Diccionario Biblico: Resurrección


Significado de Resurreccion

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(gr. anástasis, "levantarse", "resurrección"; exanástasis, "levantarse de [la
tumba]"; éguersis, "levantarse", "resurrección").

Restauración de la vida, junto con la plenitud del ser y la personalidad,
posterior a la muerte. El efecto final del pecado es la muerte (Ro. 6:23), y
"todos pecaron" (3:23); la salvación del pecado es la vida eterna (Jn.
3:14-17). Pero una vez que ocurrió la muerte, debe haber una resurrección de
los muertos, para que el que encontró la liberación del pecado mediante
Jesucristo pueda tener vida eterna. Por ello, el cristiano devoto pone la mira
en la "esperanza de la vida eterna" prometida "antes del principio de los
siglos" (Tit. 1:2; cf 3:7). Por cuanto no se la explícita en ninguno de los 5
libros de Moisés, los saduceos rechazaron la doctrina de la resurrección (Mt.
22:23; Hch. 23:8). Por otro lado, los fariseos y otros judíos generalmente
creían en "una resurrección de los muertos, así de justos como de injustos"
(Hch. 24:15; cf 23:6-8). Aunque está mencionada implícitamente, y algunas
veces también explícitamente (Job 14:13-15; 19:25-27; Sal. 16:11; 17:15; 49:15;
73:24; Is. 26:19; Dn. 12:2), no fue hasta tiempos del NT cuando la resurrección
de Jesucristo hizo de la doctrina una realidad concreta, y la enseñanza sobre
este importantísimo tema llegó a ser clara y completa (1 Co. 15:3-56; 1 Ts.
4:13-17; Ap. 20:4-6, 11-15; cf Mt. 22:23-33; Jn. 5:25-29; 11:23-26). En
realidad, sin la esperanza de la resurrección, todo el andamiaje de la fe
cristiana se desploma (1 Co. 15:14-19).

La declaración de Isaías: "Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán" (Is.
26:19), es la 1ª declaración clara y sin ambigüedades con respecto a la
resurrección como tal, aun cuando Job, mucho antes, había esperado con fe y
esperanza este gran evento (Job 14:13-17; 19:25-27). La 1ª afirmación
explícita de que algunos impíos, por lo menos, como también algunos justos, se
levantarán de la muerte se encuentra en Dn. 12:2. Comparado con el NT, el AT
tiene pocas y muy breves referencias al tema, sin duda porque esta gran verdad
no fue claramente comprendida antes que la resurrección de nuestro Señor
demostrara la posibilidad y la realidad de la resurrección.

Jesús siempre destacó en sus enseñanzas la vida futura como premio por el bien
hacer (Mt. 16:27: 25:31-46; Lc. 16:19-31; etc.). Al dirigirse a un fariseo
explicó que la recompensa por un interés compasivo ante las necesidades de sus
semejantes la concretaría Dios "en la resurrección de los justos" (Lc. 14:12-
14). Hablando a algunos dirigentes judíos declaró que vendría la hora en que
"los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que la 986 oyeren vivirán"
(Jn. 5:25). En realidad, "todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y
los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron
lo malo, a resurrección de condenación" (vs 28, 29).

La certeza de la resurrección de Cristo dio poder y precisión a la predicación
del evangelio (cf Fil. 3:10, 11). Pedro afirmó que "la resurrección de
Jesucristo de los muertos" produce "una esperanza viva" en los creyentes (1 P.
1:3). Los apóstoles se consideraron ordenados para ser testigos "de su
resurrección" (Hch. 1:22), y basaron sus enseñanzas de ella sobre las
predicciones mesiánicas del AT (2:31). Fue su conocimiento personal de "la
resurrección del Señor Jesús" lo que dio "gran poder" a su testimonio (4:33).
Los apóstoles despertaron la oposición de los dirigentes judíos cuando salieron
a predicar "en Jesús la resurrección de entre los muertos" (v 2). Para los
filosóficos griegos la idea de una "resurrección de los muertos" era locura
(17:18, 32). Cuando fue llevado ante el Sanedrín, Pablo declaró que por causa
de su "esperanza y de la resurrección de los muertos" se lo juzgaba (23:6; cf
24:21). A los romanos, Pablo escribió que Jesucristo fue "declarado Hijo de
Dios con poder... por la resurrección de entre los muertos" (Ro. 1:4). En el
bautismo, explicó, el cristiano da testimonio de su fe en la resurrección de
Cristo (6:4, 5).

El gran capítulo sobre el tema en el NT se encuentra en 1 Co. 15. Allí Pablo
trata extensamente acerca de su certeza y su importancia vital en la creencia y
la fe cristianas (vs 1-22), de la época del suceso (v 23), y de la forma (vs
35-56). Comienza su estudio enumerando los testigos de la resurrección de
nuestro Señor (vs 4-8), y sigue mostrando que el evangelio de Cristo sería
totalmente vano y la fe cristiana también vana (v 14) "si Cristo no resucitó" y
"si no hay resurrección de los muertos" (vs 14, 13). Afirma que los justos
vuelven a la vida sobre la base de la anterior de Cristo, siendo aquello tan
seguro como ésta (vs 13-22). "Los que son de Cristo" serán "vivificados" "en
su venida" (vs 23, 22). Afirma que el cuerpo resucitado será un "cuerpo
espiritual", que diferirá en ciertos aspectos esenciales de nuestro cuerpo
actual, pero que de todos modos será real (vs 35-44, 49, 50). En los vs 51-54
enseña que el cambio de mortalidad a inmortalidad ocurrirá en la resurrección y
será instantáneo. Juan el Revelador habla de que los justos muertos vuelven a
la vida y reinan con Cristo durante 1.000 años (Ap. 20:4-6), y que los impíos
muertos resurgen al final del milenio (vs 5, 12, 13) para comparecer en el
juicio ante Dios (vs 11, 13, 15). Véanse Alma; Milenio; Muerte.

Bib.: FJ-AJ xviii. 1.4.

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