Nahum 3:10 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Nahum
Capitulos:

123

1 - ¡Ay de la ciudad sanguinaria, mentira toda ella, llena de rapiña, de incesante pillaje!

2 - ¡Chasquido de látigos, estrépito de ruedas! ¡Caballos que galopan, carros que saltan,

3 - caballería que avanza, llamear de espadas, centellear de lanzas... multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres sin fin, cadáveres en los que se tropieza!

4 - Es por las muchas prostituciones de la prostituta, bella de gracia y maestra en sortilegios, que vendía a las naciones con sus prostituciones y a los pueblos con sus sortilegios.

5 - Aquí estoy contra ti - oráculo de Yahveh Sebaot -: voy a alzar tus faldas hasta tu cara, mostraré a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergüenza.

6 - Arrojaré inmundicia sobre ti, te deshonraré y te pondré como espectáculo.

7 - Y sucederá que todo el que te vea huirá de ti y dirá: «¡asolada está Nínive! ¿Quién tendrá piedad de ella? ¿Dónde buscarte consoladores?»

8 - ¿Eres acaso tú mejor que No Amón, la asentada entre los Nilos, (rodeada de aguas), cuya barrera era el mar, cuya muralla las aguas?

9 - Etiopía y Egipto eran su fuerza que no tenía límite; Put y los libios venían en su ayuda.

10 - También ella fue al destierro, al cautiverio partió, también sus niños fueron estrellados en el cruce de todas las calles; se echaron suertes sobre sus notables, y todos sus grandes fueron aherrojados con cadenas.

11 - También tú quedarás ebria, serás ésa que se esconde, también tú buscarás un refugio contra el enemigo.

12 - Todas tus fortalezas son higueras cargadas de brevas: si se las sacude, caen en la boca de quien va a comerlas.

13 - He ahí a tu pueblo: mujeres en medio de ti; a tus enemigos se abren enteras las puertas de tu país, el fuego ha devorado tus cerrojos.

14 - Sácate agua para el asedio, refuerza tus fortalezas, métete en la arcilla, pisa el mortero, toma el molde de ladrillos.

15 - Allí el fuego te consumirá, la espada te exterminará, (te devorará como el pulgón.) Multiplícate como el pulgón, multiplícate como la langosta;

16 - multiplica tus mercaderes más que las estrellas del cielo, se despliegan los pulgones y se vuelan,

17 - tus guardias como langostas, y tus escribas como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en un día de frío; sale el sol y se van, y nadie sabe dónde. ¡Ay, cómo están

18 - dormidos tus pastores, rey de Asur! Dormitan tus capitanes, tu pueblo está disperso por los montes, y no hay quien los reúna.

19 - ¡No hay remedio para tu herida, incurable es tu llaga! Todos los que noticia de ti oyen baten palmas sobre ti; pues ¿sobre quién no pasó sin tregua tu maldad?