Diccionario Biblico: Baal


Significado de Baal

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(heb. Baal, "señor [amo]", "dueño [propietario, poseedor]",
"esposo"; ac. BLlu; ugar. y fen. bl; egip. [desde el s XIII a.C. en adelante]
br; gr. Báal).
Término que en el texto hebreo de la Biblia (nuestras traducciones no lo
reflejan) se usa para señalar al propietario de casas (Jue. 19:22), campos (Job
31:39), bueyes (Ex. 21:28), riquezas (Ec. 5:13), una mujer (Ex. 21:3), un lugar
(Jue. 9:2), etc. En menciones extrabíblicas, Baal llegó a identificarse con
Helios (el dios sol), con Hércules o con el dios jefe de los griegos, Zeus* (el
Júpiter de los romanos; fig 59). Este Diccionario se referirá principalmente a
su aplicación religioso-pagana.
58. Baal en una estela procedente de Ugarit.
1. Dios semítico. Baal fue: a. El nombre para un dios local en el sentido de
"señor" (como en Baal-gad, Baal-peor, Baal-hermón). b. El nombre de un dios
cananeo de la tormenta y del trueno. Estos creían que los baales vivían en
lugares o casas santas (como árboles, cumbres de montes y rocas, manantiales),
y hablaban de cada uno de esos dioses locales como el Baal, el "señor". El AT
los menciona a menudo, donde Baal aparece en su forma plural: baales (Jue.
2:11; 3:7; 8:33; etc.). Fueron considerados deidades naturales que cuidaban de
la vegetación y del aumento de los rebaños y del ganado. Por lo general,
cuando aparece en singular y con artículo, se refiere al principal dios
nacional de los cananeos.
En los textos de Ras Shamra* a veces se aplica la palabra Baal a un dios como
dueño de lugares y santuarios específicos, pero más generalmente es el nombre
del más exaltado de todas las deidades. Su enaltecimiento a la cabeza del
panteón cananeo aparece en una época más bien tardía, puesto que El había
tenido la preeminencia mucho tiempo antes y a Dagón se le había dedicado un
templo antes de construirse uno para Baal. Pero cuando éste surgió como
triunfador en la lucha por la supremacía entre los dioses, mantuvo esa posición
por muchos siglos. Fue el dios de las tormentas y, por tanto, se lo identificó
frecuentemente con Adad (Hadad). Como se le atribuían las tormentosas lluvias
del invierno, se lo tenía por responsable de la fertilidad del país. Su
hermana era la virgen Anat, la feroz diosa del derramamiento de sangre y la
guerra, y su adversario era Mot, el dios de la sequía y del calor abrasador.
Cuando Baal fue asesinado (no resulta claro si por Mot, puesto que el texto
está corrompido). Anat le imploró que lo volviera a la vida. Pero cuando todos
los esfuerzos de Mot fracasaron, se puso furiosa y en su ira lo venció y mató.
Entonces tomó a su hermano muerto y lo llevó al monte de los dioses, donde fue
resucitado. Después de eso, los cananeos creían que la muerte y resurrección
de Baal ocurrían anualmente, lo que daba como resultado las 2 principales
estaciones de Siria-Palestina: el verano y el invierno. La 127 muerte de Baal
a manos del malvado Mot al fin de cada estación lluviosa era recibida con
amargo llanto y lamentos; y su resurrección anual, luego de los largos y secos
meses del verano -cuando se iniciaba la estación lluviosa con nueva vida en los
campos y las viñas-, era celebrada con fiestas alegres y licenciosas.

La adoración a Baal, universal en Siria y Palestina, tuvo gran atractivo para
los israelitas. Repetidamente reincidieron en ella desde que entraron en la
tierra de Canaán, hasta que fueron llevados en cautiverio. La 1a vez que se
menciona a Baal en la historia de Israel es poco después de la muerte de
Moisés, cuando los hebreos acamparon en los campos de Moab, cerca de un lugar
alto dedicado al dios (Nm. 22:41, "Bamot-baal"). Los dioses que entonces
adoraron los israelitas (Nm. 25:2) quizás incluyeran a Baal. Fue adorado
nuevamente en tiempos de los jueces (Jue. 2:13; 6:28-32) y frecuentemente en
tiempos de los reyes de Judá e Israel. Casi sustituyó a Yahweh en el reino de
Israel en los días de Acab, cuando Jezabel, la obstinada esposa fenicia del
rey, intentó establecer la religión del dios como la única legal. Es bien
conocida la historia de la lucha de Elías contra este culto y su enfrentamiento
y desafío a los sacerdotes de Baal sobre el monte Carmelo (1 R. 16:31-33;
18:17-40). Pero esta victoria para Yahweh fue de corta duración. Inclusive el
terrible aplastamiento de ese culto idolátrico por el rey Jehú al ascender al
trono (2 R. 10:18-28) constituyó sólo una reforma temporaria.

La adoración a Baal en el reino del norte está documentada por trozos de
cerámica inscriptos provenientes del s VIII a.C., descubiertos en las
excavaciones de Samaria dirigidas por la Universidad de Harvard. Entre los
muchos nombres personales de ciudadanos de ese reino, encontrados en esas
inscripciones, hay varios formados con el vocablo Baal: Abibaal, "Baal es mi
padre"; Baalzamar, "Baal canta"; Baalazakar, "Baal recuerda(?)";
BaalmaanT, "Baal es mi respuesta"; Meribaal, "mi señor es Baal" (si el
nombre es arameo); y Baala. Esto demuestra que hubo muchos seguidores de Baal
entre los que vivieron después del reinado de Acab.

En el reino de Judá, el culto a Baal fue introducido por Atalía, la malvada
hija de Acab y Jezabel, y estimulado especialmente por Acaz quien hizo
imágenes a los baales (2 Cr. 28:2). Estas fueron quitadas por su buen hijo
Ezequías, pero los altares al dios fueron levantados nuevamente por Manasés, el
siguiente rey (2 R. 21:3). A su vez, el buen rey Josías destruyó los
utensilios que se habían usado en ese culto pagano (23:4, 5). La adoración a
Baal fue una de las principales causas del cautiverio de Judá (Jer. 19:5).

59. Seis columnas del templo de Zeus (Júpiter) construido en tiempos romanos en
Baalbek (la Heliópolis siria).

El AT también testimonia que su culto estaba acompañado con la práctica de
sacrificar a los hijos en el fuego (Jer. 32:35) y de besar su imagen (1 R.
19:18). Probablemente también estuvo acompañado por una grosera lascivia. Con
frecuencia Baal está asociado con la diosa Astarot (Jue. 2:13), y en los
lugares altos dedicados al dios a menudo se encontraba una imagen de Asera
(Jue. 6:30; 1 R. 16:32, 33), su contraparte femenina.
Bib.: Arvid S. Kapelrud, Baal in the Ras Shamra Texts [Baal en los textos de
Ras Shamra] (Copenhagen, 1952); ARI.
2. Aldea en el territorio de Simeón (1 Cr. 4:33), también conocida como
Baalat-beer.*
3. Padre rubenita de Beera (1 Cr. 5:5, 6).
4.
Hijo benjamita de Jehiel, antepasado del rey Saúl (1 Cr. 8:30; 9:36).

Baala
(heb. Baal>h, "señora", "dueña [ama]").
1. Aldea a unos 8 km al noroeste de Jerusalén (Jos. 15:9, 10), más comúnmente
conocida como Quiriat-jearim.* Mapa VI, E-3. Véanse Baala de Judá; Baala de
Quiriat-jearim; Quiriat-baal.
2. Monte de Judá, entre Sicrón y Jabneel (Jos. 15:11); desconocido. 128
3. Pueblo en el sur de Judá (Jos. 15:29), aparentemente asignado más tarde a
Simeón (19:3, abreviado Bala*). En 1 Cr. 4:29 se lo llama Bilha.* En el mejor
de los casos, las identificaciones sugeridas son inciertas.

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