Job 21:18 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Job
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1 - Job tomó la palabra y dijo:

2 - Escuchad, escuchad mis razones, dadme siquiera este consuelo.

3 - Tened paciencia mientras hablo yo, cuando haya hablado, os podréis burlar.

4 - ¿Acaso me quejo yo de un hombre? ¿Por qué entonces no he de ser impaciente?

5 - Volved hacia mí: quedaréis espantados y la mano pondréis en vuestra boca.

6 - Que yo mismo me horrorizo al recordarlo, y mi carne es presa de un escalofrío.

7 - ¿Por qué siguen viviendo los malvados, envejecen y aún crecen en poder?

8 - Su descendencia ante ellos se afianza, sus vástagos se afirman a su vista.

9 - En paz sus casas, nada temen, la vara de Dios no cae sobre ellos.

10 - Su toro fecunda sin marrar, sin abortar su vaca pare.

11 - Dejan correr a sus niños como ovejas, sus hijos brincan como ciervos.

12 - Cantan con arpa y cítara, al son de la flauta se divierten.

13 - Acaban su vida en la ventura, en paz descienden al šeol.

14 - Y con todo, a Dios decían: "¡Lejos de nosotros, no queremos conocer tus caminos!

15 - ¿Qué es Šadday para que le sirvamos, qué podemos ganar con aplacarle?"

16 - ¿No está en sus propias manos su ventura, aunque el consejo de los malos quede lejos de Dios?

17 - ¿Cuántas veces la lámpara de los malos se apaga, su desgracia irrumpe sobre ellos, y él reparte dolores en su cólera?

18 - ¿Son como paja ante el viento, como tamo que arrebata un torbellino?

19 - ¿Va a guardar Dios para sus hijos su castigo? ¡que le castigue a él, para que sepa!

20 - ¡Vea su ruina con sus propios ojos, beba de la furia de Šadday!

21 - ¿Qué le importa la suerte de su casa, después de él, cuando se haya cortado la cuenta de sus meses?

22 - Pero, ¿se enseña a Dios la ciencia? ¡Si es él quien juzga a los seres más excelsos!

23 - Hay quien muere en su pleno vigor, en el colmo de la dicha y de la paz,

24 - repletos de grasa su ijares, bien empapado el meollo de sus huesos.

25 - Y hay quien muere, la amargura en el alma, sin haber gustado la ventura.

26 - Juntos luego se acuestan en el polvo, y los gusanos los recubren.

27 - ¡Oh, sé muy bien lo que pensáis, las malas ideas que os formáis sobre mí!

28 - "¿Dónde está, os decís, la casa del magnate? ¿dónde la tienda que habitaban los malos?"

29 - ¿No habéis interrogado a los viandantes? ¿no os han pasmado los casos que refieren?

30 - Que el malo es preservado en el día del desastre, en el día de los furores queda a salvo.

31 - Pues, ¿quién le echa en cara su conducta y le da el merecido de su obras?

32 - Cuando es llevado al cementerio, sobre el mausoleo hace vela.

33 - Dulces le son los terrones del torrente, y detrás de él desfila todo el mundo.

34 - ¿Cómo, pues, me consoláis tan en vano? ¡Pura falacia son vuestras respuestas!