Job 3:13 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Job
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142

1 - Después de esto, abrió Job la boca y maldijo su día.

2 - Tomó Job la palabra y dijo:

3 - ¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido!»

4 - El día aquel hágase tinieblas, no lo requiera Dios desde lo alto, ni brille sobre él la luz.

5 - Lo reclamen tinieblas y sombras, un nublado se cierna sobre él, lo estremezca un eclipse.

6 - Sí, la oscuridad de él se apodere, no se añada a los días del año, ni entre en la cuenta de los meses.

7 - Y aquella noche hágase inerte, impenetrable a los clamores de alegría.

8 - Maldíganla los que maldicen el día, los dispuestos a despertar a Leviatán.

9 - Sean tinieblas las estrellas de su aurora, la luz espere en vano, y no vea los párpados del alba.

10 - Porque no me cerró las puertas del vientre donde estaba, ni ocultó a mis ojos el dolor.

11 - ¿Por qué no morí cuando salí del seno, o no expiré al salir del vientre?

12 - ¿Por qué me acogieron dos rodillas? ¿por qué hubo dos pechos para que mamara?

13 - Pues ahora descansaría tranquilo, dormiría ya en paz,

14 - con los reyes y los notables de la tierra, que se construyen soledades;

15 - o con los príncipes que poseen oro y llenan de plata sus moradas.

16 - O ni habría existido, como aborto ocultado, como los fetos que no vieron la luz.

17 - Allí acaba la agitación de los malvados, allí descansan los exhaustos.

18 - También están tranquilos los cautivos, sin oír más la voz del capataz.

19 - Chicos y grandes son allí lo mismo, y el esclavo se ve libre de su dueño.

20 - ¿Para qué dar la luz a un desdichado, la vida a los que tienen amargada el alma,

21 - a los que ansían la muerte que no llega y excavan en su búsqueda más que por un tesoro,

22 - a los que se alegran ante el túmulo y exultan cuando alcanzan la tumba,

23 - a un hombre que ve cerrado su camino, y a quien Dios tiene cercado?

24 - Como alimento viene mi suspiro, como el agua se derraman mis lamentos.

25 - Porque si de algo tengo miedo, me acaece, y me sucede lo que temo.

26 - No hay para mí tranquilidad ni calma, no hay reposo: turbación es lo que llega.