Diccionario Biblico: Velo


Significado de Velo

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En sentido genérico, algo que cubre, que envuelve; otras veces, una cortina.
En la Biblia es traducción del: 1. Heb. mitpajath, "capa", tal vez un chal
largo que se usaba sobre la túnica (ls. 3:22, "chales", DHH, BJ, NBE, RVR 1977;
Rt. 3:15, "manto", RVR). Este término figura en la lista de las prendas
elegantes que usaban algunas mujeres de Palestina. Los Rollos del Mar Muerto
omiten la palabra. 2. Heb. plural re{âlôth, quizá velos largos y sueltos, más
delicados y costosos que los de uso diario (Is. 3:19). 3. Heb. tsâ{îf (Gn.
24:64, 65). 4. Heb. massêkâh o mesukkâh (ls. 25:7; 28:20; Ez. 28:13). 5. Heb.
plural mispâhôth, "velos" mágicos, aparentemente para quienes venían a
consultar a las falsas profetizas, las que practicaban inventos engañosos sobre
las almas inocentes en el antiguo Israel (Ez. 13:18, 21). 6. Heb. tsammâh,
adorno transparente (Cnt. 4:1-3; 6:7). 7. Heb. râdîd (Cnt. 5:7; Is. 3:27).
Hasta aquí los velos se refieren mayormente a las que usaban las mujeres de la
antigüedad. Sin embargo, de acuerdo con las representaciones pictóricas, las
mujeres de aquel tiempo no se cubrían el rostro con un velo como las musulmanas
de la actualidad. Famoso es el texto de Pablo que aconseja a las mujeres a
usar el cabello como "velo" (gr. peribólaion; 1 Co. 11:1-16, LPD), una forma de
demostrar respeto por su persona y por Dios. De acuerdo con la costumbre de la
época, las damas romanas o griegas cuando estaban en público se cubrían la
cabeza con un velo o un chal, o con un extremo de sus vestiduras. Pero las
esclavas y las mujeres de clase inferior salían con la cabeza descubierta. 8.
Heb. masweh y gr. kálumma, el velo de la letra material (Ex. 34:33-35; 2 Co.
3:12-18).

Para separar el lugar santo del santísimo (Ex. 26:31-35) había un "velo" (heb.
pârôketh o pârôketh ha-mâsâh; gr. katapétasma; la que separaba el atrio del
lugar santo se denominaba simplemente mâsâk). Era de color azul, púrpura y
escarlata (v 31), y con figuras de querubines que representaban a los ángeles
que rodean el trono de Dios. Esta cortina del antiguo tabernáculo, y más tarde
la del templo, ocultaban la presencia de Dios del sacerdote que ofrecía cada
día del año la sangre de los sacrificios y el incienso sobre el altar de oro
(Lv. 4:6). Esto era lo más cerca que alguien se podía aproximar a la divina
Presencia, salvo en el Día de la Expiación (16:2, 12, 15, 16; cf 21:21-23).
Debido a su proximidad con el arca del testimonio, a veces se le daba el nombre
de "velo del testimonio" (24:3), o "el velo que está delante del testimonio"
(Ex. 27:21). Cuando se la llevaba de un lugar a otro, se envolvía el arca con
él (Nm. 4:5). En el momento que Cristo murió, el velo que correspondía a éste
en el templo de Herodes se rasgó de arriba abajo (Mt. 27:51; etc.). Como en la
LXX el velo que separaba los 2 compartimentos del antiguo santuario
(katapétasma) también se aplicaba a la cortina que hacía de puerta del
tabernáculo, entonces surgió la expresión "segundo velo" (He. 9:3) para
referirse al del interior. En He. 10:20 se habla de la ascensión de nuestro
Señor al cielo en semejanza humana como la consagración de un "camino nuevo y
vivo... a través del velo, esto es, su carne", por medio del cual podemos
acercamos a la Presencia divina "con corazón sincero, en plena certidumbre de
fe" (vs 20, 22). La esperanza del cristiano, declara en otro lugar el apóstol,
"penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor"
(6:19, 20). Véanse Expiación, Día de la; Sacrificios y Ofrendas.

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Concordancia Biblica: Velo


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