Significado de Jose
Ver Concordancia
(heb. Yôsêf [1-6], "añada [aumente] El [Dios]" o "que El [Dios] añada
[aumente]"; también aparece en textos fen. y aram.; gr. IÇsef [7, 10, 11,
13-15]; IÇsetos e IÇses [8, 9]; IÇsej [12]).
De acuerdo con Gn. 30:24 el vocablo hebreo proviene del verbo yâsaf , "añadir"
(es decir, José representa el deseo de Raquel de recibir otro hijo de parte de
Dios). Pero el v 23 indicarÃa que el autor también pensaba en un verbo de
igual asonancia, âsaf , "quitar" (es decir, José concreta la eliminación de la
vergüenza de la esterilidad).
1. Hijo de Jacob de la amada Raquel, después de un largo perÃodo de esterilidad.
Cuando nació, su padre habÃa servido a Labán 14 años, por lo que tenÃa ya 91
años de edad (cf Gn. 41:46, 47; 45:6; 47:9); o sea, 6 años antes de que la
familia regresara a Canaán (30:22-26; 31:41). Por cuanto José era el
primogénito de su esposa preferida, Jacob mostró favoritismo por él, en
especial después de la muerte de Raquel, al regalar a José una vestidura
costosa como la que usaban los hijos de los nobles (37:3). Los celos generados
por esto aumentaron cuando José contó a sus hermanos 2 sueños en los que habÃa
visto a todos los miembros de su familia, incluyendo a sus padres, inclinándose
ante él (vs 4-11). Cuando tenÃa 17 años, Jacob lo envÃo a Siquem para visitar
a sus hermanos que pastoreaban sus ganados. Cuando llegó al lugar descubrió
que se habÃan ido a Dotán, de modo que los buscó allÃ. Apenas sus hermanos lo
vieron, hicieron planes de matarlo, pero Rubén, con la esperanza de salvarlo,
los persuadió de que lo abandonaran en una cisterna vacÃa. Sin embargo, cuando
en ausencia de Rubén pasó por allà una caravana de ismaelitas y madianitas en
camino a Egipto, los otros hermanos lo vendieron como esclavo a los mercaderes.
Para engañar a su padre, mancharon la vestidura de José con la sangre de un
cabrito que mataron para esto, y le mostraron la ropa, diciéndole que la habÃan
encontrado en el campo, Jacob sacó la conclusión de que José habÃa sido
destrozado por algún animal salvaje (vs 12-33).
Al llegar a Egipto, el joven fue vendido a Potifar, capitán de la guardia del
rey (Gn. 39:1). La fidelidad y capacidad de José le ganaron la confianza de
Potifar, que lo puso como mayordomo de su casa. Pero su buena presencia creó
sentimientos de lujuria en el corazón de la esposa de su amo. Cuando él rehusó
persistentemente aceptar las insinuaciones de la mujer, ella lo acusó de
intenciones sensuales. Como resultado, se lo encarceló. Sin embargo, muy
pronto se ganó la confianza del carcelero por su fidelidad y obtuvo un puesto
de responsabilidad. En la cárcel interpretó los sueños y predijo la suerte de
2 compañeros de prisión: del copero y del panadero (Gn. 39:1-40:23).
Dos años más tarde, unos 13 después de haber sido vendido como esclavo, Faraón
tuvo sueños perturbadores que sus magos no pudieron explicar. Entonces el
copero real, que hacÃa mucho habÃa sido restituido a su cargo, se acordó de
José y le contó a Faraón su propia experiencia. Llamado para interpretar los
sueños de Faraón, José le dijo que Egipto experimentarÃa primero 7 años de
abundancia y luego 7 años de hambre, y aconsejó al rey que almacenara granos
durante los 7 primeros años para los años de necesidad. Percibiendo la
sabidurÃa de José, Faraón designó al esclavo de 30 años como visir o Primer
Ministro -el 2º en el reino- dándole públicamente toda la autoridad necesaria
(Gn. 41:1-46).
José se casó con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On (Heliópolis), la
ciudad donde estaba el gran templo dedicado al dios sol Ra. A José le nacieron
2 hijos durante los 7 años de abundancia: Manasés y EfraÃn. En esos años se
ocupó de almacenar alimentos para los futuros años de hambre, cuando el Nilo*
no inundarÃa el paÃs por falta de lluvias en el Ãfrica central. La sequÃa que
siguió también afectó al Asia y creó condiciones de hambre en Canaán. En
consecuencia, los hijos de Jacob, como otros cananeos, fueron a Egipto a
comprar granos. Se presentaron ante José sin reconocer en el funcionario -con
ropas, idioma y costumbres egipcias- al joven que habÃan vendido 20 años antes.
Pero José los reconoció de inmediato. Recordando sus sueños de la niñez y los
celos y la crueldad de sus hermanos, los probó de diversos modos. Al mismo
tiempo, los hijos de Jacob, pensando que su hermano todavÃa serÃa esclavo en
662 Egipto, sufrÃan de angustia y remordimientos por cómo lo habÃan maltratado.
Finalmente, en su 2º viaje a Egipto, al fin de 2 años de hambre, José se dio a
conocer (Gn. 42:1-45:8), los convenció de sus sanas intenciones y mandó a
buscar a su padre y a toda la familia para que se mudaran a Egipto. Los
estableció en Gosén, tal vez el fértil Wâd§ Tumilât, no lejos de la capital
hicsa de Egipto, Avaris, Tanis o Zoán* (Gn. 45:9-46:30; cf Sal. 78:12, 13).
Temiendo que sus hermanos no pudieran soportar las tentaciones de la vida
palaciega de Egipto, les aconsejó que siguieran siendo pastores,* una ocupación
despreciada por los egipcios. Esto les darÃa la oportunidad de permanecer
separados de los paganos y les permitirÃa vivir juntos en una sección del paÃs
asignada a ellos (Gn. 46:31-34). Faraón les dio una gran bienvenida al llegar
a Egipto, y le concedió una audiencia a Jacob.
291. Seti I sobre su carro, un grabado sobre la pared del templo en Karnak;
probablemente José usaba tales vehÃculos.
Durante los siguientes 5 años de necesidad el paÃs pasó por momentos difÃciles,
y el pueblo egipcio se vio obligado a vender todas sus propiedades y a sÃ
mismos a la casa real para conseguir alimentos; con excepción de la tierra de
los sacerdotes y de los templos, todo volvió a Faraón, y entonces quienes las
ocupaban pagaban 1/5 de la cosecha al rey (Gn. 47:13-26). José cuidó de sus
familiares durante ese tiempo. Poco antes de morir, Jacob bendijo a los 2
hijos de José, EfraÃn y Manasés, y los adoptó como hijos propios; en
consecuencia, los descendientes de José formaron no una sino 2 tribus. Cuando
Jacob falleció, de acuerdo con la costumbre egipcia fue embalsamado; luego fue
llevado al sepulcro familiar en Hebrón, Canaán, para su sepultura. José
aseguró a sus temerosos hermanos que no temieran nada de él después de la
muerte de su padre (47:1-12, 27-31; 48:1-20; 49:33; 50:1-21). José llegó a los
110 años de edad, que en la literatura egipcia se consideraba la edad perfecta,
y antes de morir encargó a sus descendientes que llevaran sus huesos a Canaán
para darles sepultura cuando regresaran a la tierra prometida (50:22-26). En
cumplimiento de sus deseos, en ocasión del éxodo su cuerpo embalsamado fue
llevado por los hijos de Israel a Canaán y sepultado cerca de Siquem (Ex.
13:19; Jos. 24:32).
El relato de José describe un ambiente verdaderamente egipcio en numerosos
detalles, y se adecua mejor al perÃodo de los hicsos, cuando los faraones
fueron mayormente extranjeros semÃticos; éste es el perÃodo al que pertenece
José, de acuerdo con la cronologÃa bÃblica. Ningún otro momento fue más
propicio para que los semitas ocuparan un cargo honorable en Egipto como el de
José; los reyes hicsos, semÃticos, se habrÃan inclinado a tener más confianza
en oficiales de razas emparentadas que en cualquiera de los egipcios
subyugados, aunque también empleaban egipcios como oficiales, como "Potifar,
oficial de Faraón, capitán de la guardia". Es digno de notar que la Biblia
llama a Potifar "varón egipcio" (Gn. 39:1), una designación que serÃa superflua
e ilógica para un alto oficial de un faraón egipcio nativo, pero digna de
mención si el rey y la clase gobernante eran extranjeros. Por los registros es
evidente que el cambio de situación económica durante el perÃodo de los hicsos
se pudo deber a lo que se cuenta en el relato de José. Durante el Reino Medio,
anterior a la invasión de los hicsos, los egipcios gozaban de un sistema de
empresas privadas, y la tierra era de propiedad particular, asà como de los
reyes y de los sacerdotes de los templos. Los escasos registros sobrevivientes
del perÃodo de los hicsos no arrojan luz sobre el tema, pero en la dinastÃa
18ª, después de su expulsión, encontramos que todas las propiedades inmuebles
estaba en manos del faraón, con excepción de las de los dos templos. El cambio
de titularidad de manos privadas a la corona real debió haber ocurrido durante
el tiempo de José. El relato explica cómo todas las propiedades pasaron de
manos de los egipcios a las de la corona durante los años de hambre. Este
nuevo sistema darÃa a los reyes de la dinastÃa 18ª una oportunidad de entregar
tierras y otras propiedades a sus soldados veteranos como recompensa por sus
fieles servicios durante la guerra de liberación. Véanse CronologÃa (V, B);
Egipto (V, 4).
Los monumentos y documentos egipcios también ilustran numerosos detalles del
relato de José y presentan muchos casos paralelos: un papiro demótico, ahora en
el Museo Británico, que cuenta cómo los prisioneros eran liberados en el
aniversario del ascenso del faraón (cf Gn. 40:20). Los egipcios prestaban
mucha atención a los sueños y creÃan que contenÃan 663 mensajes divinos, como
lo confirman muchos registros antiguos (cf 40:8; 41:8); por lo tanto, los magos
y adivinos profesionales eran muy buscados para la interpretación de los
sueños. Antes que José se pudiera presentar ante Faraón, tuvo que tomarse
tiempo para afeitarse, aunque se habÃa dado la orden de que lo llevaran ante el
rey con premura (Gn. 41:14). En contraste con los asiáticos, los egipcios
usaban la cara afeitada, y el relato del egipcio Sinhué cuenta como él, al
regresar a Egipto después de un largo exilio en Asia, primero se afeitó y se
cambió de ropa, como para ser considerado otra vez una persona civilizada. La
investidura de José como visir (Gn. 41:41-44) puede encontrar paralelos en los
registros literarios de Egipto, y existen antiguas pinturas que muestran al rey
en el acto de poner cadenas de oro con pectorales en el cuello de sus altos
funcionarios.
Del s XIII a.C. nos llega un documento, el papiro DOrbiney, en el Museo
Británico, que contiene la "Historia de los dos hermanos" que vivÃan juntos.
La esposa del mayor hizo un intento de seducir al hermano menor mientras su
esposo estaba en el campo. Como el joven no aceptó someterse a la lujuria de
ella, la mujer se enojó tanto que lo acusó ante su marido de intentar forzarla.
El esposo airado salió inmediatamente para matar a su hermano menor, que, sin
embargo, advertido por una intervención divina, pudo escapar. Más tarde se
descubrió la verdad, y la infiel esposa fue muerta. La historia continúa con
asuntos legendarios. Muchos comentadores modernos, al fijar el origen del
Pentateuco en el 1er milenio a.C., creen que la historia de José de Gn. 39
tiene su origen en la "Historia de los dos hermanos" egipcia. Sin embargo en
los 2 relatos hay una sola cosa en común: una mujer infiel que intenta sin
éxito seducir a un joven que vive en la casa y luego lo acusa de un intento de
violación. Dramas como éste pudieron haber ocurrido con frecuencia en los
tiempos antiguos, asà como también ocurren hoy, ya que el objeto de la
seducción generalmente cae como vÃctima. Como José vivió muchos siglos antes
que se escribiera el papiro DOrbiney, y la "Historia de los dos hermanos"
tiene tendencias mitológicas, no hay razón para suponer que una historia
dependa de la otra.
Bib.: ANET 23-25.
2. Nombre étnico que designa las 2 tribus de EfraÃn y Manasés, las cuales son
llamadas "casa de José", "tribu de José", "hijos de José" o simplemente "José"
(este nombre se usa con frecuencia en el AT para indicar las tribus combinadas
o el reino del norte como un todo; Jos. 16:1, 4; Jue. 1:22; 1 R. 11:28; Sal.
78:67; Ez. 37:16; etc.).
3. Padre del espÃa que representó a la tribu de Isacar (Nm. 13:7).
4. Hijo de Asaf y jefe del 1º de los 24 grupos en que David organizó a los músicos
para el servicio del templo (1 Cr. 25:2, 9).
5. JudÃo que pertenecÃa a la familia de Bani; se habÃa casado con una mujer
extranjera en tiempos de Esdras (Esd. 10:42).
6. Sacerdote, jefe de la familia de SebanÃas en tiempos del sumo sacerdote Joiacim
(Neh. 12:14).
7. Esposo de MarÃa (Mt. 1:16; Lc. 3:23), considerado por sus contemporáneos como
el padre de Jesús. HabrÃa sido un viudo que, según parece, tenÃa hijos de un
matrimonio anterior. Comprometido ya con MarÃa, descubrió que estaba encinta y
decidió abandonarla sin avergonzarla; pero en un sueño se le informó que el
niño habÃa sido concebido milagrosamente. Por tanto, se casó con ella y crió
al niño como hijo propio (Mt. 1:18-25). El nacimiento ocurrió en Belén, porque
José habÃa llevado a MarÃa consigo desde Nazaret a su pueblo natal (Belén) para
cumplir con un decreto de censo que exigÃa que cada persona se registrara en el
pueblo de sus antepasados.
Como José (y también MarÃa) eran miembros de la tribu de Judá y descendientes
de la casa de David, debÃan cumplir ese registro en el lugar de nacimiento de
su antepasado: Belén (Lc. 2:1-16). José también estuvo con MarÃa cuando el
niño Jesús fue llevado al templo para la acostumbrada presentación, y allÃ
escuchó las predicciones de Simeón y de Ana (vs 22-38). Antes que Herodes
pudiera llevar a cabo su cruel asesinato de los niños de Belén, fue instruido
en un sueño a huir a Egipto con MarÃa y el niño. Más tarde regresó con la
familia a Palestina y se estableció en Nazaret después de la muerte de Herodes
(Mt. 2:13-23). Como fiel judÃo, probablemente iba con regularidad a Jerusalén
cada año para las grandes fiestas. Cuando Jesús cumplió 12 años fue llevado en
la peregrinación anual de Pascua. En esta ocasión, sus padres lo perdieron;
pero, después de una búsqueda de 3 dÃas, lo encontraron en el templo (Lc.
2:41-50). José era carpintero (Mt. 13:55), y aparentemente enseñó el oficio a
Jesús (Mr. 6:3). Parece haber muerto antes que Jesús comenzara su ministerio,
como se deduce del hecho de que siempre lo visitaran sólo su madre y sus
hermanos (Mt. 12:46), y sus hermanos intentaran aconsejarlo (Jn. 7:3-5);
también hubiera sido difÃcil que Jesús encargara el cuidado de MarÃa 664 a Juan
si el esposo de ella todavÃa viviera (19:26, 27). Véase Hermanos de Jesús.
8. Hermano de Jesucristo (Mt. 13:55; Mr. 6:3).
9. Hijo de MarÃa 5, y hermano de Jacobo el Menor, uno de los discÃpulos de Jesús
(Mt. 27:56; Mr. 15:40, 47).
10. JudÃo rico de Arimatea que tenÃa un sepulcro excavado en la roca (todavÃa sin
usar) en un jardÃn fuera de la ciudad de Jerusalén (Mt. 27:57, 59, 60; Jn.
19:41). Era miembro del SanedrÃn, pero no habÃa consentido en la resolución de
condenar a Jesús, porque ya era un discÃpulo secreto de Jesús (Mt. 27:57; Lc.
23:50, 51; Jn. 19:38). El dÃa de la crucifixión, junto con Nicodemo, otro
dirigente judÃo, tuvieron el valor suficiente para identificarse como
seguidores de Jesús. José fue osadamente a Pilato pidiendo el cuerpo de Jesús,
y lo sepultó en su propia tumba, que estaba cerca del lugar de la crucifixión
(Mt. 27:58-60; Mr. 15:42-46; Lc. 23:52, 53; Jn. 19:38-41).
11. Personaje de la genealogÃa de Jesucristo registrada en Lucas (Lc. 3:24).
12 y 13.
Dos descendientes de Judá que aparecen en la genealogÃa de Jesucristo
registrada por Lucas (Lc. 3:26, 30).
14. Cristiano judÃo, también llamado Barsabás (que significa "hijo de Sabás"), cuyo
sobrenombre era Justo. HabÃa sido un seguidor de Jesús desde el principio de
su ministerio, y junto con MatÃas fue seleccionado por los apóstoles como
candidato para reemplazar a Judas, que habÃa traicionado a Jesús y luego se
suicidó. MatÃas fue escogido por suertes, y no se sabe más nada de José (Hch.
1:21-26). Pudo haber sido el hermano de "Judas, que tenÃa por sobrenombre
Barsabás" (15:22).
15. Nombre original de Bernabé* (Hch. 4:36).
Concordancia Biblica: Jose
-
hijo de Jacob.
- Genesis 37:2-50 - :26
- Genesis 37:5-11 - ; vendido para Egipto,
- Genesis 37:12-28 - ; rechaza a la mujer de Potifar,
- Genesis 39:1-18 - ; encarcelado,
- Genesis 39:19-23 - ; interpreta sue?±os de los presos,
- Genesis 40:1-23 - ; interpreta el sue?±o de Faraon,
- Genesis 41:1-36 - ; hecho gobernador de Egipto,
- Genesis 41:37-57 - ; se encuentra con sus hermanos,
- Genesis 42:1-43 - :34
- Genesis 45:1-28 - ; ve de nuevo a su padre,
- Genesis 46:28-34 - ; muerto y embalsamado,
- Genesis 50:22-26 - ; sepultado en Siquem,
- Josue 24:32 - .
- Exodo 1:8 - ;
- Hechos 7:18 - nuevo rey que no conocia a J
- Deuteronomio 33:13 - a J dijo: Bendita de Jehova sea tu tierra
- Josue 17:14 - y los hijos de J hablaron a Josue
- Salmos 105:17 - delante de ellos; a J, que fue vendido
- Amos 6:6 - no se afligen por el quebrantamiento de J
- Hechos 7:9 - vendieron a J para Egipto; per Dios
- Hebreos 11:22 - por la fe J, al morir, menciono la salida