Salmos 31:9 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Salmos
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1 - [Del maestro de coro. Salmo. De David. ]

2 - En ti, Yahveh, me cobijo, ¡oh, no sea confundido jamás! ¡Recóbrame por tu justicia, líbrame,

3 - tiende hacia mí tu oído, date prisa! Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve;

4 - pues mi roca eres tú, mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías y diriges.

5 - Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio;

6 - en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. Dios de verdad,

7 - tú detestas a los que veneran vanos ídolos; mas yo en Yahveh confío:

8 - ¡exulte yo y en tu amor me regocije! Tú que has visto mi miseria, y has conocido las angustias de mi alma,

9 - no me has entregado en manos del enemigo, y has puesto mis pies en campo abierto.

10 - Tenme piedad, Yahveh, que en angustias estoy. De tedio se corroen mis ojos, mi alma, mis entrañas.

11 - Pues mi vida se consume en aflicción, y en suspiros mis años; sucumbe mi vigor a la miseria, mis huesos se corroen.

12 - De todos mis opresores me he hecho el oprobio; asco soy de mis vecinos, espanto de mis familiares. Los que me ven en la calle huyen lejos de mí;

13 - dejado estoy de la memoria como un muerto, como un objeto de desecho.

14 - Escucho las calumnias de la turba, terror por todos lados, mientras se aúnan contra mí en conjura, tratando de quitarme la vida.

15 - Mas yo confío en ti, Yahveh, me digo: "¡Tú eres mi Dios!"

16 - Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores;

17 - haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor!

18 - Yahveh, no haya confusión para mí, que te invoco, ¡confusión sólo para los impíos; que bajen en silencio al šeol,

19 - enmudezcan los labios mentirosos que hablan con insolencia contra el justo, con orgullo y desprecio!

20 - ¡Qué grande es tu bondad, Yahveh! Tú la reservas para los que te temen, se la brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de Adán.

21 - Tú los escondes en el secreto de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; bajo techo los pones a cubierto de la querella de las lenguas.

22 - ¡Bendito sea Yahveh que me ha brindado maravillas de amor (en ciudad fortificada)!

23 - ¡Y yo que decía en mi inquietud: "Estoy dejado de tus ojos!" Mas tú oías la voz de mis plegarias, cuando clamaba a ti.

24 - Amad a Yahveh, todos sus amigos; a los fieles protege Yahveh, pero devuelve muy sobrado al que obra por orgullo.

25 - ¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros todos que esperáis en Yahveh!