Diccionario Biblico: Raquel


Significado de Raquel

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(heb. Râjêl, "oveja" [hembra madura]; gr. Rhajel).

Hija menor de Labán, 2ª esposa de Jacob y madre de José y Benjamín. Como el
padre era tío de Jacob del lado materno, Raquel era su prima (cf Gn. 28:2;
29:9, 10). Jacob se encontró con ella por 1ª vez junto al pozo, cerca de
Harán, al llegar a Padan-aram, a donde había sido enviado para buscar esposa.
Después de haber quitado cortésmente la piedra que cubría la boca del pozo y
dado de beber a sus rebaños (Gn. 29:10), la saludó con un beso y se presentó
(vs 11, 12). Aparentemente, se enamoró a primera vista de Raquel, y su afecto
por ella creció hasta ser firme y profundo (v 20). Labán le dio la bienvenida
a su casa (vs 13, 14), y después de un mes lo contrató para que cuidara sus
rebaños (v 15; cf 30:31), con el entendimiento de que Raquel llegaría a ser su
esposa a cambio de 7 años de servicio (29:15-19). Este procedimiento estaba de
acuerdo con las costumbres del antiguo Oriente, que exigían que el esposo en
perspectiva hiciera un pago al padre de la novia al formalizar el contrato de
matrimonio. Como Jacob había llegado sin dinero, y por lo tanto no podía pagar
la dote* requerida, debía trabajar por valor del precio estipulado. Cuando
pasaron 7 años, Labán a escondidas sustituyó a Raquel por su hermana mayor,
Lea, y Jacob, el engañador (cp 27), fue engañado (29:21-25). Con el pretexto
de que la costumbre impedíass que la hija menor se casara antes que la mayor,
Labán le propuso a Jacob que la semana de la fiesta de bodas (cf Jue. 14:12),
que ya se había iniciado, siguiera por una semana más, al fin de la cual le
daría también a Raquel, a cambio de otros 7 años de servicio (Gn. 29:26, 27,
30). Para su gran desaliento y profundo chasco, "Raquel era estéril" (v 31).
Lea, por otro lado, dio a luz a varios niños (vs 32-35). Celosa de Lea, Raquel
echó la culpa a Jacob de su esterilidad y con arrogancia le pidió que le diera
hijos (30:1), pero él le recordó que esa facultad estaba en manos de Dios (v
2). Raquel, entonces, le dio a su criada Bilha como concubina (v 3), en
armonía con las antiguas costumbres orientales, por las que sus hijos llejaban
a ser los hijos legales de la esposa legítima. Dan y Neftalí nacieron de esta
unión (vs 4-8). En una ocasión, Raquel negoció con Lea unas mandrágoras que
había recogido su hijo Rubén (v 14). Los pueblos del Cercano Oriente creían
que esta planta, de la familia de la belladona, favorecía la fertilidad. A su
tiempo, Dios "se acordó de Raquel", y dio a luz a José (vs 22-24).

424. La así llamada tumba de Raquel cerca de Belén.

Después de 20 años de servicio (31:38), a escondidas Jacob abandonó a Labán
para volver a Canaán con sus esposas y sus rebaños (vs 1-18, 20). A la salida,
Raquel hurtó los "ídolos" de su padre, o sea los dioses familiares (terafines;*
v 19), que generalmente eran pequeñas figurillas o imágenes de madera, arcilla
o metales preciosos, probablemente con la esperanza de que le aumentarían su
fertilidad, una de las funciones atribuidas a esos dioses (fig 503). Cuando
más tarde Labán le preguntó a Jacob por ellos, éste, que no sabía nada del
hurto, lo invitó a revisar todos sus bienes (Gn. 31:30-33). Raquel astutamente
escondió las imágenes, y no se las encontró (vs 34, 35). Algunos años más
tarde, Jacob pidió que se eliminaran todos los "dioses ajenos" que
pertenecieran a los miembros de su familia, y "los escondió debajo de una
encina" cerca de Siquem (35:2-4). Es posible que las "imágenes" de Labán
estuvieran entre 975 ellos. Transcurrieron varios años más y, en un viaje
desde Betel, Raquel dio a luz a Benjamín, pero ella murió en el parto y fue
sepultada cerca de Efrata (vs 16-19), donde se levantó un pilar para señalar su
tumba (v 20). Su ubicación exacta es desconocida, pero se ha levantado una
capillita a corta distancia, al norte de Belén, sobre el lugar tradicional (fig
424). Sin embargo, de acuerdo con 1 S. 10:2 (cf Jer. 31:15) parece que fue
sepultada en la vecindad de lo que más tarde fue la frontera entre Benjamín y
Judá, al norte de Jerusalén. El lugar tradicional, a 1,5 km al norte del
pueblo de Belén, estaría a unos 6,5 km de la frontera de Benjamín. El profundo
amor de Jacob hacia Raquel se nota en su mención de ella muchos años después de
su muerte (48:7).

Jer. 31:15 representa figuradamente a Raquel como llorando por sus hijos, los
cuales tal vez sean las tribus de Efraín y de Manasés, hijos de su hijo José,
que habían sido llevadas en cautiverio un siglo antes del tiempo de Jeremías;
pero sin duda también por la gente de Benjamín, su hijo menor, que estaba a
punto de sufrir la cautividad por Nabucodonosor. Mateo (2:18) aplica la figura
de "Raquel que llora a sus hijos" al duelo de las madres de Belén por el
asesinato de sus hijos ordenado por Herodes el Grande.

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