Marcos 3:30 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada.

2 - Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.

3 - Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.»

4 - Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.

5 - Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano.

6 - En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.

7 - Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea,

8 - de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él.

9 - Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran.

10 - Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle.

11 - Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»

12 - Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

13 - Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él.

14 - Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar

15 - con poder de expulsar los demonios.

16 - Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro;

17 - a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno;

18 - a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo

19 - y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

20 - Vuelve a casa. Se aglomera otra vez la muchedumbre de modo que no podían comer.

21 - Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: «Está fuera de sí.»

22 - Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.»

23 - El, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?

24 - Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.

25 - Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir.

26 - Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin.

27 - Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa.

28 - Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean.

29 - Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.»

30 - Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo.»

31 - Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar.

32 - Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.»

33 - El les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?»

34 - Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos.

35 - Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»