Daniel 4:31-33 - La Biblia de las Américas

Libro de Daniel
Capitulos:

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1 - Nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Que abunde vuestra paz.

2 - Me ha parecido bien declarar las señales y maravillas que ha hecho conmigo el Dios Altísimo.

3 - ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas sus maravillas! Su reino es un reino eterno, y su dominio de generación en generación.

4 - Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y próspero en mi palacio.

5 - Tuve un sueño que me hizo temblar; y {cf15I estas} fantasías, {cf15I estando} en mi cama, y las visiones de mi mente me aterraron.

6 - Por lo cual di órdenes que trajeran ante mí a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño.

7 - Entonces vinieron los magos, los encantadores, los caldeos y los adivinos y les conté el sueño; pero no pudieron darme su interpretación.

8 - Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le conté el sueño, {cf15I diciendo:}

9 - "Oh Beltsasar, jefe de los magos, ya que sé que en ti está el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio te confunde, declárame las visiones del sueño que he visto, y su interpretación.

10 - "Y las visiones de mi mente, que vi {cf15I estando} en mi cama, fueron así: {cf15I Vi} un árbol en medio de la tierra, cuya altura {cf15I era} muy grande.

11 - "El árbol creció y se hizo fuerte, su copa llegaba hasta el cielo, y {cf15I era} visible desde los confines de la tierra.

12 - "Su follaje {cf15I era} hermoso y su fruto abundante, y en él {cf15I había} alimento para todos. Debajo de él hallaban sombra las bestias del campo, las aves del cielo hacían morada en sus ramas, y de él se alimentaban todos los seres vivientes.

13 - "En las visiones de mi mente que vi {cf15I estando} en mi cama, he aquí, un vigilante, un santo, descendió del cielo.

14 - "Clamando fuertemente, dijo así: 'Derribad el árbol, cortad sus ramas, arrancad su follaje, desparramad su fruto; huyan las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

15 - 'Pero dejad en tierra el tocón con sus raíces, con ataduras de hierro y bronce entre la hierba del campo; que se empape con el rocío del cielo, y comparta con las bestias la hierba de la tierra.

16 - 'Sea cambiado su corazón de hombre, y séale dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.

17 - 'Esta sentencia es por decreto de los vigilantes, y la orden es por decisión de los santos, con el fin de que sepan los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place, y pone sobre él al más humilde de los hombres.'

18 - "Este es el sueño {cf15I que} yo, el rey Nabucodonosor, he tenido. Y tú, Beltsasar, di{cf15I me} su interpretación, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a conocer su interpretación; pero tú puedes, porque el espíritu de los dioses santos está en ti."

19 - Entonces Daniel, a quien llamaban Beltsasar, se quedó atónito por un momento, y le turbaron sus pensamientos. El rey habló, y dijo: "Beltsasar, no dejes que el sueño ni su interpretación te turben." Beltsasar respondió, y dijo: "Señor mío; sea el sueño para los que te odian, y su interpretación para tus adversarios.

20 - "El árbol que viste, que se hizo fuerte y corpulento, cuya copa llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra,

21 - y cuyo follaje {cf15I era} hermoso y su fruto abundante, y en el que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,

22 - eres tú, oh rey, que te has hecho grande y fuerte, y tu grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.

23 - "Y en cuanto al vigilante, al santo que el rey vio, que descendía del cielo y decía: 'Derribad el árbol y destruidlo, pero dejad el tocón con sus raíces en la tierra, con ataduras de hierro y bronce en la hierba del campo, y que se empape con el rocío del cielo, y que comparta con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos,'

24 - esta es la interpretación, oh rey, y este es el decreto del Altísimo que ha venido sobre mi señor el rey:

25 - Serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo, y te darán hierba para comer como al ganado, y serás empapado con el rocío del cielo; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place.

26 - "Y en cuanto a la orden de dejar el tocón con las raíces del árbol, tu reino te será afirmado después que reconozcas que es el Cielo {cf15I el que} gobierna.

27 - "Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea grato: pon fin a tus pecados {cf15I haciendo} justicia, y a tus iniquidades mostrando misericordia a los pobres; quizás sea prolongada tu prosperidad."

28 - Todo {cf15I esto} le sucedió al rey Nabucodonosor.

29 - Doce meses después, paseándose por la azotea del palacio real de Babilonia,

30 - el rey reflexionó, y dijo: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?"

31 - Aún {cf15I estaba} la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: "Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado,

32 - y serás echado de entre los hombres, y tu morada {cf15I estará} con las bestias del campo; te darán hierba para comer como al ganado, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place."

33 - En aquel mismo instante se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo hasta que sus cabellos crecieron como {cf15I las plumas} de las águilas y sus uñas como las de las aves.

34 - Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su dominio es un dominio eterno, y su reino {cf15I permanece} de generación en generación.

35 - Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y {cf15I entre} los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: "¿Qué has hecho?"

36 - En ese momento recobré mi razón. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos para gloria de mi reino, y mis consejeros y mis nobles vinieron a buscarme; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

37 - Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo, porque sus obras son todas verdaderas y justos sus caminos; El puede humillar a los que caminan con soberbia.