Mateo 9:3 - La Biblia de las Américas

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Y subiendo {cf15I Jesús} en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad.

2 - Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: {cf6 Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados.}

3 - Y algunos de los escribas decían para sí: Este blasfema.

4 - Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: {cf6 ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?}

5 - {cf6 Porque, ¿qué es más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, y anda"?}

6 - {cf6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados} (entonces dijo* al paralítico): {cf6 Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.}

7 - Y él levantándose, se fue a su casa.

8 - Pero cuando las multitudes vieron {cf15I esto,} sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.

9 - Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: {cf6 ¡Sígueme!} Y levantándose, le siguió.

10 - Y sucedió que estando El sentado {cf15I a la mesa} en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron {cf15I a la mesa} con Jesús y sus discípulos.

11 - Y cuando vieron {cf15I esto,} los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?

12 - Al oír El {cf15I esto,} dijo: {cf6 Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.}

13 - {cf6 Mas id, y aprended lo que significa: "MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO"; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.}

14 - Entonces se le acercaron* los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan?

15 - Y Jesús les dijo: {cf6 ¿Acaso los acompañantes del novio pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.}

16 - {cf6 Y nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo; porque el remiendo {cf15I al encogerse} tira del vestido y se produce una rotura peor.}

17 - {cf6 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.}

18 - Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial {cf15I de la sinagoga} y se postró delante de El, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

19 - Y levantándose Jesús, lo siguió, {cf15I y también} sus discípulos.

20 - Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;

21 - pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré.

22 - Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: {cf6 Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado.} Y al instante la mujer quedó sana.

23 - Cuando entró Jesús en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden,

24 - {cf15I les} dijo: {cf6 Retiraos, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida.} Y se burlaban de El.

25 - Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó.

26 - Y esta noticia se difundió por toda aquella tierra.

27 - Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

28 - Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo*: {cf6 ¿Creéis que puedo hacer esto?} Ellos le respondieron*: Sí, Señor.

29 - Entonces les tocó los ojos, diciendo: {cf6 Hágase en vosotros según vuestra fe.}

30 - Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: {cf6 Mirad que nadie {cf15I lo} sepa.}

31 - Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

32 - Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado.

33 - Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto cosa igual en Israel.

34 - Pero los fariseos decían: El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios.

35 - Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

36 - Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor.

37 - Entonces dijo* a sus discípulos: {cf6 La mies es mucha, pero los obreros pocos.}

38 - {cf6 Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.}