Marcos 12:5 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - Y se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.

2 - Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña.

3 - Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías.

4 - De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron.

5 - Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros.

6 - Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: "A mi hijo le respetarán".

7 - Pero aquellos labradores dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia."

8 - Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.

9 - ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros.

10 - ¿No habéis leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido;

11 - fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?"

12 - Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.

13 - Y envían donde él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra.

14 - Vienen y le dicen: "Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?"

15 - Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea".

16 - Se lo trajeron y les dice: "¿De quién es esta imagen y la inscripción?" Ellos le dijeron: "Del César".

17 - Jesús les dijo: "Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios". Y se maravillaban de él.

18 - Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaban:

19 - "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.

20 - Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia;

21 - también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo.

22 - Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también la mujer.

23 - En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer".

24 - Jesús les contestó: "¿No estáis en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios?

25 - Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos.

26 - Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?

27 - No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error".

28 - Acercóse uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?"

29 - Jesús le contestó: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor,

30 - y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.

31 - El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos".

32 - Le dijo el escriba: "Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El,

33 - y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".

34 - Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios". Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

35 - Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: "¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?

36 - David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.

37 - El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?" La muchedumbre le oía con agrado.

38 - Decía también en su instrucción: "Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas,

39 - ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;

40 - y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.

41 - Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho.

42 - Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.

43 - Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: "Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.

44 - Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.