Amos 5:4 - La Biblia de las Américas

Libro de Amos
Capitulos:

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1 - Oíd esta palabra que yo pronuncio como lamentación sobre vosotros, casa de Israel.

2 - Ha caído, no volverá a levantarse la virgen de Israel; abandonada {cf15I yace} en su tierra, no hay quien la levante.

3 - Porque así dice el Señor DIOS: La ciudad que sale con mil, se quedará con cien; y la que sale con cien, se quedará con diez, en la casa de Israel.

4 - Porque así dice el SEÑOR a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis.

5 - Pero no busquéis a Betel, ni vayáis a Gilgal, ni paséis a Beerseba; porque ciertamente Gilgal será llevada cautiva, y Betel caerá en desgracia.

6 - Buscad al SEÑOR y viviréis, no sea que El prorrumpa como fuego, oh casa de José, y consuma a Betel sin que haya quien {cf15I lo} apague;

7 - {cf15I consuma} a los que convierten el juicio en ajenjo y echan por tierra la justicia.

8 - El que hizo las Pléyades y el Orión, cambia las densas tinieblas en aurora, y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra: el SEÑOR es su nombre.

9 - El es quien desencadena destrucción sobre el fuerte, y hace que la ruina venga sobre la fortaleza.

10 - Ellos odian en la puerta al que reprende, y aborrecen al que habla {cf15I con} integridad.

11 - Por tanto, ya que imponéis fuertes impuestos sobre el pobre y exigís de él tributo de grano, las casas de piedra labrada que habéis edificado, no las habitaréis; habéis plantado viñas escogidas, pero no beberéis su vino.

12 - Pues yo sé que muchas son vuestras transgresiones y graves vuestros pecados: oprimís al justo, aceptáis soborno y rechazáis a los pobres en la puerta.

13 - Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo, pues es tiempo malo.

14 - Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis; y así sea con vosotros el SEÑOR, Dios de los ejércitos, tal como habéis dicho.

15 - Aborreced el mal, amad el bien, y estableced la justicia en la puerta. Tal vez el SEÑOR, Dios de los ejércitos, sea misericordioso con el remanente de José.

16 - Por tanto, así dice el SEÑOR, el Señor Dios de los ejércitos: En todas las plazas hay llanto, y en todas las calles dicen: ¡Ay! ¡Ay! Llaman a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir.

17 - En todas las viñas {cf15I habrá} llanto, porque pasaré por en medio de ti--dice el SEÑOR.

18 - ¡Ay de los que ansían el día del SEÑOR! ¿De qué os servirá el día del SEÑOR? {cf15I Será} tinieblas, y no luz;

19 - como cuando uno huye de un león, y se encuentra con un oso, o va a casa, apoya la mano en la pared, y lo muerde una culebra.

20 - ¿No {cf15I será} tinieblas el día del SEÑOR, y no luz, oscuridad, y no resplandor?

21 - Aborrezco, desprecio vuestras fiestas, tampoco me agradan vuestras asambleas solemnes.

22 - Aunque me ofrezcáis holocaustos y vuestras ofrendas de grano, no {cf15I los} aceptaré; ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales cebados.

23 - Aparta de mí el ruido de tus cánticos, pues no escucharé siquiera la música de tus arpas.

24 - Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como corriente inagotable.

25 - ¿Acaso me ofrecisteis sacrificios y ofrendas de cereal por cuarenta años en el desierto, oh casa de Israel?

26 - Más bien, llevasteis a Sicut, vuestro rey, y a Quiyún, vuestros ídolos, la estrella de vuestros dioses que hicisteis para vosotros.

27 - Yo os haré, pues, deportar más allá de Damasco--dice el SEÑOR, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.