Jeremias 3:5 - Biblia de Jerusalén Segunda Edición

Libro de Jeremias
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1 - "Supongamos que despide un marido a su mujer; ella se va de su lado y es de otro hombre: ¿podrá volver a él? ¿no sería como una tierra manchada?" Pues bien, tú has fornicado con muchos compañeros, ¡y vas a volver a mí! - oráculo de Yahveh -.

2 - Alza los ojos a los calveros y mira: ¿en dónde no fuiste gozada? A la vera de los caminos te sentabas para ellos, como el árabe en el desierto, y manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia.

3 - Se suspendieron las lloviznas de otoño, y faltó lluvia tardía; pero tú tenías rostro de mujer descarada, rehusaste avergonzarte.

4 - ¿Es que entonces mismo no me llamabas: "Padre mío; el amigo de mi juventud eres tú?;

5 - ¿tendrá rencor para siempre?, ¿lo guardará hasta el fin?" Ahí tienes cómo has hablado; las maldades que hiciste las has colmado.

6 - Yahveh me dijo en tiempos del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo Israel, la apóstata? Andaba ella sobre cualquier monte elevado y bajo cualquier árbol frondoso, fornicando allí.

7 - En vista de lo que había hecho, dije: "No vuelvas a mí". Y no volvió. Vio esto su hermana Judá, la pérfida;

8 - vio que a causa de todas las fornicaciones de Israel, la apóstata, yo la había despedido dándole su carta de divorcio; pero no hizo caso su hermana Judá, la pérfida, sino que fue y fornicó también ella,

9 - tanto que por su liviandad en fornicar manchó la tierra, y fornicó con la piedra y con el leño.

10 - A pesar de todo, su hermana Judá, la pérfida, no se volvió a mí de todo corazón, sino engañosamente - oráculo de Yahveh.

11 - Y me dijo Yahveh: Más justa se ha manifestado Israel, la apóstata, que Judá, la pérfida.

12 - Anda y pregona estas palabras al Norte y di: Vuelve, Israel apóstata, - oráculo de Yahveh -; no estará airado mi semblante contra vosotros, porque piadoso soy - oráculo de Yahveh - no guardo rencor para siempre.

13 - Tan sólo reconoce tu culpa, pues contra Yahveh tu Dios te rebelaste, frecuentaste a extranjeros bajo todo árbol frondoso, y mi voz no oísteis - oráculo de Yahveh -.

14 - Volved, hijos apostatas - oráculo de Yahveh - porque yo soy vuestro Señor. Os iré recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de cada familia, y os traeré a Sión.

15 - Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia.

16 - Y luego, cuando seáis muchos y fructifiquéis en la tierra, en aquellos días - oráculo de Yahveh - no se hablará más del arca de la alianza de Yahveh, no vendrá en mientes, no se acordarán ni se ocuparán de ella, ni será reconstruida jamás.

17 - En aquel tiempo llamarán a Jerusalén "Trono de Yahveh" y se incorporarán a ella todas las naciones en el nombre de Yahveh, en Jerusalén, sin seguir más la dureza de sus perversos corazones.

18 - En aquellos días, andará la casa de Judá al par de Israel, y vendrán juntos desde tierras del norte a la tierra que di en herencia a vuestros padres.

19 - Yo había dicho: "Sí, te tendré como a un hijo y te daré una tierra espléndida, flor de las heredades de las naciones". Y añadí: "Padre me llamaréis y de mi seguimiento no os volveréis".

20 - Pues bien, como engaña una mujer a su compañero, así me ha engañado la casa de Israel, oráculo de Yahveh.

21 - Voces sobre los calveros se oían: rogativas llorosas de los hijos de Israel, porque torcieron su camino, olvidaron a su Dios Yahveh.

22 - - Volved, hijos apostatas; yo remediaré vuestras apostasías. - Aquí nos tienes de vuelta a ti, porque tú, Yahveh, eres nuestro Dios.

23 - ¡Luego eran mentira los altos, la barahúnda de los montes! ¡Luego por Yahveh, nuestro Dios, se salva Israel!

24 - La Vergüenza se comió la laceria de nuestros padres desde nuestra mocedad: sus ovejas y vacas, sus hijos e hijas.

25 - Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra propia confusión, ya que contra Yahveh nuestro Dios hemos pecado nosotros como nuestros padres desde nuestra mocedad hasta hoy, y no escuchamos la voz de Yahveh nuestro Dios.