Marcos 9:11 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»

2 - Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,

3 - y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.

4 - Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.

5 - Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;

6 - - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.

7 - Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»

8 - Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.

9 - Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

10 - Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»

11 - Y le preguntaban: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?»

12 - El les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado?

13 - Pues bien, yo os digo: Elías ha venido ya y han hecho con él cuanto han querido, según estaba escrito de él.»

14 - Al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos.

15 - Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle.

16 - El les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?»

17 - Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo

18 - y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espurnarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido.»

19 - El les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!»

20 - Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos.

21 - Entonces él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?» Le dijo: «Desde niño.

22 - Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.»

23 - Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!»

24 - Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!»

25 - Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él.»

26 - Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto.

27 - Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie.

28 - Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?»

29 - Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración.»

30 - Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera,

31 - porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.»

32 - Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

33 - Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?»

34 - Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor.

35 - Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.»

36 - Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo:

37 - «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.»

38 - Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.»

39 - Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí.

40 - Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.»

41 - «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.»

42 - «Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar.

43 - Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga.

45 - Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna.

47 - Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna,

48 - donde = su gusano no muere y el fuego no se apaga; =

49 - pues todos han de ser salados con fuego.

50 - Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros.»