Mateo 22 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:

2 - «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.

3 - Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.

4 - Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: “Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda.”

5 - Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;

6 - y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.

7 - Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

8 - Entonces dice a sus siervos: “La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.

9 - Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda.”

10 - Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.

11 - «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,

12 - le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado.

13 - Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”

14 - Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»

15 - Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra.

16 - Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.

17 - Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»

18 - Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?

19 - Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario.

20 - Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»

21 - Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»

22 - Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.

23 - Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaron:

24 - «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su hermano.

25 - Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y murió; y, no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.

26 - Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.

27 - Después de todos murió la mujer.

28 - En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron.»

29 - Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.

30 - Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo.

31 - Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando os dice:

32 - = Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? = No es un Dios de muertos, sino de vivos.»

33 - Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.

34 - Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,

35 - y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:

36 - «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»

37 - El le dijo: = «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. =

38 - Este es el mayor y el primer mandamiento.

39 - El segundo es semejante a éste: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =

40 - De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

41 - Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión:

42 - «¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David.»

43 - Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice:

44 - = Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?

45 - Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»

46 - Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a hacerle más preguntas.