Juan 11:26 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - Había un cierto enfermo, Lázaro, de Betania, pueblo de María y de su hermana Marta.

2 - María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro era el enfermo.

3 - Las hermanas enviaron a decir a Jesús: "Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo".

4 - Al oírlo Jesús, dijo: "Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella".

5 - Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.

6 - Cuando se enteró de que estaba enfermo, permaneció dos días más en el lugar donde se encontraba.

7 - Al cabo de ellos, dice a sus discípulos: "Volvamos de nuevo a Judea".

8 - Le dicen los discípulos: "Rabbí, con que hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y vuelves allí?"

9 - Jesús respondió: "¿No son doce las horas del día? Si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;

10 - pero si uno anda de noche, tropieza, porque no está la luz en él".

11 - Dijo esto y añadió: "Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a despertarle".

12 - Le dijeron sus discípulos: "Señor, si duerme, se curará".

13 - Jesús lo había dicho de su muerte, pero ellos creyeron que hablaba del descanso del sueño.

14 - Entonces Jesús les dijo abiertamente: "Lázaro ha muerto,

15 - y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis. Pero vayamos donde él".

16 - Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: "Vayamos también nosotros a morir con él".

17 - Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.

18 - Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios,

19 - y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su hermano.

20 - Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa.

21 - Dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.

22 - Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá".

23 - Le dice Jesús: "Tu hermano resucitará".

24 - Le respondió Marta: "Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día".

25 - Jesús le respondió: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;

26 - y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?"

27 - Le dice ella: "Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo".

28 - Dicho esto, fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: "El Maestro está ahí y te llama".

29 - Ella, en cuanto lo oyó, se levantó rápidamente, y se fue donde él.

30 - Jesús todavía no había llegado al pueblo; sino que seguía en el lugar donde Marta lo había encontrado.

31 - Los judíos que estaban con María en casa consolándola, al ver que se levantaba rápidamente y salía, la siguieron pensando que iba al sepulcro para llorar allí.

32 - Cuando María llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto".

33 - Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó

34 - y dijo: "¿Dónde lo habéis puesto?" Le responden: "Señor, ven y lo verás".

35 - Jesús se echó a llorar.

36 - Los judíos entonces decían: "Mirad cómo le quería".

37 - Pero algunos de ellos dijeron: "Este, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?"

38 - Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta encima una piedra.

39 - Dice Jesús: "Quitad la piedra". Le responde Marta, la hermana del muerto: "Señor, ya huele; es el cuarto día".

40 - Le dice Jesús: "¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?"

41 - Quitaron, pues, la piedra. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: "Padre, te doy gracias por haberme escuchado.

42 - Ya sabía yo que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado".

43 - Dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!"

44 - Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dice: "Desatadlo y dejadle andar".

45 - Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.

46 - Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

47 - Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.

48 - Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación".

49 - Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: "Vosotros no sabéis nada,

50 - ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación".

51 - Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación

52 - - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.

53 - Desde este día, decidieron darle muerte.

54 - Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.

55 - Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.

56 - Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: "¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?"

57 - Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.