Lucas 10:7 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.

2 - Y les dijo: "La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

3 - Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.

4 - No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.

5 - En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."

6 - Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.

7 - Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.

8 - En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;

9 - curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."

10 - En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid:

11 - "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca."

12 - Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.

13 - "¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido.

14 - Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.

15 - Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!

16 - "Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".

17 - Regresaron los 72 alegres, diciendo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre".

18 - El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.

19 - Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño;

20 - pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos".

21 - En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.

22 - Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

23 - Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que veis!

24 - Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron".

25 - Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: "Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?"

26 - El le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?"

27 - Respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo".

28 - Díjole entonces: "Bien has respondido. Haz eso y vivirás".

29 - Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: "Y ¿quién es mi prójimo?"

30 - Jesús respondió: "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.

31 - Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.

32 - De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.

33 - Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión;

34 - y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.

35 - Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."

36 - ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?"

37 - El dijo: "El que practicó la misericordia con él". Díjole Jesús: "Vete y haz tú lo mismo".

38 - Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa.

39 - Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra,

40 - mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude".

41 - Le respondió el Señor: "Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas;

42 - y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada".