Capitulos:
123456
1 - Pablo, apóstol, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos,
2 - y todos los hermanos que conmigo están, a las Iglesias de Galacia.
3 - Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo,
4 - que se entregó a sà mismo por nuestros pecados, para librarnos de este mundo perverso, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,
5 - a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
6 - Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio
7 - - no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -.
8 - Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!
9 - Como lo tenemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema!
10 - Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavÃa tratara de agradar a los hombres, ya no serÃa siervo de Cristo.
11 - Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mÃ, no es de orden humano,
12 - pues yo no lo recibà ni aprendà de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13 - Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el JudaÃsmo, cuán encarnizadamente perseguÃa a la Iglesia de Dios y la devastaba,
14 - y cómo sobrepasaba en el JudaÃsmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres.
15 - Mas, cuando Aquel que me separó = desde el seno de mi madre = y me = llamó = por su gracia, tuvo a bien
16 - revelar en mà a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre,
17 - sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mÃ, me fui a Arabia, de donde nuevamente volvà a Damasco.
18 - Luego, de allà a tres años, subà a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecà quince dÃas en su compañÃa.
19 - Y no vi a ningún otro apóstol, y sà a Santiago, el hermano del Señor.
20 - Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que no miento.
21 - Luego me fui a las regiones de Siria y Cilicia;
22 - pero personalmente no me conocÃan las Iglesias de Judea que están en Cristo.
23 - Solamente habÃan oÃdo decir: «El que antes nos perseguÃa ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces querÃa destruir».
24 - Y glorificaban a Dios a causa de mÃ.