Lamentaciones 4:18 - Nueva Biblia de los Hispanos

Libro de Lamentaciones
Capitulos:

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1 - ¡Cómo se ha ennegrecido el oro, {cf15i Cómo} ha cambiado el oro puro! Esparcidas están las piedras sagradas Por las esquinas de todas las calles.

2 - Los hijos preciados de Sion, Que valían su peso en oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, Obra de manos de alfarero!

3 - Aun los chacales dan las ubres, Dan de mamar a sus crías; {cf15i Pero} la hija de mi pueblo (Jerusalén) se ha vuelto cruel Como los avestruces en el desierto.

4 - La lengua del niño de pecho se le pega Al paladar por la sed; Los pequeños piden pan, {cf15i Pero} no hay quien se {cf15i lo} reparta.

5 - Los que comían manjares Andan desolados por las calles; Los que se criaron entre púrpura Abrazan cenizales.

6 - La iniquidad de la hija de mi pueblo Es mayor que el pecado de Sodoma, Que fue derribada en un instante Sin que manos actuaran contra ella.

7 - Sus consagrados eran más puros que la nieve, Más blancos que la leche, Más rojizos de cuerpo que los corales, {cf15i Como} el zafiro {cf15i era} su apariencia.

8 - Más negro que el hollín es su aspecto, No se les reconoce por las calles; Se les ha pegado la piel a sus huesos, Se ha marchitado, se ha vuelto como madera.

9 - Más dichosos son los que mueren a espada Que los que mueren de hambre, Que se consumen, extenuados, Por falta de los frutos de los campos.

10 - Las manos de mujeres compasivas Cocieron a sus propios hijos, Que les sirvieron de comida A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén).

11 - El SEÑOR ha cumplido Su furor, Ha derramado Su ardiente ira. Ha prendido un fuego en Sion Que ha consumido sus cimientos.

12 - No creyeron los reyes de la tierra, Ni ninguno de los habitantes del mundo, Que el adversario y el enemigo pudieran entrar Por las Puertas de Jerusalén.

13 - Pero a causa de los pecados de sus profetas {cf15i Y} de las iniquidades de sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella La sangre de los justos,

14 - Vagaron ciegos por las calles, Manchados de sangre, Sin que nadie pudiera tocar sus vestidos.

15 - "¡Apártense! ¡Inmundos!" gritaban de sí mismos. "¡Apártense, apártense, no {cf15i nos} toquen!" Así que huyeron y vagaron. Entre las naciones se decía: "No seguirán residiendo {cf15i entre nosotros."}

16 - La presencia del SEÑOR los dispersó, No volverá a mirarlos. Ellos no honraron a los sacerdotes, Ni tuvieron piedad de los ancianos.

17 - Aun nuestros ojos desfallecían, {cf15i Buscar} ayuda fue inútil. En nuestro velar hemos aguardado A una nación incapaz de salvar.

18 - Ponían trampas a nuestros pasos Para que no anduviéramos por nuestras calles. Nuestro fin se acercaba, Se cumplieron nuestros días, Porque había llegado nuestro fin.

19 - Nuestros perseguidores eran más veloces Que las águilas del cielo; Por los montes nos persiguieron, En el desierto nos tendieron emboscadas.

20 - El aliento de nuestras vidas, el ungido del SEÑOR, Fue atrapado en sus fosos, {cf15i Aquél} de quien habíamos dicho: "A su sombra Viviremos entre las naciones."

21 - Regocíjate y alégrate, hija de Edom, La que habitas en la tierra de Uz; También a ti llegará la copa, Te embriagarás y te desnudarás.

22 - Se ha completado {cf15i el castigo} de tu iniquidad, hija de Sion: No volverá El a desterrarte; {cf15i Mas} castigará tu iniquidad, hija de Edom; Pondrá al descubierto tus pecados.