Capitulos:
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1 - ¿Por qué Šadday no se reserva tiempos, y los que le conocen no contemplan sus días?
2 - Los malvados remueven los mojones, roban el rebaño y su pastor.
3 - Se llevan el asno de los huérfanos, toman en prenda el buey de la viuda.
4 - Los mendigos tienen que retirarse del camino, a una se ocultan los pobres del país.
5 - Como onagros del desierto salen a su tarea, buscando presa desde el alba, y a la tarde, pan para sus crías.
6 - Cosechan en el campo del inicuo, vendimian la viña del malvado.
7 - Pasan la noche desnudos, sin vestido, sin cobertor contra el frío.
8 - Calados por el turbión de las montañas, faltos de abrigo, se pegan a la roca.
9 - Al huérfano se le arranca del pecho, se toma en prenda al niño del pobre.
10 - Desnudos andan, sin vestido; hambrientos, llevan las gavillas.
11 - Pasan el mediodía entre dos paredes, pisan los lagares y no quitan la sed.
12 - Desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, ¡y Dios sigue sordo a la oración!
13 - Otros hay rebeldes a la luz: no reconocen sus caminos ni frecuentan sus senderos.
14 - Aún no es de día cuando el asesino se levanta para matar al pobre y al menesteroso. Por la noche merodea el ladrón.
15 - El ojo del adúltero el crepúsculo espía: "Ningún ojo - dice - me divisa", y cubre su rostro con un velo.
16 - Las casas perfora en las tinieblas. Durante el día se ocultan los que no quieren conocer la luz.
17 - Para todos ellos la mañana es sombra, porque sufren entonces sus terrores.
18 - No es más que una paja sobre el agua, su hacienda es maldita en el país, nadie toma el camino de su viña.
19 - Como el calor de sequía arrebata el agua de nieve, así el šeol al que ha pecado.
20 - El seno que le formó se olvida de él, y su nombre no se recuerda más. Así la iniquidad es desgajada como un árbol.
21 - Maltrataba a la estéril, la que no da a luz, y a la viuda no trataba bien.
22 - Pero Aquel que agarra con su fuerza a los tiranos se levanta, y va el otro no cuenta con la vida.
23 - Le dejaba apoyarse con seguridad, pero sus ojos vigilaban sus caminos.
24 - Se encumbró por un instante, y ya no existe, se abate como el armuelle que se corta, como la cresta de la espiga se amustia.
25 - ¿No es así? ¿quién me puede desmentir y reducir a nada mi palabra?