Lucas 19:6 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.

2 - Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

3 - Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.

4 - Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.

5 - Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: "Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa".

6 - Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

7 - Al verlo, todos murmuraban diciendo: "Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador".

8 - Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: "Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo".

9 - Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,

10 - pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".

11 - Estando la gente escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro.

12 - Dijo pues: "Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse.

13 - Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva."

14 - Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros."

15 - "Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.

16 - Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas."

17 - Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades."

18 - Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas."

19 - Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades."

20 - "Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo;

21 - pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste."

22 - Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré;

23 - pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."

24 - Y dijo a los presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas."

25 - Dijéronle: "Señor, tiene ya diez minas."

26 - - "Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará."

27 - ""Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí.""

28 - Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.

29 - Y sucedió que, al aproximarse a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,

30 - diciendo: "Id al pueblo que está enfrente y, entrando en él, encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre; desatadlo y traedlo.

31 - Y si alguien os pregunta: "¿Por qué lo desatáis?", diréis esto: "Porque el Señor lo necesita.""

32 - Fueron, pues, los enviados y lo encontraron como les había dicho.

33 - Cuando desataban el pollino, les dijeron los dueños: "¿Por qué desatáis el pollino?"

34 - Ellos les contestaron: "Porque el Señor lo necesita".

35 - Y lo trajeron donde Jesús; y echando sus mantos sobre el pollino, hicieron montar a Jesús.

36 - Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino.

37 - Cerca ya de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que habían visto.

38 - Decían: "Bendito el Rey que viene en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas".

39 - Algunos de los fariseos, que estaban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos".

40 - Respondió: "Os digo que si éstos callan gritarán las piedras".

41 - Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,

42 - diciendo: "¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos.

43 - Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes,

44 - y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita".

45 - Entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían,

46 - diciéndoles: "Está escrito: Mi Casa será Casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!"

47 - Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle,

48 - pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.