Mateo 27:37 - La Biblia de las Américas

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.

2 - Y después de atarle, le llevaron y le entregaron a Pilato, el gobernador.

3 - Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que {cf15I Jesús} había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,

4 - diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!

5 - Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó.

6 - Y los principales sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre.

7 - Y después de celebrar consejo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros.

8 - Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre hasta hoy.

9 - Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y TOMARON LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO DE AQUEL CUYO PRECIO HABIA SIDO FIJADO por los hijos de Israel;

10 - Y LAS DIERON POR EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABIA ORDENADO.

11 - Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: {cf6 Tú {cf15I lo} dices.}

12 - Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió.

13 - Entonces Pilato le dijo*: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?

14 - Y {cf15I Jesús} no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.

15 - Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran.

16 - Y tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás.

17 - Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?

18 - Porque él sabía que le habían entregado por envidia.

19 - Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó {cf15I aviso,} diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El.

20 - Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.

21 - Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás.

22 - Pilato les dijo*: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron*: ¡Sea crucificado!

23 - Y {cf15I Pilato} dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!

24 - Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!

25 - Y respondiendo todo el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

26 - Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.

27 - Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio, y reunieron alrededor de El a toda la cohorte {cf15I romana.}

28 - Y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata.

29 - Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su {cf15I mano} derecha; y arrodillándose delante de El, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!

30 - Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.

31 - Después de haberse burlado de El, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron para crucificar{cf15I le} .

32 - Y cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, al cual obligaron a que llevara la cruz.

33 - Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa Lugar de la Calavera,

34 - le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero después de probar{cf15I lo,} no {cf15I lo} quiso beber.

35 - Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes;

36 - y sentados, le custodiaban allí.

37 - Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS.

38 - Entonces fueron crucificados* con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.

39 - Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza

40 - y diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y desciende de la cruz.

41 - De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose {cf15I de El,} decían:

42 - A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El.

43 - EN DIOS CONFIA; QUE {cf15I le} LIBRE ahora SI EL LE QUIERE; porque ha dicho: "Yo soy el Hijo de Dios."

44 - En la misma forma le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.

45 - Y desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.

46 - Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: {cf6 ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI?} Esto es: {cf6 DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?}

47 - Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías.

48 - Y al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.

49 - Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a salvarle.

50 - Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu.

51 - Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron;

52 - y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron;

53 - y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.

54 - El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios.

55 - Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos;

56 - entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

57 - Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús.

58 - Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que {cf15I se lo} entregaran.

59 - Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino,

60 - y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.

61 - Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.

62 - Al día siguiente, que es {cf15I el día} después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos,

63 - y le dijeron: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: "Después de tres días resucitaré."

64 - Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos"; y el último engaño será peor que el primero.

65 - Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis.

66 - Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia, sellaron la piedra.