Mateo 15:33 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Entonces se acercan a Jesús algunos fariseos y escribas venidos de Jerusalén, y le dicen:

2 - «¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los antepasados?; pues no se lavan las manos a la hora de comer.»

3 - El les respondió: «Y vosotros, ¿por qué traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?

4 - Porque Dios dijo: = Honra a tu padre y a tu madre, = y: = El que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. =

5 - Pero vosotros decís: El que diga a su padre o a su madre: “Lo que de mí podrías recibir como ayuda es ofrenda”,

6 - ése no tendrá que honrar a su padre y a su madre. Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición.

7 - Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:

8 - = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. =

9 - = En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.» =

10 - Luego llamó a la gente y les dijo: «Oíd y entended.

11 - No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.»

12 - Entonces se acercan los discípulos y le dicen: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?»

13 - El les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz.

14 - Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.»

15 - Tomando Pedro la palabra, le dijo: «Explícanos la parábola.»

16 - El dijo: «¿También vosotros estáis todavía sin inteligencia?

17 - ¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado?

18 - En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.

19 - Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias.

20 - Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.»

21 - Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.

22 - En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»

23 - Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»

24 - Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»

25 - Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»

26 - El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»

27 - «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»

28 - Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.

29 - Pasando de allí Jesús vino junto al mar de Galilea; subió al monte y se sentó allí.

30 - Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y él los curó.

31 - De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

32 - Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.»

33 - Le dicen los discípulos: «¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una multitud tan grande?»

34 - Díceles Jesús: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos dijeron: «Siete, y unos pocos pececillos.»

35 - El mandó a la gente acomodarse en el suelo.

36 - Tomó luego los siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dándolos a los discípulos, y los discípulos a la gente.

37 - Comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas.

38 - Y los que habían comido eran 4.000 hombres, sin contar mujeres y niños.

39 - Despidiendo luego a la muchedumbre, subió a la barca, y se fue al término de Magadán.