha constituido una fuente de gran perplejidad para los eruditos
estudiosos del texto de esa versión.

Se sabe de otras 2 recensiones de la LXX hechas en el s IV: la de Esiquio,
usada en Alejandría y en el resto de Egipto; y la de Luciano de Samosata, que
se empleó en todo el Asia Menor, desde Antioquía hasta Constantinopla. Poco se
sabe de Esiquio, y la identificación del texto de su revisión sigue envuelta en
la incertidumbre. Luciano revisó cuidadosamente la LXX con la ayuda de
manuscritos, tanto hebreos como de la LXX, que contenían frecuentemente un
ordenamiento del texto superior a la que poseía. Esas frases y formas de
redacción dieron gran importancia a la recensión de Luciano para la crítica del
texto 1195 de la LXX. Pero muchas de las alteraciones introducidas por él en
esa versión no tienen nada que ver con una manera diferente de redactar las
frases hebrea; son sólo cambios gramaticales y de estilo referentes a la fonna
literaria, hechas como consecuencia de la reacción aticista (purista).

D. Tárgumes arameos.

En el judaísmo posterior al exilio, el arameo* reemplazó al hebreo como lengua
vernácula, y surgió entonces la necesidad de acompañar la lectura del texto
hebreo con su correspondiente traducción al arameo. Esas traducciones, que al
principio eran sólo orales, recibieron el nombre de "tárgumes", y al traductor
se lo llamó turgueman o meturgueman. Los tárgumes eran una combinación de
traducciones propiamente dichas con paráfrasis y material explicativo. Con el
correr del tiempo más o menos se normalizaron y ya se encontraban algunos de
ellos por escrito antes de la Era Cristiana, como lo manifiestan algunas copias
que se hallaron entre los Rollos del Mar Muerto. Se conocen 3 tárgumes del
Pentateuco: 1. Tárgum de Onkelos o Babilónico, que en su mayor parte es
estrictamente literal y se reduce a una traducción lisa y llana. 2. Tárgum de
Jerusalén I (o del Pseudo Jonatán), que se caracteriza por contener muchas
paráfrasis y frases midrásicas (propias de los midrashim). 3. Antiguo Tárgum
de Palestina, que también se conoce como Tárgum Fragmentario o de Jerusalén II.
En 1949 el Prof. y Dr. Diez Macho descubrió en la Biblioteca del Vaticano una
copia completa de este tárgum bajo el nombre de Códice Neófiti I. El tárgum
oficial de los Profetas se atribuye a Jonatán ben Uziel (s I d.C.), un
discípulo de Hillel; sus paráfrasis son más libres que las de Onkelos. Los
tárgumes de la Hagiógrafa son comparativamente posteriores; abarcan los libros
de esa sección de la Biblia, excepto Esd., Neh. y Dn. El valor de los tárgumes
es ampliamente reconocida, pues se califica su importancia con respecto a la
cantidad de explicaciones y alteraciones que le añade; además, contienen un
rico tesoro en pensamiento religioso y exégesis judíos. Sin embargo, cuando se
la usa desde el punto de vista de la crítica textual del AT-NT, su testimonio
es de mucho valor. El Tárgum de Palestina, en especial, está considerado como
fuente para la recuperación de la lengua aramea que hablaba Jesús.

E. Versiones siríacas.

El sirio, llamado a menudo arameo oriental, era el idioma de los cristianos de
Siria y Mesopotamia. Existen varias traducciones del NT en sirio, pero sólo 2
del AT.

1. Peshitta, es decir, (traducción) "sencilla". Esta versión tuvo una historia
literaria tan compleja, que su origen ha sido objeto de debate por mucho
tiempo. Hasta donde es posible remontarse, es una versión cristiana, puesto
que contiene el NT además del AT, y las copias que existen son de origen
cristiano. Sin embargo, el AT manifiesta una influencia judía tan acentuada
que muchos eruditos sostienen que es de ese origen, a lo menos parcialmente,
aunque algunos explican este hecho adjudicándole un origen judeo-cristiano.
Habría sido producida en Edesa, aunque Kahle sostiene que provino de la región
de Adiabena, al este del Tigris, donde el rey Isates y su madre Helena llegaron
a ser prosélitos judíos en el s I d.C. Hay algunos pasajes del AT que son poco
más que transliteraciones en escritura siria de los tárgumes escritos en arameo
occidental. Si bien es cierto que el texto concuerda en general con el texto
hebreo masorético, al parecer fue revisado teniendo en cuenta la LXX.
Originalmente la versión siria carecía de Cr., Esd., Neh., y Est., como también
de los apócrifos; en fecha posterior se le añadieron estos libros. El más
valioso de los manuscritos sirios es el Códice Ambrosiano, de c s VI d.C., que
actualmente se encuentra en Milán. Un manuscrito de Gn., Ex., Nm., y Dt., del
monasterio de Santa María Deipara ("que dio a luz a Dios, o madre de Dios") en
Egipto, lleva una fecha que corresponde con el 464 d.C., por lo que es la copia
más antigua de la Biblia, en cualquier idioma, con fecha definida.

2. Versión siria de la Hexapla. Traducción al sitio de la 5ª columna de la
Hexapla de Orígenes. La hizo el obispo Pablo de Tella entre el 616 y el 617
d.C. Puesto que la traducción es muy literal y contiene las marcas críticas de
Orígenes, es la principal fuente de información para la reconstrucción del
texto revisado de la LXX que se encuentra en la Hexapla.

F. Versiones latinas.

1. Vetus Latina (Latina Antigua). La traducción de la Biblia al latín quizá se
produjo en el norte de Africa c 150 d.C.; incluso, es posible que los
cristianos de esa región adoptaran una traducción del AT al latín, producida
por judíos que hablaban ese idioma. Tertuliano (c 160-c 230 d.C.) conoció esta
Biblia, a lo menos en parte, y Cipriano (c 200-258), obispo de Cartago, citó
con frecuencia diversos pasajes de los 2 testamentos provenientes de esta
Biblia. Sólo nos han llegado algunos fragmentos de esta versión latina del AT.
Unos cuantos libros apócrifos provenientes de esta versión fueron incorporados
1196 después en la Vulgata, sin revisión alguna. En cuanto al resto de la
Biblia, los eruditos pudieron reunir fragmentos de manuscritos que abarcan una
considerable porción del AT. Estos fragmentos, junto con las citas que
encontrarnos en los escritos de los primitivos padres latinos, son las fuentes
de información para la reconstrucción del antiguo texto latino del AT. Los
eruditos distinguen 2 clases de estos textos: el africano y el europeo. La
versión Latina Antigua se hizo sobre la base del griego de la LXX, y su
principal valor en la actualidad consiste en que sirve de ayuda para la
recuperación del texto de la LXX tal como era antes que Orígenes lo revisara.

2. Vulgata. Esta versión latina, que es el texto oficial de la Iglesia
Católica, la produjo Jerónimo (c 347-420 d.C.) como respuesta a la solicitud
del papa Dámaso (382 d.C.) para que revisara la Latina Antigua. Hizo 3
revisiones de los salmos. La de ellas, basada en la LXX, se conoce como
Salterio Romano (384 d.C.), porque Dámaso la adoptó oficialmente para que se la
usara en las iglesias de Roma e Italia. Sigue en uso oficial en la basílica de
San Pedro (en Roma) y en Milán. Le siguió una 2ª revisión, más minuciosa (c
387), que se basó en la Hexapla. Esta, que fue adoptada lo en Galia (Francia),
se conoció como Salterio Galicano y todavía forma parte de la Vulgata. La 3ª
versión, que se conoce como Salterio Hebreo, porque fue una nueva traducción
hecha a partir del hebreo original, nunca se usó ni popularizó, aunque se
encuentra en algunos manuscritos de la Vulgata, mayormente en columnas
paralelas con la Galicana. Jerónimo dedicó después varios años a producir una
nueva traducción del resto de los libros del AT directamente del hebreo. Esta
versión, conocida como la Vulgata, o versión "vulgar, común", llegó a ser la
Biblia de la cristiandad europea de Occidente por espacio de 1.000 años, sigue
siendo la oficial de la Iglesia Católica Romana (reconocida así por el Concilio
de Trento, celebrado en el 1546 d.C.) y constituyó la base de las primeras
traducciones de las Escrituras al español. Cuando se trata del estudio del
texto del AT su valor es proporcional a la exactitud o falta de ella en la
traducción, y a lo tardío de su fecha de producción, puesto que ocurrió después
que el texto hebreo fuera sustancialmente normalizado, tal como lo conocemos
hoy.

Hoy existen en Europa unos 8.000 manuscritos de la Vulgata. Tal vez el más
apreciado de todos sea el Códice Amiantino, copiado en Inglaterra a comienzos
del s VIII d.C. y llevado como regalo al papa; en la actualidad se encuentra en
Florencia. La 1ª edición impresa de la Vulgata fue la de Gutenberg (fig 87:
facsímil de la 1ª página del Gn. de la copia que se encuentra en la Biblioteca
del Congreso, en Washington, Estados Unidos). La Biblia oficial de la Iglesia
Católica es una revisión de la Biblia Sixtina del papa Sixto V, que se conoce
como la Biblia Clementina, porque fue revisada y puesta en circulación durante
el reinado eclesiástico de Clemente VIII. Pero más recientemente, algunos
eruditos de la orden de los benedictinos prepararon una nueva edición crítica:
la Nova Vulgata, editada en 1979 por la Librería Editrice Vaticana.

G. Otras versiones orientales.

1. Cóptica. El copto, idioma de Egipto en el período cristiano primitivo, está
constituido por varios dialectos. El más importante de todos, en lo que a
versiones de la Biblia se refiere, es el sahídico (palabra derivada del nombre
que los árabes le dan al Alto Egipto, es-Sa{îd) y el bohaírico (del que estos
le dan al Bajo Egipto y a la costa, Bo1eireh). La traducción sahídica quizá se
produjo c s III d.C., y era de uso común en el Alto Egipto (la zona sur de ese
país). La fecha de la versión bohaírica se puede ubicar entre los ss III y V
d.C.; tal vez sea del IV. Era de uso común en el Bajo Egipto (el territorio
del norte). Esta llegó a ser la Biblia oficial de la Iglesia Copta. En ambas
versiones el AT fue traducido a partir de la LXX.

2. Etiópica. Esta versión, fechada indistintamente entre los ss V y VII d.C.,
se hizo sobre la base del griego. Los manuscritos más antiguos que existen
actualmente provienen del s XIII.

3. Gótica. Es la 1ª muestra de literatura escrita en la lengua de los godos.
La hizo Ulfilas sobre la base de la recensión de la LXX de Luciano, más o menos
a mediados del s IV d.C. En la actualidad sólo existen algunos fragmentos del
AT.

4. Armenia. Es una traducción de la LXX hecha alrededor del 400 d.C. para los
cristianos de la región oriental del Asia Menor, después de la invención del
alfabeto armenio. Manifiesta una definida influencia de la versión siria
denominada Peshitta.

5. Georgiana. Una traducción de los ss V o VI d.C., quizás a partir del griego
de la LXX, que manifiesta algunas afinidades con la versión siria. La Biblia
entera se halla preservada en esta versión en un manuscrito de 2 tomos en el
monasterio ibérico del monte Atos.

6. Eslavónica. Una versión del s IX d.C. que se atribuye a 2 hermanos: Cirilo
y Metodio. Algunos de los libros fueron 1197 traducidos del griego, otros del
hebreo y también de la Vulgata.

7. Arábiga. Pentateuco y el libro de Josué fueron traducidos por Saadia de
Gaón (892-942 d.C.) sobre la base del hebreo. El resto de los libros del AT,
al parecer, fue traducido de la Peshitta y la LXX.

II. Versiones antiguas del NT.

A. Versiones latinas del NT.

1. Latina Antigua. Apareció en la última mitad del s II d.C., quizás en el
Norte de Africa, donde existía una iglesia floreciente que tenía su centro en
Cartago. Puesto que la separan sólo 2 ó 3 generaciones de los autores
verdaderos de los libros del NT, es un testimonio muy importante de su texto
primitivo y uno de los testigos descollantes del tipo de texto occidental. En
la actualidad todavía existen unos 50 fragmentos del NT en latín antiguo.
Aunque no contienen todo el NT, esos manuscritos, junto con las citas en los
escritos de los Padres de la Iglesia, abarcan casi todo el NT. Sobre la base
de estas citas patrísticas los manuscritos se dividen en 3 tipos: el africano,
usado por Cipriano; el europeo, que se encuentra en traducciones al latín (del
s II) de las obras de Ireneo; y el italiano, que aparece en los escritos de
Agustín. Sin embargo, muchos eruditos ponen en tela de juicio la existencia
del italiano. Una cantidad de los manuscritos en latín antiguo se remontan a
los ss IV y V, y son muy importantes.

2. Vulgata. El NT de la Vulgata es una revisión más o menos conservadora de la
versión Latina Antigua, cotejada con algunos antiguos manuscritos griegos.
Jerónimo completó la revisión de los Evangelios en el 384 d.C., y el resto en
los años siguientes. Sin embargo, no existe seguridad de que haya hecho solo
todo ese trabajo. La nueva versión no fue recibida con mucho entusiasmo, pero
se la fue aceptando gradualmente; sólo en el s VII la Vulgata alcanzó pleno
consenso. En el ínterin, la versión Latina Antigua y la Vulgata sufrieron una
interpenetración que aumenta la complejidad de su historia literaria. Durante
la Edad Media se hicieron varios intentos para preservar el verdadero texto de
la Vulgata: por Casiodoro (6 c 583 d.C.); por Alcuino, durante el reinado de
Carlomagno (s VIII); y por Teodolfo (s IX).

B. Versiones siríacas del NT.

1. Diatessaron. La traducción del NT al sitio apareció como fusionando los 4
Evangelios en una narración continua de la vida y las enseñanzas de Jesús.
Taciano, un oriental talentoso y de poderosa personalidad, produjo esta versión
c 170 d.C.; había estudiado a los pies de Justino Mártir, en Roma. Con el
tiempo, el Evangelio de los separados desplazó por completo su obra (véase más
abajo), al punto que sobrevivió sólo en traducciones, como por ejemplo en 2
manuscritos árabes (uno de los cuales está en la Biblioteca del Vaticano), un
comentario armenio acerca de él escrito por Efrem, y un fragmento de 14 líneas
en griego descubierto en Dura Europos en 1933.

2. Antiguos Evangelios en siríaco. Aunque pudo haber habido versiones en sitio
antiguo de todos o casi todos los libros del NT, sólo los Evangelios han
sobrevivido. Esta versión, llamada el Evangelio de los separados (los 4
Evangelios separados), quizá se produjo c 200 d.C. Existe en la actualidad en
2 formas: a. La "Curetoniana", que consiste en unas 80 hojas de manuscritos del
s V d.C., procedentes del monasterio de Santa María Deipara, del desierto
Nitriano de Egipto, y revisadas por el Dr. William Cureton en 1842. b. La
"Sinaítica", que es un palimpsesto medio siglo más antiguo que el curetoniano,
descubierto en el monasterio de Santa Catalina (en el monte Sinaí) por la Sra.
A. S. Lewis y su hermana, la Sra. A. D. Gibson, en 1892. Estos manuscritos
son 2 testimonios muy importantes del texto primitivo de los Evangelios.

3. Peshitta. El NT de la Peshitta (la versión "simple" o "común") generalmente
se le atribuye al obispo Babbula, de Edesa (411-435 d.C.), quien revisó las
diferentes copias divergentes de la versión en sirio antiguo, de acuerdo con el
texto griego bizantino corriente en sus días. Esta versión, que se usó en la
iglesia siria a partir del s V, está representada por unos 250 manuscritos,
algunos de los cuales proceden de los ss V y VI d.C. Les faltan 2 P., 2 y 3
Jn., Jud. y Ap.

4. Filoxeniana y Heracleana. Filoxenio, obispo de Mabug, revisó la Peshitta en
el 508 d.C., y la suya, a su vez, fue vuelta a revisar por Tomás de Heraclea en
el 616 sobre la base de manuscritos griegos procedentes de Alejandría.
Mientras la versión flloxeniana es libre y con abundancia de expresiones
idiomáticas, la heracleana es sumamente literal.

5. Siríaca palestinense. Existe una versión siria que se conoce sólo en forma
fragmentaria, mayormente gracias a ciertos leccionarios, cuyo idioma está
íntimamente relacionado con el arameo occidental o judío, el idioma que, según
se cree, habló Jesús. Quizá se hizo en Antioquía en el s VI d.C., o tal vez
antes.

C. Versiones copias del NT.

De unas 5 versiones coptas que se conocen, las más importantes son la sahídica
y la bohaírica.

1. Sahídica. Esta versión es la más antigua y se usaba en el Alto Egipto (en
el sur). Antiguamente 1198 se la conocía como tebaica, en alusión a la ciudad
de Tebas. Sólo existen fragmentos de ella, pero en suficiente cantidad como
para reproducir la mayor parte del NT. Los manuscritos más antiguos de esta
versión provienen del s IV d.C.

2. Bohaírica. Esta versión era común en el Bajo Egipto (en el norte), y con el
tiempo reemplazó a los otros dialectos que se hablaban allí. Es el copto que
se usa hasta el día de hoy en los servicios religiosos, y todo el NT existe en
esta versión. Tanto la sahídica como la bohaírica del NT contienen
principalmente un tipo de texto alejandrino, tal como el que se encuentra en el
Códice Vaticano.

D. Otras versiones orientales del NT.

1. NT armenio. Esta versión, producida en la 1ª parte del s V d.C., es notable
por su fidelidad al texto original y por su belleza literaria. Los eruditos
todavía no se han puesto de acuerdo en si se hizo sobre la base del siríaco o
del griego, y las antiguas tradiciones armenias también están divididas al
respecto. Estudios recientes han convencido a algunos eruditos de que, en lo
que concierne a los Evangelios a lo menos, hubo una traducción al armenio
anterior a la conocida, y que esa versión se basó en los Evangelios en sirio
antiguo. La armenia del NT se considera como un testimonio importante del tipo
de texto de Cesarea. El manuscrito más antiguo proviene del 887 d.C. Algunos
de los manuscritos mejor iluminados o ilustrados son los armenios.

2. NT georgiano. Esta versión está íntimamente relacionada con la armenia y,
en efecto, se la ha considerado una traducción de ella. Si tal fuera el caso,
sin embargo, la armenia de la cual procedería no existiría actualmente. La
georgiana es otro importante ejemplo del tipo de texto de Cesarea.

3. NT etiópico. Esta quizá se produjo c 600 d.C. La versión corriente del
texto se basó en el griego, pero algunos eruditos han descubierto vestigios de
una traducción anterior, que se supone se basaba en el sirio antiguo. Los
manuscritos de esta versión son tardíos, y los más antiguos son del s XIII
d.C.; la mayoría son de los ss XVI y XVIII. Los manuscritos más recientes han
experimentado la influencia de alguna traducción árabe.

4. NT gótico. Esta versión se hizo directamente sobre la base del texto
griego, del tipo bizantino. c 350 d.C. El traductor fue Ulfilas. Puesto que
es casi literal, es valiosa para la recuperación del texto griego original. El
más famoso de los manuscritos góticos de los Evangelios es el códice argentino
(de plata), de los ss V o VI d.C., hecho en vitela púrpura de Bohemia;
actualmente se encuentra en Upsala, Suecia.

III. Versiones españolas.

A. Versiones antiguas (ss XIII-XIX).

1. Versiones medievales. La mayoría de los eruditos está de acuerdo en que
existían versiones parciales de la Biblia, en español antiguo, antes del Rey
Alfonso X, el Sabio. Se las llama "Biblias prealfonsinas", y la mayoría de sus
códices se encuentran hoy en la Biblioteca de El Escorial, en España. Pero la
llamada Biblia Alfonsina, incluida en la Historia general del mencionado rey,
es la la versión de importancia, aunque recurre con demasiada frecuencia a la
paráfrasis y no se atiene en todo al texto de la Vulgata, de la cual pretende
ser una traducción. Posteriormente a la Biblia Alfonsina los judíos españoles
tradujeron las Escrituras al español para uso de ellos. Entre otras, cabe
mencionar la Biblia medieval romanceada judeo-cristiana, de la cual el
sacerdote José Llamas publicó en 1950 una edición en Madrid.

2. Verciones judías. a. Biblia de Alba. Fue traducida entre el 1422 y el 1433
por el rabino Moisés Arragel, por encargo del maestre de Calatrava, don Luis de
Guzmán, que le pidió no solamente que tradujera el AT sino que además le
añadiera un comentario bíblico. El libro que resultó tiene 515 páginas y 290
miniaturas en colores. Los comentarios se encuentran en los márgenes, en letra
muy pequeña. Con el tiempo pasó a ser propiedad del duque de Alba, y por eso se
la conoce con ese nombre. Los eruditos la tienen en alta estima y la
consideran superior a todas las versiones anteriores. Nunca se imprimió;
siempre fue manuscrita.

b. Biblia de Ferrara. La 1ª Biblia española que se imprimió. Su nombre se debe
a que en esa ciudad de Italia 2 judíos portugueses, Duarte Pinel (Yom Tov
Athías) y Jerónimo Vargas (Abrabam Usque), publicaron (en marzo de 1553) 2
versiones de esta Biblia. La 1a, llamada "De los judíos", fue dedicada a doña
Gracia Mendes de Nas, una famosa banquera del s XVI; la 2ª; al duque de Ferrara
para uso de los cristianos. Esta Biblia es un ejemplo de traducción literal.
Conviene aclarar que su español es ladino (sefaradí o sefaradí); o sea,
judeo-español.

3. Primera versión evangélica: La "Biblia del Oso". Lleva este nombre porque
su 1a edición -hecha en Basilea, Suiza, en 1569- tenía en la tapa la
ilustración de un oso erguido sobre sus patas traseras, apoyado en el tronco
de un árbol, tratando de comer la miel de un panal que se hallaba en la parte
superior 1199 del árbol; se supone que así se quería ilustrar la dulzura del
mensaje de la Palabra de Dios. Tiene el mérito de ser la 1ª traducción íntegra
de la Biblia al español que se haya impreso y haya circulado. Su traducción
fue la obra monumental de un erudito y reformador español, Casiodoro de Reina,
que para su trabajo se basó en los textos originales y consultó las versiones
latinas, griegas, inglesas y alemanas. Esta Biblia fue revisada en 1602 por un
ilustre reformador español, Cipriano de Valera, quien publicó su trabajo en
Amsterdam, Holanda, ese mismo año. Hay quienes creen que éste produjo una
nueva versión de la Biblia, pero eso no se ajusta a la realidad; sólo se limitó
a revisar y corregir la de su compatriota, y a ubicar los deuterocanónicos al
final del AT. Tiene el gran mérito de estar escrita en un lenguaje excelente
y de ser muy fiel a los idiomas originales. Es la Biblia del pueblo evangélico
de los países de América Latina y de España.

4. Primeras versiones católico romanas. a. De Scío de San Miguel. Es una
traducción de la Vulgata Latina, y fue hecha más de 200 años después de la
aparición de la Biblia del Oso. Se la imprimió entre 1791 y 1793. Es la obra
del eminente prelado y humanista Felipe Scío de San Miguel, que la llevó a cabo
por encargo del rey Carlos III de España. Es evidente que para cumplir su
tarea no se limitó a consultar la Vulgata, sino que también recurrió a la
traducción de Reina y muy especialmente la de Ferrara. Se la considera una
versión de segunda mano, puesto que es la traducción de una traducción. Su 1ª
edición llevaba el texto latino junto al español, y contenía numerosas notas
explicativas que trasuntaban mucha erudición, y que son de gran interés,
incluso para los estudiosos actuales. También contenía paráfrasis de los
principales libros de la Biblia. Fue sumamente popular durante la 1a parte del
s XIX; incluso, las sociedades bíblicas evangélicas la imprimieron, previa
eliminación de las notas explicativas. Cayó en desuso durante la 2ª mitad del s
XX, y no se la volvió a reimprimir.

b. De Petisco o Torres Amat. La versión de Torres Amat, o de Petisco, llegó a
ser la más popular entre los católicos de lengua española, y entre muchos
evangélicos, a partir de mediados del siglo pasado, cuando reemplazó a la de
Scío de San Miguel. Es, al parecer, la obra del obispo y polígrafo don Félix
de Torres Amat, que la habría hecho por encargo del rey Fernando VII de
España. Pero algunos eruditos afirman que aquél se limitó a revisar la
traducción inédita de un jesuita llamado José Miguel Petisco (1724
-1 800). Por eso, algunos editores la llaman versión de Petisco; otros, de
Torres Amat; y un 3er grupo, de Petisco y Torres Amat. Otros eruditos salen en
defensa del obispo y sostienen que sólo consultó la Petisco, pero que no la
revisó y, por tanto, su traducción se basaría en la Vulgata. Su versión es
menos literal que la de Scío de San Miguel, y en ella abundan las paráfrasis,
añadidas con la intención de que el lector entienda mejor el texto bíblico,
adiciones que se pueden detectar fácilmente porque aparecen en cursiva. Por esa
razón, ha sido muy criticada tanto por católicos como por protestantes. Como
toda edición católica, la versión de Torres Amat cuenta con numerosas notas
explicativas e interpretativas, cuya lectura le permite deducir al lector
estudioso que el traductor tuvo ante sí los textos hebreo y griego y otras
versiones modernas, aun cuando trata de mantenerse fiel al texto latino. En
1947 el sacerdote Juan Straubinger, un alemán que a la sazón era profesor de
Sagrada Escritura del Seminario Mayor "San José" de La Plata, Buenos Aires,
Argentina, revisó íntegramente esta versión, suprimiendo las paráfrasis y las
explicaciones en cursiva, con lo que pasó a ser más fiel al texto original
latino. Se la puede conseguir en las librerías especializadas, pero suele ser
de alto costo. Ha perdido mucho de su popularidad anterior, porque han
aparecido otras versiones católicas de primera mano, es decir, traducidas
directamente de los textos hebreos, arameos y griegos originales; pero la
edición de Straubinger no ha desaparecido de los estantes de las librerías, y
todavía se la puede consultar.

5.Versiones de la América hispana. a. De Galván Rivera. En fecha muy cercana
a la publicación de la Biblia de Torres Amat en España, se publicó en México
una versión española. Su traductor fue don Mariano Galván Rivera, y se
imprimió en 25 tomos entre 1831 y 1833. Se hizo sobre la base de una traducción
muy popular en Francia, llamada La Bible dzAvignon; también se la llamaba La
Bible de lzAbbé de Vence, Contenía notas y comentarios, en especial las del
teólogo francés Augustin Calmet. Esta versión virtualmente desapareció, aunque
los que la conocieron dicen que tenía sus méritos innegables.

b. Versión Moderna de Pratt. En 1893 la Sociedad Bíblica Americana,
evangélica, publicó y difundió por la vez la Versión Moderna del Dr. Henry B.
Pratt, un norteamericano enamorado de las letras españolas y profundo creyente
en la necesidad de difundir las Escrituras en los países que hablan este
idioma. Basó su trabajo en los textos originales 1200 -hebreo, arameo y
griego-, y cotejó cuidadosamente su traducción con las versiones de Reina, Scío
de San Miguel y Torres Amat. Asimismo la comparó con la inglesa denominada
King James o del rey Jacobo (KJV), conocida también como Versión Autorizada.
Los entendidos no trepidan en señalar las virtudes de esta traducción, que por
alguna razón no pudo desplazar el amor que evangélicos y protestantes de lengua
española le profesan a la RVR. En 1929 se dejó de imprimir, y en la actualidad
es muy difícil de encontrarla.

B. Versiones españolas producidas en el s XX.

Hasta 1940 el panorama de las versiones españolas se encontraba dominado por 3
traducciones: 1. La Reina-Valera (RV 1909). 2. La de Torres Amat. 3. La
Moderna de Pratt. A partir de 1943, cuando el papa Pío XII proclamó su
encíclica Divino afflante Spiritu para animar a los especialistas católicos a
que produjeran nuevas versiones católicas de la Biblia -no ya basadas en la
Vulgata Latina, sino en las lenguas originales-, se produjo un revuelo
inmediato, especialmente en España y la Argentina. A partir de 1944 comenzaron
a aparecer diversas versiones españolas, especialmente católicas. Las siguieron
en número las evangélicas y judías, en 2º y 3er, lugar respectivamente, porque
la RV de 1909 que a partir de 1960 fue la RVR--, sigue teniendo para los
evangélicos y protestantes una autoridad y una preferencia incontestables, y
porque las versiones judías están dirigidas a un público más bien reducido.
Las nuevas versiones católicas se hicieron sobre la base de las lenguas
originales, y aunque la Vulgata sigue siendo la versión oficial de la Iglesia
Católica, sólo se la usó como referencia. Conviene destacar que estas nuevas
traducciones católicas han tenido excelente aceptación, incluso entre los
evangélicos.

1. Versiones católicas generales. a. Nácar Colunga. En 1944, la Biblioteca de
Autores Cristianos, de la Editorial Católica de Madrid, publicó la 1ª versión
católica directa de la Biblia. La traducción del AT estuvo a cargo del
hebraísta de Salamanca, sacerdote Eloíno Nácar, y la del NT se le encomendó al
profesor de Sagrada Escritura, también de Salamanca, sacerdote Alberto Colunga.
Ha tenido un éxito notable. Hasta 1983 se habían hecho 43 ediciones, y los
ejemplares vendidos en todos los países de habla española superaban el millón.
Ha sido objeto de varias revisiones, la última de las cuales estuvo a cargo del
sacerdote Maximiliano García Cordero. Como toda Biblia católica, está
acompañada de numerosas notas explicativas. Los entendidos en general
concuerdan en que se trata de una excelente traducción, y destacan su fidelidad
a los idiomas originales.

b. Bover-Cantera. Gracias al éxito alcanzado por la versión Nácar-Colunga, la
Editorial Católica se animó a imprimir una nueva traducción de la Biblia al
español, esta vez a cargo del sacerdote jesuita José María Bover, y de don
Francisco Cantera Burgos. Bover, ya fallecido, era un notable helenista y fue
el responsable de fijar el texto griego del NT y de su traducción. Don
Francisco Cantera Burgos, posiblemente uno de los hebraístas más notables del
mundo de habla española, tuvo a su cargo la traducción del AT. Esta versión
apareció por 1ª vez en Madrid en 1947. A diferencia de la traducción anterior,
es una obra crítica, destinada a los estudiosos de las Escrituras, lo que
explica las pocas ediciones que se hicieron de ella. Actualmente está
agotada. Cantera contó con la colaboración de Félix Puzo y especialmente de
Fernando del Valle. Este último tiene el gran mérito de haber puesto en verso
una buena parte del AT, característica única de las versiones modernas en
español. Según los críticos, esta versión sigue siendo insuperable.

c. Juan Straubinger. En un párrafo anterior se hizo referencia al sacerdote
alemán radicado en Argentina, Juan Straubinger (1883-1959), como el autor de
una magnífica revisión de la versión de Torres Amat. Pero en realidad la obra
por la cual se lo recuerda es su notable traducción de la Biblia al español a
partir de las lenguas originales, hecha entre 1948 y 1951. Además, fue doctor
honoris causa de la Universidad de Münster, Alemania; profesor de Sagrada
Escritura, como ya se dijo, del Seminario Mayor "San José" de La Plata, Buenos
Aires, Argentina; y fundador de la Revista Bíblica. La 1ª edición de esta
versión, realizada por la editorial. Desclée de Brouwer, de Buenos Aires,
apareció en torno de 1951 en 4 tomos, en rústica. Más tarde, la Catholic
Press, de Chicago, lanzó una nueva edición; por eso se la conoce también como
Biblia de Chicago. La Editorial Antabe, de Barcelona, publicó esta versión en
2 tomos, pero por razones desconocidas omitió el nombre del autor de la
traducción y añadió equivocadamente que se trataba de una "versión directa de
los textos primitivos y de la traducción de la Vulgata Latina al español".
Como toda versión católica de las Escrituras, la Biblia de Straubinger también
lleva notas. Las que corresponden a los libros proféticos de Dn. y Ap. son
notables porque se acercan 1201 muchísimo a la interpretación historicista de
esos libros. Ha salido de circulación y cuesta encontrarla.

d. Sagrada Escritura. La Biblioteca de Autores Cristianos de la Editorial
Católica de Madrid publicó, entre 1960 y 1974, una versión en 9 tomos de toda
la Biblia a cargo de escrituristas de la Compañía de Jesús. Seis tomos
corresponden al AT, los otros 3 al NT. Esta es la única versión de la Biblia en
español que cuenta con numerosos comentarios eruditos, y con una amplia y
completa introducción para cada libro. Su lenguaje no es fácil de entender
para el lector común, pero cabe destacar su fidelidad a las lenguas originales.

2. Versiones "pastorales" . Son por lo menos 5 versiones producidas y
distribuidas por la Iglesia Católica con el fin de difundir las Escrituras
entre sus fieles.

a. De Nieto o de Ediciones Paulinas. Un equipo de 15 especialistas preparó en
1961 la traducción de la Biblia al español hecha por un grupo de eruditos. La
dirección de este equipo la ejerció el Dr. Evaristo Martín Nieto, de la Casa de
la Biblia de Madrid. Las Ediciones Paulinas se encargaron de su impresión y
difusión; de allí el nombre de esta versión. Es una traducción hecha sobre la
base de las lenguas originales. El Dr. Nieto ha expresado el deseo de que esta
versión de la Biblia se convierta con el tiempo en la nueva Vulgata de los
países de habla hispana. Se han hecho ediciones adaptadas al español de
Hispanoamérica. En 1988 un equipo de expertos, bajo la dirección de don Juan
Antonio Carrera Páramo, la revisó cuidadosamente, con la intención de darle un
lenguaje más religioso y menos erudito. Se la puede conseguir con facilidad en
las librerías religiosas.

b. Biblia de Ausejo o de Editorial Herder. La Casa Editora Herder de Barcelona,
España, publicó en 1976 una nueva traducción de la Biblia realizada por un
grupo de especialistas bajo la dirección del monje franciscano Serafín de
Ausejo. Un rasgo muy interesante de esta versión es que el equipo de
traductores estuvo constituido por católicos y evangélicos, no obstante lo cual
no es lo que se podría llamar una traducción ecuménica, porque los evangélicos
sólo se comprometieron a título personal, y no trabajaron en nombre de las
confesiones religiosas que representaban. Los originales hebreos, arameos y
griegos a que recurrieron, a diferencia de lo que sucedió con otras versiones
católicas, son los que han sido generalmente aceptados por los evangélicos.
Esta Biblia sirvió de base para producir una nueva versión a otro idioma
latino: el portugués, tal como se lo habla y se lo escribe en Brasil. Existe
una versión abreviada del AT.

c. Biblia Regina. En 1966 la Editorial Regina de Barcelona, España, produjo
una versión española de toda la Biblia como resultado de las labores de 4
escrituristas claretianos (Hijos del Corazón de María). Los directores del
equipo fueron el sacerdote Pedro Franquesa para el AT, y el sacerdote José
María Solé para el NT. Los traductores, al llevar a cabo su tarea, tuvieron
presente los círculos de estudio de la Biblia y los cursos bíblicos. Por
tanto, se trata de una versión eminentemente pastoral. Su fidelidad a los
idiomas originales es sorprendente, en especial en lo que se refiere al AT.
Tiene la particularidad de que los nombres propios hebreos aparecen
transliterados.

d. Biblia de Jerusalén (BJ). Sin duda alguna, una de las versiones más famosas
de la actualidad, no sólo en los círculos católicos, sino también en los
evangélicos y protestantes ya que casi no existe librería que no la ofrezca.
Es una traducción directa de las lenguas originales, hecha por un grupo de 10
escrituristas de la sección española de la Escuela Bíblica de Jerusalén, bajo
la dirección de José Ángel Ubieta. La 1a edición de esta obra estuvo a cargo
de la editora Desclée de Brouwer, de Bilbao, España, que la lanzó al público
en 1976. Es evidente que los traductores siempre tuvieron muy cerca la
igualmente famosa versión francesa conocida como la Bible de Jérusalem. Por
eso hay quienes creen que es una versión, no de las lenguas originales, sino
del francés. Sus editores se apresuran a negarlo, y afirman que la traducción
se reduce a las notas, pero es innegable que el parecido y las afinidades son
notables. Ha desplazado en gran medida a la versión Nácar-Colunga. Su español
resulta un poco extraño para el lector hispanoamericano.

e. El Libro del Pueblo de Dios (LPD). La Biblia. Dos sacerdotes argentinos,
Armando J. Levoratti y Alfredo Trusso, publicaron en 1981 esta versión
mediante las Ediciones Paulinas de Buenos Aires. El propósito de este
trabajo fue producir una traducción de las Escrituras en el español que
hablamos hoy. Se comenzó a imprimir y a difundir parcialmente en la Argentina
desde 1964. Sólo cuando la obra estuvo terminada apareció en un tomo. La
introducción la define como "una nueva versión argentina de la Biblia". Es
una traducción hecha a partir de las lenguas originales, pero los traductores
consultaron en su tarea las versiones que se han publicado más recientemente,
tanto en español como en otros 1202 idiomas. Como toda Biblia de edición
católica, cuenta con notas, pero, a diferencia de otras, éstas son muy breves.
El orden de los libros es el de las Biblias hebreas.

3. Versiones críticas: a. Biblia de Jerusalén (véase 2.d). b.
Cantera-Iglesias. Esta versión, como su nombre lo indica, es de índole
científica; es una Biblia para el estudio crítico. Ni sus traductores
-Francisco Cantera Burgos para el AT, y Manuel Iglesias González para el NT- ni
su impresora original -la Editorial Católica de Madrid- tuvieron la intención
de que se difundiera entre el gran público de habla española. Según sus
traductores, su texto fue revisado a fondo sobre la base de las Biblias hebreas
publicadas recientemente, y se lo cotejó con sumo cuidado con las ediciones
críticas más importantes. Colaboraron en la traducción otros escrituristas,
como también en la redacción de las numerosas notas de carácter lingüístico que
contiene. Hay abundancia de vocablos hebreos transliterados y convenientemente
explicados. Cuenta, además, con un extenso prólogo explicativo, seguido de
varios estudios de autores israelitas y europeos sobre literatura, arqueología,
historia y teología. También ofrece una vasta bibliografía especializada, con
cronologías, fuentes y una lista de los términos hebreos más usados. Es una
versión indispensable para los estudiosos de las Escrituras.

4. Versiones "populares". Se da esta denominación a algunas versiones
españolas de la Biblia, patrocinadas por la Iglesia Católica, escritas en un
lenguaje al alcance del lector promedio; es decir, en un idioma que sea popular
sin ser vulgar.

a. La Biblia. La Casa de la Biblia, de Madrid, publicó en 1966 una versión
popular de la Biblia que se basó en la traducción efectuada por el equipo
Hispanoamericano de dicha Casa, bajo la dirección de Evaristo M. Nieto. La
intención de los traductores fue emplear un lenguaje apropiado al gusto y a la
cultura del hombre promedio, en un estilo popular, llano y sencillo. Por
ejemplo, el sistema de pesas y medidas que aparece en la Biblia fue transcripto
al sistema métrico decimal actual. También se actualizó el sistema de cómputo
de tiempo de la Biblia y se lo compatibilizó con el sistema moderno. La Casa
Editora Readerzs Digest publicó una edición monumental de ella, por lo que tuvo
una vasta difusión.

b. Biblia Latinoamericana. En 1972 Ramón Ricciardi y Bernardo Hurault, 2
sacerdotes chilenos, realizaron una traducción de la Biblia completa
destinada a las comunidades cristianas de América Latina. La publicaron
simultáneamente las editoriales Paulinas y Verbo Divino, ambas de España.
La labor de publicar una versión de la Biblia en el idioma actual, de todos los
días, ya lo habían emprendido previamente los evangélico-protestantes, con
mucho éxito, con su versión Dios habla hoy (DHH). No obstante la nueva versión
católica también logró vasta difusión. La intención evidente de los
traductores fue expresar en un español que pudiera comprender todo el mundo,
hasta los giros más difíciles que se encuentran en los idiomas originales
de las Escrituras. Esta versión está adaptada, además, al español de América
Latina. Así, por ejemplo, el "vosotros sois" de los españoles, es el
"ustedes son" de los hispanoamericanos. Evidentemente, es una versión pastoral.

5. Otras versiones católicas en español. a. Nueva Biblia Española (NBE). Los
traductores de esta versión católica son el profesor y lingüista Luis Alonso
Sch`kel, del Instituto Bíblico de Roma, y el profesor Juan Mateos, del
Instituto Oriental de Roma, con ellos colaboraron varios más. La publicó por
la vez en 1975 la Editorial Cristiandad, de Madrid. Sus traductores la llaman
"nueva" porque en ella se aplicó por 1ª vez en una traducción de difusión
bíblica, pero no estrictamente popular, el sistema dinámico de traducción:
traducir imágenes, ideas y conceptos, y no meramente palabras o frases. El
resultado fue una Biblia de contenido muy claro y de fácil lectura. Los
editores han publicado también una edición destinada a América Latina, con las
adaptaciones lingüísticas que esto exige. Una edición totalmente revisada fue
editada en 1993 pero con otro nombre: Biblia del peregrino.

b. Versión del Pontificio Instituto Bíblico. Los traductores de esta versión
fueron los sacerdotes Félix Puzo, E. Bosch, C. Brates y A.

Giménez, sobre la base de la obra realizada por el escriturista Antonio
Vaccari, en italiano, de acuerdo con las lenguas originales. La publicó por la
vez entre 1962 y 1963 una editorial de Barcelona, España, con el título de
Sagrada Biblia y con el patrocinio del Instituto Bíblico de Roma. Según
algunos especialistas, no implica ningún progreso en el campo de las versiones
españolas de la Biblia.

c. Cantera-Pabón. Los autores de esta traducción católica de la Biblia al
español son el hebraísta Cantera Burgos para el AT, y el profesor de la
Universidad de Madrid, José M. Pabón, para el NT; además contaron con la
colaboración de otros 6 escrituristas. Fue publicada por 1ª vez en 1962 por la
Editorial Planeta de Barcelona, España, y fue reeditada en 1988. Es una edición
muy lujosa, en un solo 1203 tomo. La obra va precedida de un prólogo, y
contiene varios estudios e índices.

6. Versiones evangélicas modernas. a. Biblia de las Américas. En ninguna de
las ediciones de esta la versión evangélica del s XX de la Biblia, hasta donde
se sepa, se publicó la lista de los nombres de sus traductores. Todo lo que
dicen es que la edición "es el producto de la intensa labor y dedicación de un
considerable número de eruditos de distintas denominaciones cristianas, en
representación de varios países de Hispanoamérica, de España y de los Estados
Unidos". Vio la luz en Los Angeles, California, Estados Unidos, en 1896. La
publicó la Casa Editora Lockman, de la Fundación Bíblica. Algún erudito,
aparentemente no muy amigo de esta versión, sostiene que no sería una
traducción de los idiomas originales, sino de la Revised Standard Version
(RSV). Es muy posible que ésta haya ejercido cierta influencia sobre los
encargados de llevar adelante la tarea. Los textos hebreos utilizados fueron
las Biblias hebreas de Kittel y Stuttgart, Alemania. Los traductores
abandonaron el "Jehová" de la RV 1909, y lo reemplazaron por "Señor" y "Yahvé".

b. Versión popular Dios habla hoy (DHH).

La 1ª edición de esta versión comprendía sólo el NT, y vio la luz en 1966, bajo
el patrocinio de las Sociedades Bíblicas Unidas, con el nombre de Dios llega
al hombre. Fue el producto de la dedicación y el esfuerzo de la Comisión de
Traducciones de dichas sociedades, compuesta por eruditos, hebraístas y
helenistas procedentes de diversas confesiones evangélicas y de muchos países
de América Latina y España. En 1979 esta edición se amplió para abarcar
también el AT, y se publicó con el nombre de Versión popular Dios habla hoy. Se
hicieron 2 versiones: una para los evangélicos y otra para los católicos. Esta
última contiene los libros deuterocanónicos, y vio la luz con el patrocinio del
CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano). Es la 1ª vez, por lo menos en los
últimos tiempos, que las Sociedades Bíblicas Unidas publican los
deuterocanónicos en una de sus ediciones. La versión, que procura ser fiel a
los idiomas originales, aplica, sin embargo, el concepto de traducción
dinámica. El español de esta versión sin duda no satisfará plenamente el gusto
de un literato o de una persona de cierto nivel cultural, pero hace accesible
el texto de la Escritura al hombre y a la mujer del común del pueblo de la
América española; no es literario, pero tampoco es vulgar. Se ha procurado
alcanzar al promedio de los lectores de habla española de América Latina.

c. Revisiones de la Reina-Valera (RV). Con la intención de eliminar arcaísmos,
hebraísmos y helenismos, y para modernizar su lenguaje y hacerlo más accesible
al lector común, esta traducción ha experimentado varias revisiones: fueron las
de los años 1860, 1909 y 1960. Por las razones apuntadas anteriormente, se
la llama Versión Reina-Valera Revisada y este Diccionario lo abrevia con la
sigla RVR. A lo largo de los años diversas editoriales han intentado publicar
otras revisiones de la clásica versión RV, principalmente las Sociedades
Bíblicas Unidas (Nueva York), la Editorial CLIE (España; revisión 1977), la
Casa Bautista de Publicaciones (Reina-Valera Actualizada [RVA], revisión 1989)
y la Sociedad Bíblica Emanuel (Nueva Reina-Valera, revisión 1990). Algunos
teólogos y eruditos han criticado estos intentos, y han adelantado la idea
de que sería mejor producir una nueva versión, la cual conservara la fidelidad
a los originales de la RVR y la RVA, pero que estuviese escrita en un español
más actual.

7. Versiones judías contemporáneas. Como ya se dijo, las primeras traducciones
del AT al español fueron fruto de la labor de sabios judíos, quienes produjeron
la Biblia de Alba y la de Ferrara. Siendo que la versión de Ferrara era en
ladino, y que con el correr del tiempo los judíos sefarditas dejaron de hablar
el ladino para adoptar las lenguas oficiales de los países a los cuales se
habían trasladado, estas versiones antiguas perdieron su vigencia. Por
otra parte, la gran afluencia de judíos a la América hispana creó la necesidad
de producir versiones del AT en beneficio de estas comunidades. Así surgieron
3 versiones judías modernas, ya no traducidas al ladino sino al español de hoy.

a. Primera traducción. Es una versión en 4 tomos -fruto de las labores de
Abraham Rosenblum, Enrique Zadoff y Moisés Katznelson- que publicó en 1971 la
Editorial Yehuda de Buenos Aires. Su título es sencillamente La Biblia. Los 2
primeros tomos contienen el Pentateuco (la Torá). Está en estilo hebreo, es
decir, se lee de atrás hacia adelante; se comienza con lo que en un libro común
sería la última página. Incluye la versión hebrea.

b. Segunda traducción. También se llama La Biblia. La publicó la Editorial
Sigal de Buenos Aires, en un solo tomo, y es obra de León Dujovne y los
hermanos Manasés y Moisés Konstantynowsky. Se ha reimpreso varias veces, la
última en 1982. Contiene la transliteración fonética de los nombres
hebreos, de modo que el lector puede tener una idea bastante aproximada de cómo
se pronunciaban 1204 esos nombres.

c. Tercera traducción. Se debe a uno de los traductores mencionados más
arriba, Moisés Katznelson. La publicó en Israel la Editorial El Árbol de
Vida/Yehuda, de Tel Aviv. Salió a la luz en 1986. Es la versión judía más
reciente del AT.

8. Versiones parafrásicas. Se llama así a las que no se limitan a traducir el
texto de la Biblia sino que le incorporan diversas explicaciones e
interpretaciones. Las paráfrasis más famosas de la Biblia son los llamados
"targumim" o tárgumes: traducciones y explicaciones de la Biblia en arameo para
uso de los judíos que, durante el exilio babilónico, se olvidaron del hebreo y
adoptaron el arameo como lengua vernácula.

a. La paráfrasis de la Biblia en español fue la de don Alfonso X, el Sabio.
También la versión de Scío de San Miguel contiene diversas paráfrasis, entre
las que se destaca la de Salmos, que, a decir de los entendidos, es
extraodinaria.

b. La Biblia al día. En 1975 la Editorial UNILIT de Miami, Estados Unidos,
publicó una excelente paráfrasis española, de inspiración evangélica, con el
título de "La Biblia al día". Contiene toda la Biblia en un solo tomo y su
lectura es muy fácil y comprensible.

9. Versión del Nuevo Mundo. Este es el nombre que le han dado los Testigos de
Jehová a su versión de la Biblia, originada por la razón de que, según ellos,
todas las otras, en todos los idiomas, están viciadas por fallas de traducción
cometidas consciente o inconcientemente; esta versión sería la única que
expresaría correctamente el contenido de las Escrituras en las lenguas
originales. Una frase que usan con frecuencia es: "La Biblia es la Palabra
de Dios siempre y cuando esté bien traducida"; y la suya es la única, según su
criterio. Sin embargo, esta versión no es una traducción directa de las lenguas
originales, sino del inglés, aunque los editores afirman que se la cotejó
cuidadosamente con los originales hebreo y griego. Esta versión ha levantado
una considerable controversia entre los estudiosos de la Biblia, tanto
católicos como evangélicos y protestantes, algunos de los cuales la consideran
fraudulenta y hasta herética. Llama la atención su bajo costo, que se explica
porque los miembros de la organización subvencionan su difusión. La 1ª edición
es del año 1970, y la última, de 1985. La impresión y difusión ha estado a
cargo de la Watchtower Bible and Tract Society (Sociedad de Publicaciones de
la Torre del Vigía), de Nueva York, Estados Unidos. Su difusión corre por
cuenta de los miembros de la organización, que despliegan gran celo en ello.

Bib.: Cambridge History of the Bible [Historia de la Biblia Cambridge], 3 ts
(Cambridge, 1963, 1969, 1970); [Frederic Kenyon, Our Bible and the Ancient
Manuscripts [Nuestra Biblia y los manuscritos antiguos] (Ed. rev. por Adams,
Nueva York, 1958); Ralph W. Klein, Textual Criticism of the Old Testament
[Crítica del texto del AT ] (Nueva York,1974); Bruce M. Metzger, The Text and
the New Testament [El texto y el NT ] (Londres,19682); Bleddyn J. Roberts, T

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