Romanos 2:5 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Romanos
Capitulos:

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1 - Por eso, no tienes excusa quienquiera que seas, tú que juzgas, pues juzgando a otros, a ti mismo te condenas, ya que obras esas mismas cosas tú que juzgas,

2 - y sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que obran semejantes cosas.

3 - Y ¿te figuras, tú que juzgas a los que cometen tales cosas y las cometes tú mismo, que escaparás al juicio de Dios?

4 - O ¿desprecias, tal vez, sus riquezas de bondad, de paciencia y de longanimidad, sin reconocer que esa bondad de Dios te impulsa a la conversión?

5 - Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios,

6 - el cual = dará a cada cual según sus obras: =

7 - a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna;

8 - mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación.

9 - Tribulación y angustia sobre toda alma humana que obre el mal: del judío primeramente y también del griego;

10 - en cambio, gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también al griego;

11 - que no hay acepción de personas en Dios.

12 - Pues cuantos sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados;

13 - que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán justificados.

14 - En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley;

15 - como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza...

16 - en el día en que Dios juzgará las acciones secretas de los hombres, según mi Evangelio, por Cristo Jesús.

17 - Pero si tú, que te dices judío y descansas en la ley; que te glorías en Dios;

18 - que conoces su voluntad; que disciernes lo mejor, amaestrado por la ley,

19 - y te jactas de ser guía de ciegos, luz de los que andan en tinieblas,

20 - educador de ignorantes, maestro de niños, porque posees en la ley la expresión misma de la ciencia y de la verdad...

21 - pues bien, tú que instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!

22 - Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!

23 - Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios.

24 - Porque, como dice la Escritura, = el nombre de Dios, por vuestra causa, es blasfemado entre las naciones. =

25 - Pues la circuncisión, en verdad, es útil si cumples la ley; pero si eres un transgresor de la ley, tu circuncisión se vuelve incircuncisión.

26 - Mas si el incircunciso guarda las prescripciones de la ley ¿no se tendrá su incircuncisión como circuncisión?

27 - Y el que, siendo físicamente incircunciso, cumple la ley, te juzgará a ti, que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley.

28 - Pues no está en el exterior el ser judío, ni es circuncisión la externa, la de la carne.

29 - El verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera circuncisión, la del corazón, según el espíritu y no según la letra. Ese es quien recibe de Dios la gloria y no de los hombres.