Marcos 14:67 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Marcos
Capitulos:

12345678910111213141516

1 - Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle.

2 - Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo.»

3 - Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza.

4 - Había algunos que se decían entre sí indignados: «¿Para qué este despilfarro de perfume?

5 - Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado a los pobres.» Y refunfuñaban contra ella.

6 - Mas Jesús dijo: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho una obra buena en mí.

7 - Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre.

8 - Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura.

9 - Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya.»

10 - Entonces, Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue donde los sumos sacerdotes para entregárselo.

11 - Al oírlo ellos, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él andaba buscando cómo le entregaría en momento oportuno.

12 - El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?»

13 - Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle

14 - y allí donde entre, decid al dueño de la casa: “El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?”

15 - El os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros.»

16 - Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.

17 - Y al atardecer, llega él con los Doce.

18 - Y mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará, el que come conmigo.»

19 - Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?»

20 - El les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato.

21 - Porque el Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»

22 - Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.»

23 - Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.

24 - Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.

25 - Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»

26 - Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.

27 - Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: = Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. =

28 - Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»

29 - Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no.»

30 - Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres.»

31 - Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos.

32 - Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración.»

33 - Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia.

34 - Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad.»

35 - Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora.

36 - Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»

37 - Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?

38 - Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»

39 - Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras.

40 - Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle.

41 - Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.

42 - ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.»

43 - Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.

44 - El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela.»

45 - Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso.

46 - Ellos le echaron mano y le prendieron.

47 - Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la oreja.

48 - Y tomando la palabra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos?

49 - Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las Escrituras.»

50 - Y abandonándole huyeron todos.

51 - Un joven le seguía cubierto sólo de un lienzo; y le detienen.

52 - Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo.

53 - Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y se reúnen todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas.

54 - También Pedro le siguió de lejos, hasta dentro del palacio del Sumo Sacerdote, y estaba sentado con los criados, calentándose al fuego.

55 - Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero no lo encontraban.

56 - Pues muchos daban falso testimonio contra él, pero los testimonios no coincidían.

57 - Algunos, levantándose, dieron contra él este falso testimonio:

58 - «Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres.»

59 - Y tampoco en este caso coincidía su testimonio.

60 - Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»

61 - Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»

62 - Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis = al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.» =

63 - El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?

64 - Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte.

65 - Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: «Adivina», y los criados le recibieron a golpes.

66 - Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote

67 - y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: «También tú estabas con Jesús de Nazaret.»

68 - Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo.

69 - Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Este es uno de ellos.»

70 - Pero él lo negaba de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo.»

71 - Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!»

72 - Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a llorar.