Isaias 8:4 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Isaias
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1 - Yahveh me dijo: «Toma una placa grande, escribe en ella con buril: de Maher Salal Jas Baz,

2 - y toma por fieles testigos míos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.»

3 - Me acerqué a la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo, Yahveh me dijo: «Llámale Maher Salal Jas Baz,

4 - pues antes que sepa el niño decir “papá” y “mamá”, la riqueza de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asur.»

5 - Volvió Yahveh a hablarme de nuevo:

6 - «Porque ha rehusado ese pueblo las aguas de Siloé que van de vagar y se ha desmoralizado ante Rasón y el hijo de Remalías,

7 - por lo mismo, he aquí que el Señor hace subir contra ellos las aguas del Río embravecidas y copiosas. Desbordará por todos sus cauces, (el rey de Asur y todo su esplendor) invadirá todas sus riberas.

8 - Seguirá por Judá anegando a su paso, hasta llegar al cuello. Y la envergadura de sus alas abarcará la anchura de tu tierra, Emmanuel.

9 - Sabedlo, pueblos: seréis destrozados; escuchad, confines todos de la tierra; en guardia: seréis destrozados; en guardia: seréis destrozados.

10 - Trazad un plan: fracasará. Decid una palabra: no se cumplirá. Porque con nosotros está Dios.

11 - Pues así me ha dicho Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir por el camino de ese pueblo:

12 - No llaméis conspiración a lo que ese pueblo llama conspiración, ni temáis ni tembléis de lo que él teme.

13 - A Yahveh Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él vuestro temblor.

14 - Será un santuario y piedra de tropiezo y peña de escándalo para entrambas Casas de Israel; lazo y trampa para los moradores de Jerusalén.

15 - Allí tropezarán muchos, caerán, se estrellarán y serán atrapados y presos.

16 - Envuelve el testimonio, sella la enseñanza entre mis discípulos.

17 - Aguardaré por Yahveh, el que vela su faz de la casa de Jacob, y esperaré por él.

18 - Aquí estamos yo y los hijos que me ha dado Yahveh, por señales y pruebas en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, el que reside en el monte Sión.

19 - Y cuando os dijeren: «Consultad a los nigromantes y a los adivinos que bisbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses, por los vivos a los muertos?»:

20 - en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si dirán cosa tal! Lo que no tiene provecho.

21 - Pasará por allí lacerado y hambriento, y así que le dé el hambre, se enojará y faltará a su rey y a su Dios. Volverá el rostro a lo alto,

22 - la tierra oteará, y sólo habrá cerrazón y negrura, lobreguez prieta y tiniebla espesa.

23 - Pues, ¿no hay lobreguez para quien tiene apretura? Como el tiempo primero ultrajó a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí, así el postrero honró el camino del mar, allende el Jordán, el distrito de los Gentiles.