Hechos 24:20 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Hechos
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1 - Cinco días después bajó el Sumo Sacerdote Ananías con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron ante el procurador acusación contra Pablo.

2 - Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación,

3 - en todo y siempre las reconocemos, excelentísimo Félix, con todo agradecimiento.

4 - Pero para no molestarte más, te ruego que nos escuches un momento con tu característica clemencia.

5 - Hemos encontrado esta peste de hombre que provoca altercados entre los judíos de toda la tierra y que es el jefe principal de la secta de los nazoreos.

6 - Ha intentado además profanar el Templo, pero nosotros le apresamos.

8 - Interrogándole, podrás tú llegar a conocer a fondo todas estas cosas de que le acusamos.»

9 - Los judíos le apoyaron, afirmando que las cosas eran así.

10 - Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación; por eso con toda confianza voy a exponer mi defensa.

11 - Tú mismo lo puedes comprobar: No hace más de doce días que yo subí a Jerusalén en peregrinación.

12 - Y ni en el Templo, ni en las sinagogas ni por la ciudad me han encontrado discutiendo con nadie ni alborotando a la gente.

13 - Ni pueden tampoco probarte las cosas de que ahora me acusan.

14 - «En cambio te confieso que según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que se encuentra en la Ley y está escrito en los Profetas

15 - y tengo en Dios la misma esperanza que éstos tienen, de que habrá una resurrección, tanto de los justos como de los pecadores.

16 - Por eso yo también me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los hombres.

17 - «Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas.

18 - Y me encontraron realizando estas ofrendas en el Templo después de haberme purificado, y no entre tumulto de gente.

19 - Y fueron algunos judíos de Asia... - que son los que debieran presentarse ante ti y acusarme si es que tienen algo contra mí;

20 - o si no, que digan estos mismos qué crimen hallaron en mí cuando comparecí ante el Sanedrín,

21 - a no ser este solo grito que yo lancé estando en medio de ellos: “Yo soy juzgado hoy por vosotros a causa de la resurrección de los muertos.»

22 - Félix, que estaba bien informado en lo referente al Camino, les dio largas diciendo: «Cuando baje el tribuno Lisias decidiré vuestro asunto.»

23 - Y ordenó al centurión que custodiase a Pablo, que le dejase tener alguna libertad y que no impidiese a ninguno de los suyos el asistirle.

24 - Después de unos días vino Félix con su esposa Drusila, que era judía; mandó traer a Pablo y le estuvo escuchando acerca de la fe en Cristo Jesús.

25 - Y al hablarle Pablo de la justicia, del dominio propio y del juicio futuro, Félix, aterrorizado, le interrumpió: «Por ahora puedes marcharte; cuando encuentre oportunidad te haré llamar.»

26 - Esperaba al mismo tiempo Félix que Pablo le diese dinero; por eso frecuentemente le mandaba a buscar y conversaba con él.

27 - Pasados dos años Félix recibió como sucesor a Porcio Festo; y queriendo congraciarse con los judíos, dejó a Pablo prisionero.