Lucas 23:25 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.

2 - Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.»

3 - Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»

4 - Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre.»

5 - Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí.»

6 - Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.

7 - Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.

8 - Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.

9 - Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.

10 - Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.

11 - Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.

12 - Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.

13 - Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo

14 - y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.

15 - Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.

16 - Así que le castigaré y le soltaré.»

18 - Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»

19 - Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.

20 - Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,

21 - pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»

22 - Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré.»

23 - Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.

24 - Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.

25 - Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.

26 - Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.

27 - Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.

28 - Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.

29 - Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!

30 - Entonces se pondrán a = decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos! =

31 - Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»

32 - Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.

33 - Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

34 - Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.

35 - Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido.»

36 - También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre

37 - y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»

38 - Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»

39 - Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»

40 - Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?

41 - Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»

42 - Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»

43 - Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»

44 - Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.

45 - El velo del Santuario se rasgó por medio

46 - y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, = en tus manos pongo mi espíritu» = y, dicho esto, expiró.

47 - Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo.»

48 - Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.

49 - Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.

50 - Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo,

51 - que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.

52 - Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús

53 - y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.

54 - Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado.

55 - Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo,

56 - Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.