Job 31:21 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Job
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1 - Había hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella.

2 - Y ¿cuál es el reparto que hace Dios desde arriba, cuál la suerte que manda Sadday desde la altura?

3 - ¿No es acaso desgracia para el inicuo, tribulación para los malhechores?

4 - ¿No ve él mis caminos, no cuenta todos mis pasos?

5 - ¿He caminado junto a la mentira? ¿he apretado mi paso hacia la falsedad?

6 - ¡Péseme él en balanza de justicia, conozca Dios mi integridad!

7 - Si mis pasos del camino se extraviaron, si tras mis ojos fue mi corazón, si a mis manos se adhiere alguna mancha,

8 - ¡coma otro lo que yo sembré, y sean arrancados mis retoños!

9 - Si mi corazón fue seducido por mujer, si he fisgado a la puerta de mi prójimo,

10 - ¡muela para otro mi mujer, y otros se encorven sobre ella!

11 - Pues sería ello una impudicia, un crimen a justicia sujeto;

12 - sería fuego que devora hasta la Perdición y que consumiría toda mi hacienda.

13 - Si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi sierva, en sus pleitos conmigo,

14 - ¿qué podré hacer cuando Dios se levante? cuando él investigue, ¿qué responderé?

15 - ¿No los hizo él, igual que a mí, en el vientre? ¿no nos formó en el seno uno mismo?

16 - Me he negado al deseo de los débiles? ¿dejé desfallecer los ojos de la viuda?

17 - ¿Comí solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el huérfano?

18 - ¡Siendo así que desde mi infancia me crió él como un padre, me guió desde el seno materno!

19 - ¿He visto a un miserable sin vestido, a algún pobre desnudo,

20 - sin que en lo íntimo de su ser me bendijera, y del vellón de mis corderos se haya calentado?

21 - Si he alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado en la Puerta,

22 - ¡mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se desgaje!

23 - Pues el terror de Dios caería sobre mí, y ante su majestad no podría tenerme.

24 - ¿He hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: «Tú, mi seguridad»?

25 - ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi mano había ganado mucho?

26 - ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que marchaba radiante,

27 - mi corazón, en secreto, se dejó seducir para enviarles un beso con la mano?

28 - También hubiera sido una falta criminal, por haber renegado del Dios de lo alto.

29 - ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le alcanzara?

30 - ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldición!

31 - ¿No decían las gentes de mi tienda: «¿Hay alguien que no se haya hartado con su carne?»

32 - El forastero no pernoctaba a la intemperie, tenía abierta mi puerta al caminante.

33 - ¿He disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi pecado,

34 - porque temiera el rumor público, o el desprecio de las gentes me asustara, hasta quedar callado sin atreverme a salir mi puerta?

35 - ¡Oh! ¿quién hará que se me escuche? Esta es mi última palabra: ¡respóndame Sadday! El libelo que haya escrito mi adversario

36 - pienso llevarlo sobre mis espaldas, ceñírmelo igual que una diadema.

37 - Del número de mis pasos voy a rendirle cuentas, como un príncipe me llegaré hasta él.

38 - Si mi tierra grita contra mí, y sus surcos lloran con ella,

39 - si he comido sus frutos sin pagarlos y he hecho expirar a sus dueños,

40 - ¡en vez de trigo broten en ella espinas, y en lugar de cebada hierba hedionda! Fin de las palabras de Job.