Hechos 11:5 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Hechos
Capitulos:

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1 - Los apóstoles y los hermanos que había por Judea oyeron que también los gentiles habían aceptado la Palabra de Dios;

2 - así que cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión se lo reprochaban,

3 - diciéndole: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»

4 - Pedro entonces se puso a explicarles punto por punto diciendo:

5 - «Estaba yo en oración en la ciudad de Joppe y en éxtasis vi una visión: una cosa así como un lienzo, atado por las cuatro puntas, que bajaba del cielo y llegó hasta mí.

6 - Lo miré atentamente y vi en él los cuadrúpedos de la tierra, las bestias, los reptiles, y las aves del cielo.

7 - Oí también una voz que me decía: “Pedro, levántate, sacrifica y come.”

8 - Y respondí: “De ninguna manera, Señor; pues jamás entró en mi boca nada profano ni impuro.”

9 - Me dijo por segunda vez la voz venida del cielo: “Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.”

10 - Esto se repitió hasta tres veces; y al fin fue retirado todo de nuevo al cielo.

11 - «En aquel momento se presentaron tres hombres en la casa donde nosotros estábamos, enviados a mí desde Cesarea.

12 - El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre.

13 - El nos contó cómo había visto un ángel que se presentó en su casa y le dijo: “Manda a buscar en Joppe a Simón, llamado Pedro,

14 - quien te dirá palabras que traerán la salvación para ti y para toda tu casa.”

15 - «Había empezado yo a hablar cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo, como al principio había caído sobre nosotros.

16 - Me acordé entonces de aquellas palabras que dijo el Señor: = Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. =

17 - Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios?»

18 - Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: «Así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida.»

19 - Los que se habían dispersado cuando la tribulación originada a la muerte de Esteban, llegaron en su recorrido hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la Palabra a nadie más que a los judíos.

20 - Pero había entre ellos algunos chipriotas y cirenenses que, venidos a Antioquía, hablaban también a los griegos y les anunciaban la Buena Nueva del Señor Jesús.

21 - La mano del Señor estaba con ellos, y un crecido número recibió la fe y se convirtió al Señor.

22 - La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía.

23 - Cuando llegó y vio la gracia de Dios se alegró y exhortaba a todos a permanecer, con corazón firme, unidos al Señor,

24 - porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se agregó al Señor.

25 - Partió para Tarso en busca de Saulo,

26 - y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».

27 - Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.

28 - Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu, se levantó y profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierra, la que hubo en tiempo de Claudio.

29 - Los discípulos determinaron enviar algunos recursos, según las posibilidades de cada uno, para los hermanos que vivían en Judea.

30 - Así lo hicieron y se los enviaron a los presbíteros por medio de Bernabé y de Saulo.