Genesis 37:32 - Biblia de Jerusalén Primera Edición (1976)

Libro de Genesis
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1 - Jacob, por su parte, se estableció en el que fue país residencial de su padre, el país de Canaán.

2 - Esta es la historia de Jacob. José tenía diecisiete años. Estaba de pastor de ovejas con sus hermanos - él, muchacho todavía, con los hijos de Bilhá y los de Zilpá, mujeres de su padre. Y José comunicó a su padre lo mal que se hablaba de ellos.

3 - Israel amaba a José más que a todos los demás hijos, por ser para él el hijo de la ancianidad. Le había hecho una túnica de manga larga.

4 - Vieron sus hermanos cómo le prefería su padre a todos sus otros hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle.

5 - José tuvo un sueño y lo manifestó a sus hermanos, quienes le odiaron más aún.

6 - Les dijo: «Oíd el sueño que he tenido.

7 - Me parecía que nosotros estábamos atando gavillas en el campo, y he aquí que mi gavilla se levantaba y se tenía derecha, mientras que vuestras gavillas le hacían rueda y se inclinaban hacia la mía.»

8 - Sus hermanos le dijeron: «¿Será que vas a reinar sobre nosotros o que vas a tenernos domeñados?» Y acumularon todavía más odio contra él por causa de sus sueños y de su palabras.

9 - Volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Díjoles: «He tenido otro sueño: Resulta que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.»

10 - Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendió y le dijo: «¿Qué sueño es ése que has tenido? ¿Es que yo, tu madre y tus hermanos vamos a venir a inclinarnos ante ti hasta el suelo?»

11 - Sus hermanos le tenían envidia, mientras que su padre reflexionaba.

12 - Fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem,

13 - y dijo Israel a José: «¿No están tus hermanos pastoreando en Siquem? Ve de mi parte a donde ellos.» Dijo: «Estoy listo.»

14 - Díjole: «Anda, vete a ver si tus hermanos siguen sin novedad, y lo mismo el ganado, y tráeme noticias.» Le envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem.

15 - Encontróse con él un hombre mientras estaba discurriendo por el campo. El hombre le preguntó: «¿Qué buscas?»

16 - Díjole: «Estoy buscando a mis hermanos. Indícame, por favor, dónde están pastoreando.»

17 - El hombre le dijo: «Partieron de aquí, pues yo les oí decir: “Vamos a Dotán.”» José fue detrás de sus hermanos y los encontró en Dotán.

18 - Ellos le vieron de lejos, y antes que se les acercara, conspiraron contra él para matarle,

19 - y se decían mutuamente: «Por ahí viene el soñador.

20 - Ahora, pues, venid, matémosle y echémosle en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz le devoró. Veremos entonces en qué paran sus sueños.»

21 - Rubén lo oyó y le libró de sus manos. Dijo: «No atentemos contra su vida.»

22 - Rubén les dijo: «No derraméis sangre. Echadle a ese pozo que hay en el páramo, pero no pongáis la mano sobre él.» Su intención era de salvarle de sus hermanos para devolverle a su padre.

23 - Y ocurrió, que cuando llegó José donde sus hermanos, éstos despojaron a José de su túnica - aquella túnica de manga larga que llevaba puesta -,

24 - y echándole mano le arrojaron al pozo. Aquel pozo estaba vacío, sin agua.

25 - Luego se sentaron a comer. Y levantando los ojos divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, con camellos cargados de almáciga, sandáraca y ládano, que iban bajando hacia Egipto.

26 - Entonces dijo Judá a sus hermanos: «¿Qué aprovecha el que asesinemos a nuestro hermano y luego tapemos su sangre?

27 - Venid vamos a venderle a los ismaelitas, pero no pongamos la mano en él, porque es nuestro hermano, carne nuestra.» Y sus hermanos asintieron.

28 - Pasaron unos madianitas mercaderes, y descubriéndole subieron a José del pozo. Vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata, y éstos se llevaron a José a Egipto.

29 - Vuelve Rubén al pozo, y he aquí que José nos estaba en el pozo. El desgarró sus ropas,

30 - y volviendo donde sus hermanos les dijo: «El niño no aparece, y yo ¿qué hago ahora?»

31 - Entonces tomaron la túnica de José, y degollando un cabrito, tiñeron la túnica en sangre,

32 - y enviaron la túnica de manga larga, haciéndola llegar hasta su padre con este recado: «Esto hemos encontrado: examina si se trata de la túnica de tu hijo, o no.»

33 - El la examinó y dijo: «¡Es la túnica de mi hijo! ¡Algún animal feroz le ha devorado! ¡José ha sido despedazado!»

34 - Jacob desgarró su vestido, se echó un sayal a la cintura e hizo duelo por su hijo durante muchos días.

35 - Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarle, pero él rehusaba consolarse y decía: «Voy a bajar en duelo al seol donde mi hijo.» Y su padre le lloraba.

36 - Por su parte, los madianitas, llegados a Egipto, le vendieron a Putifar, eunuco de Faraón y capitán de los guardias.