Diccionario Biblico: Gracia


Significado de Gracia

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(heb. jên, jesed; gr. járis).

Los términos originales significan "favor" o "bondad", especialmente si no ha
sido ganada ni merecida. El término hebreo se encuentra con frecuencia en el
AT en frases como: "Halle yo ahora gracia en tus ojos" (Gn. 30:27; Ex. 33:13 ).
Tales expresiones se usan repetidamente como una fórmula de cortesía al
dirigirse a Dios o a una persona.

En la mayoría de los casos en el AT, la palabra significa sencillamente
"favor", sin ninguna implicación filosófica o teológica. Sin embargo, el
concepto de gracia del NT como amor salvador de Dios hacia los pecadores, no
está ausente en el AT, pero esta idea se expresaba más aproximadamente por el
heb. jesed, traducido con frecuencia como "misericordia" (Sal. 17:7; 40:11; Is.
63:7; Jer. 16:5; etc.) e ilustrada en la experiencia de los santos
veterotestamentarios. Adán y Eva recibieron una promesa de salvación a pesar
de su desobediencia (Gn. 3:15), y se les proveyó una protección física (v 21);
Noé fue salvado de la destrucción general producida por el diluvio (6:8; 7:1);
Abrahán fue elegido, a pesar de sus imperfecciones, para mantener vivo el
conocimiento de Dios (12:1); Moisés fue preparado para el liderazgo por
instrucción y conducción divinas específicas (Ex. 3:10; Israel fue escogido por
Dios y pacientemente enseñado durante siglos de indocilidad, por ser pueblo
(Sal. 135:4; etc.). Los profetas continuamente describieron el amor fiel de
Dios en su trato con su nación rebelde (Sal. 92:2; Is. 54:10; Jer. 9:24; Os.
2:19; Jon. 4:2; etc.). El AT no sólo revela el desagrado de Dios por el
pecado, sino también su paciencia y su amor por los pecadores, y la gracia
provista para su salvación. Le toca, sin embargo, al NT desarrollar y
proclamar la plenitud de la gracia divina, "pues la ley por medio de Moisés fue
dada, pero la gracia y la verdad 501 vinieron por medio de Jesucristo" (Jn.
1:17).

El principal exponente de la doctrina de la salvación por gracia es Pablo. Su
tesis es que la salvación es el resultado, no de la ley o libros o la
nacionalidad, sino del favor divino otorgado libremente y por la fe humana.
"Por gracia sois salvos por medio de la fe" (Ef. 2:8). Pablo describe una de
las bendiciones del evangelio como la "entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes" (Ro. 5:2). La gracia es la mano de Dios que baja a la
tierra. La fe es la mano del hombre que se extiende hacia arriba para asir la
de Dios. La dinámica de la salvación es la gracia divina. El ha establecido
que su gracia esté disponible para todos los hombres de todas las
nacionalidades y condiciones de vida de todos los tiempos. Pero la fe es la
que se apropia de ella (Ef. 4:7; Tit. 2:11).

Pablo sabía que la gracia de Dios era la fuerza dinámica de su propia vida:
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo" (1 Co. 15:10). Su aprecio por ella se revela en que la incluye
en el saludo y la conclusión de todas sus epístolas (Ro. 1:7; 16:20; 1 Co. 1:3;
16:23; 2 Co. 1:2; 13:14; Gá. 1:3; 6:18; Ef. 1:2; 6:24; Fil. 1:2; 4:23; Col.
1:2; 4:18; 1 Ts. 1:1; 5:28; 2 Ts. 1:2; 3:18; 1 Ti. 1:2; 6:21; 2 Ti. 1:2; 4:22;
Tit. 1:4; 3:15; Flm. 3, 25). Pedro y Juan siguen un esquema similar (1 P. 1:2;
2 P. 1:2; 3:18; 2 Jn. 3; Ap. 1:4; 22:21).

Por medio de la gracia Dios llama a los hombres a su servicio (Gá. 1:15, 16), y
es su operación la que influye sobre los hombres para que respondan al llamado
de Dios (Hch. 20:32). Ella conduce a los hombres al arrepentimiento (2 Ti.
2:25) e imparte fe (Ro. 12:3; He. 12:2). Fue traída a los hombres por medio de
Jesucristo (Ro. 5:15) e imparte consolación y esperanza (2 Ts. 2:16). El trono
de Dios no sólo es un símbolo de juicio y de poder, sino también de gracia (He.
4:16).

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Concordancia Biblica: Gracia


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